La Liga, 2 de marzo de 2019
Rakitic (26)
La pelea por ganar el título es cosa de dos después de la victoria del Barcelona al Real Madrid en Liga, que deja a los blancos a 12 puntos de su máximo rival. De este modo, el Barcelona solo tiene como rival por el título al Atlético de Madrid, a 7 puntos tras ganar su partido a domicilio ante la Real Sociedad (0-2).
La victoria del Barcelona en el Santiago Bernabéu también tiene consecuencias históricas. No por ser la número 11 en los últimos 18 Clásicos en feudo blanco. Después de 90 años, los azulgranas adelantan al Madrid en victorias en duelos individuales: 96 contra 95. Un balance que se ha volcado esta temporada, donde el Barcelona, en los choques de Liga y Copa del Rey, ha ganado 3 Clásicos y empatado otro. Todo con 10 goles a favor por solo 2 del Real Madrid. Curiosamente, Messi no ha marcado en ninguno de los cuatro partidos.
Este último Clásico, al contrario del último de Copa del Rey, fue dominando netamente por el Barcelona en la primera mitad, culminada con el gol de Rakitic en una gran acción técnica individual ante Courtois. El Real Madrid recurrió a los cambios (volvió Isco al equipo después de mucho tiempo) y a un fútbol más vertical en el segundo tiempo, pero siempre sobre la banda de Vinícius, muy tapado por las ayudas en defensa del Barcelona y un inconmensurable Piqué en el centro de la zaga. No encontró el Madrid otra vía para intentar derribar a su rival, llegando a caer en la frustración en muchas fases del choque. Sensaciones muy distintas tiene el Barcelona tras dos victorias seguidas en el Santiago Bernabéu. Los azulgranas llegan muy fortalecidos al tramo final de la temporada.



16 / 6
DISPAROS / A PUERTA
10 / 5
50 %
Posesión
50 %
496 / 425
Pases / Completados
529 / 468
14 / 3 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
12 / 2 / 0
Análisis: Real Madrid
El Real Madrid se instaló en una estructura de ataque 4-3-3, con Gareth Bale reemplazando a Lucas Vázquez en la derecha. Bale asumió un papel central, permitiendo a Karim Benzema salir de la defensa central del Barcelona y ocupar los espacios por detrás del centro del campo del conjunto blaugrana. A partir de aquí, Luka Modric se movió hacia el canal interior derecho, dejando sitio para que Dani Carvajal subiera desde atrás.
Si Bale y Vinícius llegaban arriba, Carvajal se quedaba atrás, con Casemiro situándose entre los centrales del Real Madrid. Esto dio seguridad contra el juego de transición del Barcelona, manteniendo Modric su posición dentro del canal interior derecho, ofreciendo así una opción perfecta para superar la línea de cuatro centrocampistas del Barcelona. Sin embargo, la poca presencia en el juego de Bale permitió al Barcelona estrechar el medio del campo y bloquear con facilidad la entrada de Modric.
En pocas ocasiones Modric se colocó detrás del centro del campo del Barcelona, donde podía recoger el balón en posiciones profundas. Incluso cuando los visitantes se quedaban atrás, Modric no estaba suficientemente adelantado como para crear peligro. Una recuperación del croata provocó una peligrosa acción detrás de la unidad del centro del campo del Barcelona, mostrando la amenaza que podría suponer llevar al croata más arriba. Sin embargo, el Madrid siguió recurriendo a las carreras internas de Bale aunque carecieran de la capacidad técnica y la determinación necesaria para combinar entre líneas.
En los minutos finales de la primera mitad, tanto Bale como Vinícius atacaron a sus respectivos marcadores, lo que estiró la línea defensiva del Barcelona. Desde esa idea, el Madrid encontró pases para sus extremos más adelantados, quienes atacaron los espacios entre los defensores del Barcelona. A pesar de que los visitantes mantuvieron su estructura, la amplitud en ataque dio al Madrid sus mejores posibilidades de peligro.
Los pases cruzados continuaron en la segunda mitad, en la que Benzema perdió una gran oportunidad de gol en los primeros minutos. El Madrid siguió apostando por Bale y Vinícius jugando a pierna cambiada, lo que llevó a más regates por dentro o pases con la pierna no dominante. La consecuencia fue una falta de entregas de calidad para Benzema. Para solventarlo, ambos laterales, Carvajal y Sergio Reguilón, subieron su banda para buscar mejores centros.
El Madrid se instaló en un 4-2-3-1 a mitad de la segunda mitad, con la entrada de Marco Asensio, Federico Valverde e Isco en los cambios. Esto permitió un mayor progreso de los laterales, ya que el doble pivote de protección, Casemiro y Valverde, proporcionó más apoyo defensivo ante los contragolpes del Barcelona. Pero el Madrid no pudo romper la línea defensiva final del Barcelona.
Sin el balón, el Madrid jugó en 4-1-4-1 en bloque medio. Con el Barcelona buscando atacar a través de transiciones en los primeros minutos del partido, los locales se aseguraron de que su línea defensiva fuera relativamente compacta en estos ataques. Esto evitó que los visitantes avanzaran directamente hacia los espacios detrás de la línea defensiva del Real Madrid, que añadió más jugadores a esa tarea.
Casemiro siguió agresivamente a Lionel Messi, incluso cuando el argentino se colocaba detrás de la unidad central del mediocampo del Barcelona. Esto creó una vacante entre líneas las del Madrid, dando más espacio para el ataque del Barcelona, con Jordi Alba y Ousmane Dembélé siendo una amenaza persistente.
A pesar de que el Barcelona atacaba por la izquierda, el gol llegó por el otro costado. Los movimientos de caída de Messi volvieron a atraer a Casemiro hacia adelante, con Rakitic aprovechando una simple combinación en la banda izquierda del Madrid. El croata salvó a Thibaut Courtois con una sutil vaselina.
Desesperado por empatar, el Madrid empujó a ambos laterales hacia arriba, ya que los pases de los extremos a pierna cambiada estaban resultando difíciles de acceder dentro del área penal. Sin embargo, esto abrió transiciones de ataque más claras para el Barcelona, que buscó explotar la falta de defensores del Madrid. Una vez que adoptaron un sistema 4-2-3-1, el Madrid continuó dominando el balón a través de sus progresivos laterales, también con más estabilidad defensiva para detener cualquier otro contragolpe.
Análisis: Barcelona
El Barcelona utilizó su forma de ataque 4-3-3, con Arthur agregado a la unidad central del mediocampo, mientras que Sergi Roberto entró como lateral derecho. En los primeros minutos, Messi pasó la mayor parte de su juego moviéndose hacia la pelota desde el lado derecho del ataque azulgrana. Su arrastre de Casemiro creó más espacio central para que Arthur o Ivan Rakitic avanzaran y combinaran con Luis Suárez.
El seguimiento de Casemiro sobre Messi finalmente condujo a la penetración desde el lado izquierdo, a través de Alba y Dembélé. El Madrid no podía permitirse el lujo de dejar espacios por dentro, por lo que Modric y Bale se movieron dentro cada vez que Casemiro avanzaba más alto dentro del carril central.
A continuación, Dembélé también se apartó del juego y se alojó entre Carvajal y Raphaël Varane. Esta condensada línea defensiva del Madrid, con Jordi Alba al otro lado, ofrecía más espacio para atacar por bandas y buscar el centro hacia Dembélé en el poste cercano o Suárez en el segundo palo. Cuando Alba se sentía presionado al recibir, las carreras al otro lado de Dembélé eran una opción para que el Barcelona tuviera más modos de entrada.
Aunque todo el juego ofensivo pasaba por la izquierda, el gol llegó por la derecha. Messi volvió a caer al centro del campo, con Casemiro siguiéndolo y Rakitic adelantándose a su compañero de equipo. Sergio Ramos salió de la línea de atrás (para presionar al mediocampista croata) y una sencilla combinación entre Sergi Roberto y Rakitic llevó al croata ante Courtois para resolver con gran calidad técnica.
El Barcelona creó poco peligro en el segundo tiempo, con contraataques breves y escasos. Solo cuando los locales sumaron más jugadores en ataque, generalmente los laterales, el Barcelona atacó. Messi y Suárez ocuparon a los dos defensores centrales del Madrid, mientras Dembélé avanzaba desde la izquierda, con Sergi Roberto saltando por la derecha. Los visitantes tuvieron un equilibrio perfecto en sus transiciones. Busquets y Arthur siempre detrás de la pelota y Rakitic apoyando desde una posición más atrasada a la derecha, disponible para cubrir las carreras ofensivas de Sergi Roberto.
Con los locales cambiando su estructura para permitir más avances de los laterales, se creó más espacio para que Sergi Roberto diera un paso adelante en los ataques del Barcelona. Los movimientos internos de Rakitic, además de asegurar la posesión, ocuparon el lado izquierdo del ahora doble pivote del Real Madrid.
Al mismo tiempo, Vinícius se movió hacia Piqué, lo que permitió a Sergi Roberto avanzar un gran espacio. La presión de Reguilón sobre Sergi Roberto significaba abandonar la seguridad de la línea de fondo, creando así más espacios para los contragolpes del Barcelona.
Cuando tocó defender, el Barcelona se convirtió en un 4-4-2 en bloque medio, con Messi más atrasado que Suárez. Rakitic y Dembélé buscaron amplitud, con Busquets y Arthur como el dúo central del centro del campo, bloqueando el acceso a los movimientos de los delanteros del Madrid por esa zona.
En ocasiones, la unidad central del mediocampo del Barcelona fue atraída hacia adelante, en extraños intentos de recuperar la pelota. Un error táctico que dio opciones ofensivas al Madrid, buscando los espacios centrales para un avance rápido a través Benzema o las carreras internas de Bale.
Cada vez que el Barcelona mantenía un bloque intermedio persistente y más controlado, el Real Madrid careció de peligro. Los locales no pudieron estirar horizontalmente ninguna de las dos líneas de cuatro de Barcelona, bloqueando cualquier pase central. Solo por momentos fugaces, al final de la primera mitad, Bale y Vinícius intentaron atacar alrededor de los laterales del Barcelona. Eso se tradujo en los momentos de más peligro del Madrid.
El bloque medio del Barcelona se atrasó gradualmente en la segunda mitad, a medida que Madrid empujó más jugadores arriba, especialmente por la banda derecha del Barcelona. Afortunadamente para los visitantes, los extremos a pierna cambiada del Madrid llevaron siempre los ataques al centro, provocando una gran congestión por esa zona y una tremenda falta de sensación de peligro sobre la portería de Ter Stegen.
Los defensores del Madrid avanzaron hacia adelante a medida que el partido se acercaba a su final en un intento a la desesperada. Sin embargo, la unidad defensiva del Barcelona siguió siendo difícil de derribar. Al final, el Barcelona mantuvo su ventaja para conseguir otra victoria más en el Santiago Bernabéu.