Voy a ser franco. Yo fui portero, pero a lo largo de mi carrera pasé casi la misma cantidad de tiempo sentado en el banquillo que jugando.
Sin embargo, esto, lejos de ser un problema, me dio dos visiones. Dos perspectivas. Me permitió ver el juego, el espacio; en definitiva, ver todo lo que ocurre sobre un campo de juego. Me ayudó en la forma cómo entiendo el fútbol ahora.
Mi idea de ser entrenador llegó tarde. Cuando te das cuenta de que el balón va más rápido que tú, te dices a ti mismo: “Ok, me encanta el fútbol. Quiero seguir en este mundo, pero no como jugador”.
Fue entonces cuando comencé realmente a pensar sobre el juego. A aprender de eso. Pasé dos o tres años en ese proceso real de intentar meterme dentro del fútbol y mirar a mi futuro.
“Mourinho tuvo un gran impacto sobre mí”
Aprendía mucho de los entrenadores para los que jugué.
En el Porto, con Jose Mourinho, ganamos todos con un grupo fantástico de futbolistas. Mourinho lo construyó. Nos hizo triunfar, ganar todo. Esto tuvo un gran impacto en mí.
Más tarde, de vuelta en Porto, llegó una persona como Jesualdo Ferreira. Tantos años en el fútbol y un hombre completamente lógico en todo lo que dice.
Hay otras cosas también. Jugué en Rusia, en España. Fui parte de la selección nacional de Portugal. Tomas todo lo que experimentas y es como si lo guardaras en una caja. Entonces, cuando necesitas algo de allí, vas y los agarras. Se vuelve un instinto.