Copa del Rey, 23 de enero de 2019
Sarabia (58)
Ben Yedder (76)
La Copa del Rey es una competición especial para el Sevilla. Lo demostró ante el FC Barcelona en la ida de los cuartos de final, adquiriendo una ventaja que le hace soñar con eliminar al Rey de Copas - el equipo azulgrana ha ganado las cuatro últimas ediciones-. Sin Messi, el equipo de Ernesto Valverde volvió a evidenciar sus problemas para generar juego ofensivo, contrarrestado también por un Sevilla muy disciplinado en defensa y acertado arriba. Ambos goles llegaron por la banda izquierda, con Sarabia y Ben Yedder como artilleros. Para el partido de vuelta se presume un encuentro épico entre dos grandes equipos. La remontada azulgrana, sin lugar a dudas, pasa por Messi.
14 / 4
DISPAROS / A PUERTA
11 / 2
44 %
Posesión
56 %
392/313
Pases / Completados
601/524
18 / 1 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
9 / 1 / 0
Análisis: Sevilla
El Sevilla jugó bajo un 3-5-2 en fase de posesión, el mismo sistema que utilizó en el último partido de Liga ante el Real Madrid. Navas y Escudero se destacaron como carrileros para ensanchar el campo con Sarabia, Amadou y Banega como los tres centrocampistas centrales. Arriba jugaron Promes y Ben Yedder.
El Sevilla concedió la posesión al FC Barcelona en la mayoría de las fases del partido para jugar de manera directa con sus delanteros con pases a la espalda de los centrales del FC Barcelona o pases a sus pies. Cuando el Sevilla jugaba con sus delanteros, la idea era devolver el balón al centro del campo antes de abrir el juego a bandas. Una vez que el balón se jugaba en zona central, buscarían atacar el área con hasta cuatro jugadores. Acción llevada a cabo por los dos delanteros, el lateral respectivo y uno de los centrocampistas. Alternativamente también podía usar dos mediocampistas y mantener el lateral más cerca de su propia línea defensiva para evitar el contragolpe.
Hacer el campo ancho fue el objetivo principal del Sevilla, y lo intentaría a través de los movimientos señalados con anterioridad. Asimismo, Banega y Sarabia se posicionaban en espacios intermedios con la intención de abrir una diagonal, lo que desencadenaría una carrera de superposición en ambos laterales.
Una gran parte de los ataques en amplitud del Sevilla se llevaron a cabo por el carril derecho, con los centros de Navas. Sin embargo, las mejores oportunidades – incluido el primer gol –, llegaron por la izquierda. Tal vez se debió en gran parte a que Piqué debía salir más de su zona hacia la banda cuando el ataque del Sevilla se construía por el lado izquierdo y, por lo tanto, no podía defender bien el centro.
Sin la posesión, el Sevilla operó en un 5-3-2 con Navas y Escudero metiéndose con la unidad de tres centrales para dibujar una defensa de cinco. El posicionamiento de Navas y Escudero, sin embargo, no era siempre el mismo. Dependía de una serie de factores. Con el balón más cerca de la portería del Barcelona y en una posición central, los laterales se deslizarían hacia la línea del centro del campo del Sevilla para retener a los extremos del Barcelona. Esto a menudo podría dejar atrás una situación de 3 contra 3 con Kjaer, Mercado y Gómez emparejados con Boateng, Malcolm y Aleña. No obstante, este último suele actuar más en el centro del campo.
Cuando la pelota se movía hacia un lado, a un lateral del Barcelona, el lateral se soltaba para ir y a presionar agresivamente al hombre. Eso obligaba a la línea defensiva del Sevilla a balancearse para cerrar parte del espacio que se abría a la espalda de su lateral. También reforzado con movimientos en el otro extremo del campo para volver a sumar cuatro jugadores en la zona central. Con el balón más cerca de la portería del Sevilla, los laterales se mantendrían más profundos para crear una línea de cinco en defensa y dejaban la responsabilidad de presionar en manos de Banega y Sarabia.
En el mecanismo de presión, Promes y Ben Yedder trataban de evitar el juego entre Rakitic y Arthur, pero esto les resultó difícil cuando eran atraídos por Pique y Lenglet. A menudo los delanteros del Sevilla eran sobrepasados con balones por encima.
El Sevilla intentó operar con una presión alta al hombre, pero se deshacía cuando el delantero decidía no presionar a uno de los centrales del Barcelona, dejando que fuera uno de los centrocampistas locales los que se añadieran esa función. En todo momento destacó el alto compromiso de los jugadores del Sevilla en ejercer este tipo de presión.
Por otro lado, la línea defensiva de tres centrales de Sevilla se mantenía cómoda en la vigilancia de los atacantes del FC Barcelona. Solo acudían a su marcador cuando este contactaba con la pelota. Esto evitó que fueran arrastrados a zonas más altas y generar un espacio a su espalda. Cuando sí se decidían a presionar, antes se aseguraban de llegar y estar cerca del delantero para evitar que giraran.
Análisis: Barcelona
El FC Barcelona se estableció en su habitual formación 4-3-3 con Rakitic, Arthur y Vidal en el mediocampo mientras que Boateng (nuevo fichaje azulgrana), Malcom y Aleñá formaron el ataque.
El Barcelona buscó crear superioridad en la primera fase de juego, incrustando a Rakitic entre los dos defensores centrales, para crear un 3 contra 2 ante los delanteros del Sevilla con Arthur operando entre líneas para recibir pases de penetración. También Rakitic adquirió por momentos ese rol para generar un 3 contra 2 ante la presión del Sevilla.
La relación de movimientos entre Rakitic, Aleñá y Vidal fue clave en el posicionamiento del Barcelona para tratar de jugar a través de los espacios del Sevilla. Cuando Rakitic caía a la espalda de los centrales, Aleñá se lanzaba al medio campo desde su posición de ataque del lado izquierdo. Mientras, Vidal empujaría hacia arriba entre las líneas en el lado opuesto.
La idea era que Sarabia siguiera los movimientos de Aleñá, lo que provocó que Amadou y Banega se desplazaran dejando un posible pase de penetración para Vidal, así como una posible superioridad en ese lado con el chileno, Sergi Roberto y Malcom.
El FC Barcelona buscaba con regularidad jugar al pie con Vidal entre líneas o Boateng cara a cara con la defensa del Sevilla. Asimismo, Boateng buscaba mantener el balón arriba para generar una segunda jugada a través de las carreras de los extremos. Sin embargo, estas carreras no fueron muy frecuentes para el FC Barcelona, limitando así su poder ofensivo.
Los visitantes a menudo utilizaron el juego directo con sus delanteros debido a la presión alta del Sevilla. Eso daba lugar al 3 contra 3 atrás para el ataque azulgrana. Suárez fue mucho más efectivo en el juego directo que Boateng. El Barcelona tuvo la oportunidad de marcar así nada más entrar el delantero uruguayo al campo.
En general, la estrategia de posesión de Barcelona fue en gran medida inefectiva ya que, a pesar de tener el 60% de posesión, solo lograron un disparo a puerta en todo el partido.
Sin la posesión, el Barcelona presionó con un 4-3-3. Los delanteros de Barcelona, sobre todo, irían a buscar el emparejamiento con los tres centrales del Sevilla y los laterales – Sergi Roberto y Semedo – con sus homólogos del Sevilla.
La consecuencia de esta presión agresiva en zonas amplias volvería vulnerable al FC Barcelona, ya que Piqué y Lenglet se quedaron muy solos para defenderse ante Ben Yedder, Promes y cualquier mediocampista avanzado del Sevilla. Para combatir esto, Vidal presionaba a su centrocampista más cercano con Arthur apoyando cerca y dejando libre al mediocampista opuesto. Se sumó también Rakitic, quien realizaba las coberturas a Piqué o Lenglet si necesitaban salir a banda para presionar o interceptar cualquier pase a los delanteros.
Con los anfitriones buscando explotar sus bandas y los laterales del FC Barcelona emparejados con los laterales del Sevilla, la responsabilidad recaía en el centro del campo, encargado de vigilar las carreras que podían surgir a la espalda de Semedo y Sergi Roberto. Con los mediocampistas haciendo este trabajo, esto permitió que los zagueros se quedaran en el área para defender un posible centro, aunque siempre podría abrirse un hueco en la estructura defensiva al tener que salir uno de los centrales a cubrir el envío, como así ocurrió en el primer gol del Sevilla.