Los comienzos nunca son fáciles. Y menos aún en el fútbol.
Pero la paciencia y el trabajo al final acaban dando sus frutos.
Mi llegada a la selección de Qatar fue en julio de 2017. Antes había tenido un largo recorrido en las categorías inferiores del país.
Estábamos jugando un partido de clasificación para la Copa Asia Sub 23 cuando se conoció la noticia de que el seleccionador (Jorge Fossati) dimitía.
Después de terminar el partido con la Sub 23 el presidente de la federación me llamó para comunicarme que habían pensado en mí para hacerme cargo de la selección absoluta. Consideraban que conocía bien a los jugadores y el fútbol del país.
“En mi primer año con el equipo Sub 16 solo había 220 fichas de jugadores en todo el país”
Llevo en Qatar desde 2006, cuando se puso en marcha un proyecto de país para el desarrollo del fútbol.
En los años anteriores había trabajado en las categorías inferiores del FC Barcelona.
Josep Colomer, quien fue director del fútbol base del club, decidió unirse al proyecto Aspire Academy. Me llamó para que me fuera con él.
Viajé a Doha y no tuve dudas.
Vine con mi familia. En ese momento mi mujer estaba embarazada. Tenemos tres hijos, dos chicos y una chica. Los tres han desarrollado su vida aquí. Desde el principio la adaptación ha sido muy fácil.