Entrevistas Tiempo de lectura: 7 min

Minuto 92

Minuto 92
Fotografía: Octavio Passos para The Coaches' Voice/Getty Images
Redacción
The Coaches' Voice
Publicado el
8 de enero 2024

Vítor Pereira

Porto, 2011-2013

Nunca he vuelto a ver ese partido. Sólo de pensar en ese momento se me pone la piel de gallina.

Fue para vivir experiencias como esa por lo que me convertí en entrenador de fútbol. Es imposible describir la emoción que invadió mi cuerpo con el gol de Kelvin. Es una sensación que llevaré siempre conmigo, en mi memoria emocional.

Tengo la impresión de que nadie en el estadio habría hecho los cambios que hice en la segunda parte. Pero era mi feeling. Una especie de conexión con Dios. No esperaba ninguna aportación táctica de Kelvin. Es decir, sólo le pedí que hiciera lo que más le gustaba: coger el balón y atacar al rival. "Diviértete, juega con confianza, juega a tu manera", le dije.

La idea era intentar provocar un penalti, una falta peligrosa, algo así. Sentía que Kelvin podía sacarse algo de la chistera en una situación en la que necesitábamos marcar sí o sí.

Kelvin fue el autor de un gol histórico para el Porto, recordado por Vítor Pereira en la entrevista con The Coaches' Voice. David Ramos/Getty Images

Era la penúltima jornada de la liga portuguesa de la temporada 2012/13. Recibíamos al Benfica en el estadio del Dragão y ambos equipos seguíamos invictos en la competición. El problema para nosotros, para el Porto, era que el Benfica llegaba al partido con dos puntos más. En otras palabras, el empate no nos servía para nada.

En aquella época, el Benfica tenía la mejor plantilla del fútbol portugués y era entrenado por Jorge Jesus. No hace falta decir que es un gran entrenador. Es muy difícil jugar contra sus equipos. El Benfica de Jorge Jesus tenía muchas soluciones.

"Cuando se prepara una 'final', como la del partido contra el Benfica, hay que centrarse en el aspecto táctico"

Si el Benfica tenía algún punto débil, era en los momentos en los que el priorizaba la defensa de la ventaja. En otras palabras, cuando el Benfica iba ganando el partido y adoptaba un planteamiento más defensivo, tenía algunos puntos vulnerables.

Y eso fue lo que ocurrió aquel día. Al hacer sustituciones más defensivas, Jorge Jesus envió un mensaje a sus jugadores. ‘'Es hora de controlar el juego, de hacer más compacto el equipo".

Vítor Pereira dirigiendo al Porto
Vitor Pereira fue entrenador del Porto de 2011 a 2013, con dos títulos de liga, entre ellos el que narra en esta historia. David Ramos/Getty Images

Mientras ellos miraban el reloj, esperando el final del partido, nosotros seguíamos jugando. A veces oigo decir a la gente que tuvimos suerte. ¿Suerte? Yo suelo responder que hace falta mucha suerte para perder un solo partido en dos temporadas. Hasta ese partido contra el Benfica, nosotros llevábamos una sola derrota en 60 partidos de liga.

Hace falta mucho trabajo para tener suerte en una liga tan competitiva como la portuguesa. Pero entiendo el argumento y lo admito: ese fantástico gol de Kelvin decidió la liga.

"Nadie en el estadio habría hecho los cambios que hice en la segunda parte, Pero era Una especie de conexión con Dios"

Pero les diré una cosa. El Porto que tuve la suerte de dirigir me dio la sensación de controlar siempre las situaciones. Incluso en situaciones extremas, como aquellos momentos finales del derbi en el estadio del Dragão, supimos mantener la concentración y ceñirnos al plan.

Y cuando se prepara una "final", como la del partido contra Benfica, hay que centrarse en el aspecto táctico del juego. La inevitable carga emocional será más fácil de gestionar si el jugador sabe exactamente lo que tiene que hacer sobre el terreno de juego. 

Kelvin, del Porto, haciendo un decisivo gol contra Benfica
Kelvin, en la acción del gol ante el Benfica. Un gol que dio la victoria al Porto ante el Benfica (2-1). Miguel Riopa/AFP via Getty Images

El entrenador tiene que enviar un mensaje claro sobre lo que espera de cada uno de sus jugadores en los diferentes escenarios posibles del partido. Si saben cuáles son sus tareas, estarán más tranquilos para lidiar con las emociones que seguramente surgirán en un contexto así.

En los dos años que estuve al frente del Porto, conseguimos jugar grandes partidos, no sólo contra el Benfica, sino también contra el Sporting y el Braga. El Porto estaba lleno de jugadores con una enorme madurez táctica, que además tenían mucha personalidad para llevar a cabo lo que habíamos planeado.

"El Porto que dirigí me dio la sensación de controlar siempre las situaciones. Incluso en situaciones extremas"

No importaba si jugabámos en casa o fuera. Sabíamos presionar para recuperar el balón, y sabíamos aún mejor qué hacer cuando lo teníamos en los pies. Cuando íbamos por delante en el marcador, era prácticamente imposible que el rival diera la vuelta al partido.

Sólo hay un balón en el campo, y solía estar en nuestra posesión. ¿Cómo iba a marcar goles el rival entonces? El Porto sabía identificar los momentos adecuados para ralentizar o acelerar el juego.

André Villas-Bpas y Vítor Pereira
Vitor Pereira fue asistente de André Villas-Boas (a la izquierda) en el Porto. Jamie McDonald/Getty Images

Sin embargo, mis comienzos como entrenador del Porto no fueron nada fáciles. Me enfrenté a muchas críticas y a la desconfianza de la propia comunidad portista —los aficionados del Porto—. Antes de ser entrenador del club, fui asistente de André Villas-Boas. Heredé su puesto cuando él se marchó al Chelsea.

Ningún antiguo asistente ha logrado éxitos al convertirse en entrenador principal del Porto. Mi historia es única en el club. Eso sí, la presión que tuve fue enorme. Mi experiencia más relevante como entrenador hasta entonces había sido en el Santa Clara, en la segunda división portuguesa.

"Sentía que Kelvin podía sacarse algo de la chistera en una situación en la que necesitábamos marcar sí o sí"

Los dos títulos de liga consecutivos en los dos años que estuve al frente completaron perfectamente mi ciclo en el Porto.

Después de ocho años en el club, sentí que era el momento de buscar nuevas experiencias. En el Porto, fui entrenador del equipo juvenil, después segundo entrenador y hasta que tuve la oportunidad de ser el primer entrenador.

Vítor Pereira, exentrenador del Porto
Vitor Pereira dirigió 60 partidos al Porto en la liga portuguesa, con una sola derrota en dos años. Octavio Passos/Getty Images para The Coaches Voice

Era casi como si fuera un entrenador exclusivo del Porto. Como si perteneciera a la 'marca Porto' de entrenadores. Y yo quería probarme en otra parte, probar nuevos retos y aprender en contextos diferentes.

Eso es lo que he estado haciendo durante los once años transcurridos desde el gol de Kelvin. He recorrido mi camino, trabajado en diferentes países, con escuelas de fútbol distintas, y ahora soy un entrenador mucho más experimentado.

Lo que no ha cambiado es mi pasión por el fútbol. Sigo trabajando con la misma alegría que quien celebra un gol de la victoria en el minuto 92 de un derbi.