La Liga, 6 de abril de 2019
Suárez (85)
Messi (86)
El Barcelona firmó una victoria clave ante el Atlético de Madrid que lo deja arañando el título de la Liga. Un partido marcado por la expulsión de Diego Costa a la media de hora de partido, dejando a su equipo con un hombre menos y obligado a conseguir una proeza.
Estuvo cerca de conseguirlo el conjunto de Simeone, al menos con el empate, pero las grandes estrellas del Barcelona emergieron en los últimos minutos. Primero Luis Suárez, con un espectacular lanzamiento desde fuera del área que batió a Jan Oblak, sin lugar a dudas el mejor jugador del Atlético. Solo un minuto después, Messi firmó una nueva obra de arte, parándose dentro del área para “embocar” el 2-0 con un sutil toque con el pie izquierdo.
La victoria deja al Barcelona con 73 puntos en lo más alto de la clasificación. Le separa con el Atlético de Madrid una distancia de 11 puntos y 13 con el Real Madrid. Ahora solo falta saber cuándo y dónde cantará el equipo azulgrana un nuevo título de Liga, el que sería el número 10 de Messi y el 26 del Barcelona en su historia.
21 / 10
DISPAROS / A PUERTA
9 / 2
61 %
Posesión
39 %
759 / 694
Pases / Completados
428 / 364
13 / 3 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
12 / 4 / 1
Análisis: Barcelona
En ataque:
4-3-3 con ambos laterales en posiciones avanzadas para buscar la espalda de la defensa del Atlético. Coutinho, Luis Suárez y Messi formaron muy juntos por dentro, brindando opciones de pases hacia adelante a través de los espacios que se abrían entre los centrocampistas rivales.
La primera oportunidad de gol fue cuando Messi se descolgó para participar en la creación de juego y la carrera diagonal de Coutinho arrastró a su marcador. Esto abrió un espacio para que Jordi Alba penetrara desde atrás. Sin embargo, su remate se encontró con el palo.
Otros movimientos internos de Coutinho también tuvieron éxito, ya que Suárez arrastró a uno de los centrales del Atlético fuera de su zona. Esto creó un espacio dentro de la defensa visitante, lo que permitió pases interiores para el brasileño. No obstante, todas las ocasiones de gol acabaron en manos de un gran Jan Oblak.
Cuando el Atlético se quedó con 10 hombres, el control del partido fue claramente para el Barcelona. Desde entonces se convirtió en un ejercicio de paciencia ante un Atlético naturalmente asentado en un bloque más bajo para defenderse.
Los visitantes volvieron a armar su línea defensiva, sacrificando a un jugador en el medio campo para intentar cerrar los espacios en el carril central por donde Messi o Coutinho tenían más tiempo la pelota para elegir dividir a través de pases o conducción. También se agitaron en esa zona Rakitic y Arthur, ahora en posiciones más avanzadas.
A pesar de eso, el bloque defensivo rival no mostró signos de fuga. Congestionó los espacios entre las líneas en el segundo período, ya que su cobertura en el medio campo se expandió de 3 a 4 unidades. Aunque esto inhibió su juego de ataque, el Atlético consiguió su objetivo de bloquear cualquier espacio de penetración en contra.
La construcción más amplia del Barcelona resultó ser la más efectiva, ya que Jordi Alba y Sergi Roberto se mantuvieron arriba, con el Atlético manteniendo a sus centrocampistas de banda más retrasados. La entrada de Malcom por Arthur permitió al Barcelona atacar de manera definitiva y mejor por bandas.
Para compensar, la línea defensiva del Atlético se extendió para cubrir más espacio. Algo que Messi, en un papel central fijo, pronto aprovechó. La presión constante del Barcelona acabó por quebrar la línea trasera del Atlético, con el gol de Luis Suárez en la recta final. Cuando el Atlético intentó empujar a varios jugadores hacia adelante desde el saque inicial tras el gol, el Barcelona recuperó el balón y contragolpeó para que Messi hiciera más grande la distancia.
En defensa:
Cuando perdía la posesión, su línea de ataque y Arthur y Rakitic presionaban inmediatamente la pelota con el apoyo del atacante de banda. Esto no siempre acabó con recuperaciones, pero sí impidió que el Atlético encontrara rápidamente a Diego Costa y el origen de una segunda jugada. Además, esto también permitió a los laterales mantenerse muy arriba.
En una estructura en bloque central más estable, Rakitic se iba a la derecha, con Coutinho retrocediendo para vigilar las carreras hacia adelante de Santiago Arias. La mejor opción de ataque del Atlético llegaba por esta zona.
Una variedad de balones en el área buscando a Costa llevó sensación de peligro, pero la naturaleza combativa de Piqué y Lenglet era más que suficiente para cerrar cualquier centro.
Piqué y Lenglet lucharon en ocasiones con el enlace de Griezmann en el segundo tiempo, ya que el bloque más retrasado del Atlético llevó naturalmente al Barcelona más arriba. A su vez, esto creó más espacio por detrás para los atacantes.
Si Piqué o Lenglet perdían la pelota en su avance, la pareja de centrales del Barcelona era atacada a través de las carreras de Griezmann, quien conectó con Koke y Saúl. Sin embargo, las probabilidades de éxito fueron nulas debido a que eran carreras en solitario, facilitando así la recuperación del Barcelona.
Análisis: Atlético de Madrid
En ataque:
3-4-3 con Arias moviéndose muy alto durante la construcción. A su vez, Koke permaneció en una posición centrada para formar un medio del campo muy compacto cuando el Atlético defendía.
Esto significó que, durante los momentos de transición, la carrera hacia adelante de Arias ayudó a arrastrar a Coutinho más atrás, lo que luego ayudó a anular al brasileño cuando el Barcelona recuperaba el balón.
Saúl también proporcionó altura y amplitud en el ataque, buscando la espalda de Sergi Roberto. Por su parte, el lateral izquierdo Filipe Luis brindó un enfoque de ataque más equilibrado para complementar el alto posicionamiento de su compañero por banda.
Su papel más defensivo proporcionó cobertura instantánea después de una pérdida de posesión, y una opción de centro cuando el equipo visitante buscaba a Diego Costa dentro del área. La participación de Griezmann con el balón fue rara, ya que los espacios entre las líneas de Barcelona eran ajustados y difíciles de combinar.
Por lo tanto, el francés se alejó de los centrales del Barcelona y buscó ponerse a la altura de la línea de pase siempre que fuera posible. De este modo, se encontraba recibiendo de espaldas por el carril derecho, mientras Arias seguía avanzando. Una situación que ofrecía poco, ya que el Barcelona era demasiado inteligente en la lectura de ese movimiento como para ser atraído a una presión aislada.
Como se esperaba, el juego de ataque del Atlético en la segunda mitad fue extremadamente limitado, solo buscando las transiciones.
Su bloque defensivo ayudó a atraer a uno de los defensores centrales del Barcelona a una posición más alta, a menudo a través de una conducción. Esto creó más espacio para las transiciones, especialmente cuando los locales continuaron empujando a ambos laterales lo más arriba posible.
Las combinaciones con el “tercer hombre” demostraron ser el método más eficaz para escapar del bloque bajo, con Griezmann como único delantero. Al francés se le buscó en pases directos, pero el atacante no pudo ir más allá del medio del campo.
Morata se sumó más tarde como delantero centro, con Griezmann yéndose entonces a la izquierda. Esto agregó poco a su juego de ataque, ya que los jugadores de banda no tenían energía para subir y bajar repetidamente contra la sobrecarga del Barcelona en campo propio.
En defensa:
Bloque medio 4-4-2 durante la mayor parte de la primera mitad, con varios momentos en un bloque inferior para congestionar el juego de ataque paciente del Barcelona.
La principal prioridad para el Atlético fue detener el contraataque tras pérdida, y mantener a Luis Filipe en una posición más profunda aseguró que cualquier combinación del lado derecho, generalmente a través de Messi, careciera de tiempo y espacio para seguir adelante.
La posición interna de Koke también aseguró que Coutinho no pudiera driblar hacia adelante después de una recuperación, con Thomas y Rodri apoyando ese movimiento.
A medida que avanzaba la primera mitad, el Atlético fue cada vez más efectivo después de perder la posesión, lo que obligó al Barcelona a construir a un espacio reducido. La tarjeta roja de Diego Costa lo cambió todo. Obligando al cambio de Arias por Ángel Correa.
Desde entonces, el Atlético utilizó un bloque bajo defensivo 4-3-2, con Koke, Saúl y Rodri formando un trío central. Thomas pasó a ser lateral derecho para mantener la línea de 4 atrás.
El Atlético se refugió en un 4-4-1 para la segunda mitad, con Correa como centrocampista derecho y Thomas como lateral. Este bloque más profundo ayudó a atraer defensas del Barcelona más arriba para intentar explotar después las transiciones.
Al mismo tiempo, y ante un Atlético al que le costaba cada vez más reorganizarse, Messi y compañía empezaron a explotar los espacios cerca del área. Al final, llegaron los goles de Luis Suárez y Messi.