Mi metodología proviene de la antigua escuela deportiva de entrenadores del Sporting, porque fue allí donde di mis primeros pasos como entrenador.
Sin embargo, siempre estoy mirando hacia el futuro, viendo como trabajan entrenadores como Pep Guardiola y Mauricio Pochettino.
Para mí, el futuro es este juego del gato y el ratón dentro de un mismo partido: adaptarse a los cambios tácticos en reacción a tu oponente.
En la Europa League la temporada pasada, fuimos a Hoffenheim. Ellos comenzaron con una formación 3-5-2, que cambió a 4-3-3 durante el partido: tres delanteros, con laterales avanzados. Nosotros comenzamos en un 4-4-2, pero terminamos en un 5-4-1 para combatir lo que estaban haciendo.
“Antes de un partido, les doy a mis jugadores tres ideas clave. Es como cuando ves una película y, al final, alguien te pregunta: “¿Qué sacaste de eso?””
Ganamos ese partido 2-1. Como entrenador, es el partido del que estoy más orgulloso.
Si tu oponente está al mismo nivel que tú, entonces bien, puedes atacarle. Pero si atacas una montaña, tienes que hacerlo de manera diferente.
En otros partidos, quieres ser el protagonista: dominar la pelota. Pero a veces tienes que aceptar que tu rival es más fuerte que tú. Y, en este caso, hay que estar equilibrado.
Por mucho que nos gustaría ser el Manchester City, no tenemos un Guardiola y no tenemos un Bernardo Silva. Así que debes tener la humildad para saber que cada partido exige un enfoque diferente.
En mi opinión, ese ha sido nuestro mayor secreto.
Antes de un partido, les doy a mis jugadores tres ideas clave. Eso es todo.
Es como cuando ves una película y, al final, alguien te pregunta: “¿Qué sacaste de eso?”
Puede ser un beso, o cuando la pareja se case, pero solo serán tres o cuatro cosas. Es lo mismo con los jugadores.