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Análisis táctico: Olympique de Lyon 0 Barcelona 0

Análisis táctico: Olympique de Lyon 0 Barcelona 0
Getty Images
Redacción
Héctor Riazuelo
Publicado el
21 de febrero 2019

Partido de ida octavos de final de la Liga de Campeones de la UEFA, 19 de febrero de 2019

Olympique de Lyon 0Barcelona 0

Al FC Barcelona se le siguen atragantando los partidos de eliminatoria lejos de casa. Y es que son ya tres años sin ganar un partido. La última victoria fue el 26 febrero de 2016, cuando los azulgranas, entrenados entonces por Luis Enrique, vencieron 0-2 al Arsenal en Londres.

El Olympique de Lyon trazó un partido diseñado para jugárselo todo en la vuelta en el Camp Nou con la portería cero. Consciente tal vez de que son más peligrosos fuera de casa que en su casa en esta edición de la Champions League. Ya ganaron 1-2 en el Etihad al Manchester City y empataron con goles en su visitas al campo del Hoffenheim (3-3) y Shakhtard Donest (1-1).

El FC Barcelona intentó de todas las maneras romper el marcador, pero faltó puntería de cara a puerta. Un aspecto que se viene repitiendo en este tramo de temporada. En los últimos cuatro partidos, el FC Barcelona solo ha podido hacer dos goles. Estadística que tiene gran parte de su explicación en el estado de forma de Messi tras su lesión y en la irregularidad de Luis Suárez. El uruguayo se mostró frustrado durante todo el partido contra el Lyon.

El empate a cero deja todo para la vuelta. El FC Barcelona, muy superior al Lyon en juego y ocasiones en este primer combate, no debería tener problemas para pasar. Pero necesita el gol para para conseguirlo. Y eso, sin duda, pasa por recuperar la mejor versión de sus atacantes.

Alineaciones iniciales
Olympique de Lyon
Barcelona
Estadísticas
Olympique de Lyon Barcelona

5 / 2

DISPAROS / A PUERTA

25 / 5

36 %

Posesión

64 %

448/384

Pases / Completados

717/635

13 / 2 / 0

Faltas / Amarilla / Roja

11 / 2 / 0

Análisis: Olympique de Lyon

En ataque, el Olympique de Lyon se estableció en un 4-4-2, con Moussa Dembélé y Memphis Depay como delanteros. Ambos jugadores alternaron sus posiciones, especialmente cuando el Lyon tenía la posesión. Uno de ellos giraba para buscar los espacios a la espalda, mientras el otro buscaba avanzar con la pelota en sus pies. Esto llevaba a variar la estructura, pasando a 4-2-3-1, ya que los centrocampistas del Lyon también trataban de introducirse en esa zona de pase directo entre los delanteros.


El Lyon creó la mejor oportunidad de gol a pesar de tener menor dominio de la pelota. Un pase en largo a la zona de Depay fue acompañado por Martin Terrier, que abandonó su posición para dar apoyo a la jugada ofensiva. Terrier, en un disparo desde larga distancia, se encontró con la espectacular parada de Marc-André ter Stegen y el posterior larguero. El balón no entró, pero sí fue un recordatorio de lo que era capaz de hacer el Lyon a pesar de tener menos posesión.


Cuando sí tenía fases de posesión más largas, el Lyon adelantaba la línea defensiva, con los centrocampistas realizando movimientos interiores para saltarse la línea de dos del medio del campo del Barcelona. La pareja de mediocentros, Tanguy Ndombele y Houssem Aouar, se quedaba por detrás de la pelota para bloquear cualquier acceso de transición de Lionel Messi y Luis Suárez. Esta colocación más retrasada también significó que los locales podrían formar rápidamente su bloque de cuatro jugadores, obligando así al Barcelona a llevar el contragolpe por bandas y no por zonas interiores.


El ataque de Lyon tomó una forma más asimétrica según avanzaba el juego, ganando en amplitud a la espalda en la izquierda por Ferland Mendy y en banda derecha por Bertrand Traoré. Depay y Terrier siguieron sus movimientos en la zona central, juntando el Lyon hasta cuatro jugadores alrededor de los dos centrocampistas centrales del FC Barcelona. Eso facilitaba protección para la transición y amplitud máxima para jugar alrededor. Después de que el Barcelona estrechara su bloque defensivo para anular esta amenaza, los locales usaron a Mendy como el jugador más lejano para la presión rival, con lo que el Lyon empezó a cargar su ataque por la izquierda.


El Lyon retrocedió a un enfoque de transición para el segundo período, cuando apuntó a los espacios por la derecha. Jordi Alba normalmente corría por esa zona dejando espacios a su espalda. Una lectura que hizo Traoré, que esperó su momento para realizar carreras directas a la espalda de Jordi Alba. Sin embargo, los movimientos de apoyo de Dembélé frenaban los ataques de transición del Lyon. Cuando Dembélé no podía, se añadían otros jugadores a ese trabajo defensivo.


Depay pronto asumió parte del trabajo de esas carreras de Traoré ya que el Lyon tenía que vigilar las carreras en profundidad de Jordi Alba, un signo natural de su juego. En la recta final, los anfitriones no podían reproducir el ritmo y las rotaciones de la primera mitad, por lo que intentaron cerrar el marcador en el empate a cero.


Sin la pelota, el Lyon se convirtió en un 4-4-2 con bloque medio, que gradualmente fue retrocediendo a un bloque bajo a medida que el rival dominaba la posesión. La distancia entre sus unidades era muy pequeña, con un equipo tremendamente compacto que redujo el peligro del Barcelona a disparos desde fuera del área ante la incapacidad de llegar al último tercio de campo con peligro.


Sin embargo, una vez el Barcelona ganó en amplitud, el Lyon perdió esa virtud. Jordi Alba y Ousmane Dembélé se situaban por detrás del lateral de su lado, Léo Dubois. El Barcelona penetró el bloque del Lyon desde ahí, con Jordi Alba y Dembélé jugando con centros bajos alejados de la defensa del Lyon.


El juego del Lyon alrededor de la pelota se construyó sobre la estabilidad o la transición. Trabajaron su cambio de juego cuando el Barcelona amplió en la posesión, asegurándose de no cometer errores cuando tenían la pelota. Incluso cuando buscaban carreras directas de ataque, el gran número de jugadores del Lyon por detrás de la pelota influyó bastante para que el marcador no se moviera.


Con un Barcelona activado en la posesión en la segunda mitad, el Lyon se movió a un 4-4-1-1 con bloque defensivo más inferior. Aunque trataran de buscar los espacios a la espalda de Jordi Alba, los anfitriones carecieron del número de jugadores y la calidad para sostener la posesión el tiempo lo suficiente para dar salida a los jugadores de banda.


Defensivamente priorizó la zona central, ya que el Barcelona raramente atacaba por la banda derecha. De este modo, casi todo el juego se cargó por la banda izquierda, pero sin encontrar una opción dentro del área. Con una gran actuación defensiva, el Lyon logró acabar el partido con la portería a cero.

Análisis: Barcelona

El FC Barcelona se estableció en un 4-3-3 en formación de ataque, y se concentró en construir desde la parte izquierda en los primeros minutos. Lionel Messi desarrolló su habitual papel de “10”, con Jordi Alba y Ousmane Dembélé atacando por banda izquierda. Sergi Roberto, centrocampista interior, se movía para equilibrar el ataque y simultáneamente proporcionar apoyo en la derecha.


Esto dejó un doble pivote de Sergio Busquets e Ivan Rakitic para apoyar la zona central y ganar cualquier pelota suelta que pudiera producir una situación de peligro en contra. Con el Barcelona cargando su juego por la izquierda, Nélson Semedo, lateral derecho, raramente adelantaba su posición. Además, pocas veces Sergi Roberto realizaba carreras de apoyo a su compañero de banda.


De este modo, el Barcelona careció de amplitud para acatar el 4-4-2 compacto de Lyon. También porque Jordi Alba caía en muchas ocasiones en una congestionada zona.


La primera acción de ataque del Barcelona llegó cuando el lateral azulgrana tuvo espacio por su banda, logrando hacer más larga la línea defensiva del Lyon. El defensa español asistió a Messi, que extrañamente perdonó de cara a portería. El Barcelona siguió siendo amenazador explotando los espacios alrededor del bloque defensivo del Lyon, y, por lo tanto, repercutió más esas acciones. Pero esto tuvo consecuencias, ya que se expuso más a los contragolpes del rival, y más con huecos entre sus jugadores en los momentos de transición.


Como el Lyon buscó más la posesión en la primera mitad, el Barcelona trazó transiciones rápidas a través de Messi y Suárez, que proporcionaron movimientos directos (con balón o sin balón) entre los defensas centrales y los laterales del Lyon.


Sin embargo, el Barcelona también tuvo dificultades en las transiciones, ya que los centrocampistas centrales más atrasados del Lyon ayudaron a crear un 4 contra 2 en la zona central, con el lateral derecho Dubois en una posición más atrasada para anular a Dembélé cuando el jugador francés actuaba como tercer delantero.


En la segunda mitad, Dembélé permaneció mucho más adelantado, ya que el Barcelona trató de estirar la línea defensiva del Lyon con tres delanteros en amplitud y profundidad. Suárez a menudo actuó por la derecha, dando a Messi el espacio más central para conectar el juego en el último tercio de campo. Suárez también buscó las diagonales por detrás de la defensa y de cara a portería. Sin embargo, el Barcelona nutrió de pocos apoyos a Suárez, debido a que Semedo interpretó un papel más defensivo por su lado también en fase de posesión.


El ataque del Barcelona volvía a quedar así anulado en transiciones cuando el juego iba por la derecha. La entrada de Philippe Coutinho por Dembélé llevó a Jordi Alba a una posición más adelantada, al mismo tiempo que el Lyon también caía a un bloque defensivo más retrasado. Sin embargo, no pudieron conectar en la última línea, quedándose a cero el Barcelona por primera vez en esta edición de la Champions League.


Sin la posesión, el Barcelona se estableció en un 4-4-2 con bloque medio. Messi y Luis Suárez arriba, y Sergi Roberto en el carril derecho del medio del campo. En primer lugar, esto respondía al 4-4-2 de ataque del Lyon, pero cuando el equipo francés se hizo más activo en la posesión, el Barcelona buscó amplitud en sus ataques. Con el Lyon muy compacto en defensa, los azulgranas ampliaron su posesión. Así intentaron generar espacios alrededor y por detrás de la línea defensiva del Lyon. Aunque esto desembocó en ataques más peligrosos a favor del Barcelona, no acabaron en gol.


Con esta situación, el Barcelona estaba más expuesto a los contragolpes. La colocación más amplia de sus jugadores dejaba espacios entre ellos. Un arma que el Lyon intentó aprovechar con pases verticales más rápidos. Como los franceses cambiaron su filosofía y empezaron a tener más posesión, también cambiaron la estructura de su ataque, volcando más el juego a bandas.


De este modo, el Lyon se movió a un 4-2-3-1 asimétrico con Mendy en la izquierda y en la derecha Traoré. Ambos jugadores proporcionaron amplitud de ataque a los anfitriones. Esto ocupó a los centrocampistas interiores del Barcelona en funciones defensivos, y provocó que la pareja Rakitic y Busquets fueran superados en número. El Lyon lo consiguió a través de sus centrocampistas Ndombele y Aouar, acompañados por las carreras de Depay y los movimientos interiores de Terrier. A consecuencia de esto, Sergi Roberto deslizó su posición para ir a la ayuda y anular el movimiento de Terrier. Sin embargo, el Barcelona dejó espacio en su lado derecho, explotado por el lateral del Lyon Mendy.


El Lyon hizo menor su presencia con el balón en la segunda mitad, en parte porque el Barcelona adelantó sus líneas. Aunque los anfitriones al principio apuntaran el espacio por detrás de Jordi Alba, carecieron de jugadores suficientes para explotar ese espacio. Con Jordi Alba cada vez en un rol más ofensivo, el bloque inferior del Lyon, muy atrasado, no podía lanzar transiciones rápidas en ataque.