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Análisis: Las variables tácticas de Imanol Alguacil

Análisis: Las variables tácticas de Imanol Alguacil
Getty Images
Redacción
Héctor García
Publicado el
15 de diciembre 2020

Imanol Alguacil

Real Sociedad, 2018-Presente

El Perfil:

Jugador de la Real Sociedad de 1991 a 1998, Imanol Alguacil ha gestado su carrera como entrenador en las categorías inferiores del equipo vasco, donde comenzó una escalada que lo hizo pasar por diferentes categorías hasta llegar al primer equipo.

Su primera oportunidad en la élite llegó con la destitución de Eusebio Sacristán en la temporada 2017-2018. En ese ciclo dirigió los últimos nueve partidos de La Liga obteniendo 16 puntos sobre 23. La temporada siguiente la comenzó de nuevo en el segundo equipo, hasta que Asier Garitano, técnico del primer equipo, fue destituido a mitad de campaña, siendo  Alguacil llamado nuevamente en diciembre de 2018 y terminando la temporada en noveno puesto. Un puesto que le valdría para continuar en el cargo ya asentado como primer entrenador.

En este tiempo, Alguacil ha logrado construir un equipo muy sólido con una gran base de jugadores de la cantera, llevando al club a la clasificación para la Europa League la pasada temporada y con objetivos mayores en la presente. Todo asentado sobre un estilo de juego que ha generado mucha atención, como en el caso de Antonio Cassano, ex jugador de la Serie A y de La Liga. “Hace cuatro meses le dije a Piero Ausilio (director deportivo del Inter) que siguiera a Alguacil y me dijo que tenía razón. Es un entrenador emergente fenomenal. Tiene ideas bellas, nuevas y frescas. Tiene mucha personalidad para hacer jugar a su equipo. Es el tipo de entrenador que hace falta”.

Estilo de juego:

La Real Sociedad busca el inicio combinativo generando superioridades desde Álex Remiro. Para ello, el portero se posiciona con los centrales a sus costados dentro del área pequeña, ofreciendo diferentes opciones de salida en función de la presión que propone el rival. A su vez, los movimientos de los mediocentros son claves para encontrar a un jugador libre de marca utilizando el concepto del tercer hombre, con interiores que se descuelgan desde el 4-3-3 (abajo) para recibir y jugar de cara con el pivote o lateral, que esperan liberados de marca, pero sin línea de pase.


El objetivo principal es conseguir penetrar en el bloque rival, atacando los espacios que se generan a la espalda de las líneas de presión, recibiendo el balón en disposición de ser jugado para acabar encontrando superioridades en los carriles laterales con la combinación entre extremo, lateral e interior.

Si el equipo rival presiona con dos delanteros la salida de balón, no es raro ver al mediocentro, ya sea Ander Guevara o Martín Zubimendi, meterse entre centrales y fijar mediante conducción para atraer a los atacantes rivales. Un movimiento que habilita la primera superioridad con los centrales ya liberados.


En fase de creación, y con las ventajas ya generadas, aparecen diferentes opciones, acelerando el equipo también la velocidad de circulación. Si el extremo recibe en banda, arrastra la marca del lateral rival, generando un espacio entre lateral y central que es atacado por uno de los interiores -normalmente Mikel Merino o David Silva- que realiza desmarque de ruptura para pisar área y finalizar jugada.


La llegada de Silva ha facilitado al equipo una solución más cuando la salida de balón desde atrás se complica. El ex jugador del Manchester City busca recibir entre líneas, con una gran capacidad para entender cuándo se generan esos espacios. A diferencia de su etapa en la Premier League, donde recibía más cerca de la zona de finalización, en la Real Sociedad participa más en las fases de inicio y creación (abajo), para luego dar velocidad al juego con conducciones individuales que superan líneas de presión o a través de pases profundos y precisos.


Un desarrollo diferente al que mostró el equipo la pasada temporada con Martin Odegaard, donde el equipo optaba más por el control a través del internacional noruego. Con Silva se ha reducido el tiempo de posesión, pero se ha imprimido mayor verticalidad a las acciones ofensivas.

Otra de las alternativas en el desarrollo de la acción combinativa es la amenaza del lateral en amplitud, que o bien estira el equipo o bien recibe en ventaja para poner el centro al área. Una zona donde tanto Willian José como Alexander Isak son poderosos y pueden suponer un gran riesgo para las defensas rivales.

Por otro lado, la disposición ofensiva y con criterio táctico de Nacho Monreal en el lateral izquierdo, permite a Mikel Oyarzabal ocupar posiciones interiores y mostrar mayor presencia en el área, lo que le permite también ser más determinante con una mayor aportación goleadora.

Fase defensiva:

La Real Sociedad no es un equipo que se encuentre cómodo con las posesiones largas del rival, por lo que trata de robar rápido exponiendo a veces sus espaldas y forzando disputas de uno contra uno donde existe un porcentaje de opciones de éxito alto. Alguacil ha conseguido que su equipo se active para realizar presión tras pérdida agresiva (abajo) con el objetivo de recuperar antes de que el equipo rival pueda establecerse con la posesión del balón.

Si la transición defensiva no es efectiva, el equipo se sitúa normalmente en un 4-1-4-1 con alguna variante dependiendo de los jugadores alineados, ya que cuando juega Portu, suelen disponer un 4-4-2 para liberarle de trabajo.

Obligados a replegar, tratan de cerrar los pasillos interiores y apretar la posesión en banda buscando los duelos en superioridad para el robo. En esta situación la línea de cuatro del medio del campo - los dos extremos con los dos interiores- realizan el balance defensivo por detrás de Isaak o Willian José.


En situaciones de presión alta, Alguacil posiciona a dos jugadores con altura, uno con cada central, tratando de evitar el pase con el lateral mediante un movimiento de presión circular. La intención es provocar que el rival busque un pase arriesgado por dentro, que permita a los interiores robar el balón en posiciones altas.


Mientras tanto, en transición ofensiva es un equipo que no rehúye el contraataque si hay espacios (abajo) por delante. Le gusta la velocidad arriba y tiene la habilidad de atacar esos espacios con gran precisión, y si no existe opción de contraataque, buscará un pase de seguridad para reiniciar la jugada a través de acción combinativa.

A las diferentes fases del juego se suma la estrategia en las acciones a balón parado. En los saques de esquina Alguacil posiciona a cinco jugadores dentro del área en busca del remate. Mientras, mantiene a tres futbolistas fuera y a uno preparado para acercarse al córner por si hay que generar un dos contra uno en saque en corto. Añade otro jugador en posiciones centrales para proteger la salida del rival y uno más en segunda línea que no duda en incorporarse al área. Los golpeos de córner suelen tener como objetivo a su delantero centro, y para ello montan un sistema de bloqueos individuales para liberarlo de la marca rival.


En las acciones a balón parado en defensa, Alguacil sitúa un marcaje combinado con dos jugadores en zona, uno al primer palo y uno en la frontal del área pequeña. Una estructura a la que añade seis más en la marca sobre el rival y dos en salida, uno de ellos siempre atento por si alguien se acerca al saque en corto.


Alguacil ha ido desarrollando todos estos principios desde su llegada al equipo en 2018, para terminar de conformar un equipo muy reconocible en las diferentes fases del juego, pero también con capacidad para generar nuevas alternativas, como ha ocurrido a raíz de la llegada de Silva.