En Polonia también desempeñamos un trabajo gratificante. Pero encontré más resistencia a las ideas de fuera. No fue posible implementar mi filosofía a tiempo. Me refiero a las reglas internas, horarios, gestión del día a día, etc. Esta incompatibilidad de pensamientos nos costó el título de la liga, tras haber escalado varias posiciones en la tabla hasta llegar al segundo lugar en la clasificación.
En Arabia Saudita, la situación fue incluso más difícil. Encontré un ambiente poco profesional. Las dificultades eran inmensas. Sin embargo, toda experiencia es válida, y también crecí en ese período.
En Portugal, viví experiencias interesantes. En el Belenenses, un club histórico de Portugal, conseguimos llevar el club por primera vez a una fase de grupos de la Europa League. Deportiva y financieramente, fue muy bueno.
“Es necesario mirar la cultura del club y entender los diferentes contextos”
En la experiencia más reciente, al frente del SC Braga, hicimos un trabajo notable en un contexto muy exigente, de partidos prácticamente cada tres días, durante cinco meses consecutivos. Hicimos una campaña destacada en Europa, sin derrotas, siendo el mejor equipo portugués frente a otros como Benfica, Porto y Sporting -por cierto, creo que fuimos el mejor equipo de todos los grupos de la Europa League-.
A nivel interno, cuando salí del club, estábamos subiendo rápidamente en la clasificación del campeonato, y llegamos a semifinales de la Copa de la Liga. Desafortunadamente, el trabajo no concluyó como se merecía.
Todas esas vivencias me vuelven, lógicamente, un entrenador más experimentado. Me siento preparado para entrenar cualquier equipo en cualquier campeonato. Recientemente, pensé que había llegado mi oportunidad de entrenar a la Real Sociedad, un club por el que tengo mucho cariño.