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Talento y trabajo duro

Talento y trabajo duro
Fotografía: Sergio Cueto
Redacción
Héctor García
Publicado el
diciembre 8 2022

Luis de la Fuente

Seleccionador de España, 2022-Presente

“Evolucionar sin renunciar a nuestro estilo”.

Fue mi respuesta cuando me preguntaron sobre mi idea de juego al ser presentado como seleccionador de España Sub 21 en 2018.

Conseguir tener herramientas diferentes para afrontar todas las situaciones que van surgiendo en un partido.

Porque con el talento, por sí solo, no es suficiente.

En cambio, sí creo que el trabajo duro gana al talento cuando el talento no trabaja duro.

Por suerte ese mensaje está muy interiorizado en estos jugadores. Ambas cosas les vienen de serie.

En el fútbol, como ocurre en la vida, nos quedamos con el último instante. El éxito inmediato. Pero el triunfo en Italia es fruto de un largo proceso de trabajo.

Con un origen: el Europeo de Grecia Sub 19 en 2014. Allí nos sucedió algo parecido a lo ocurrido en el campeonato Sub-21.

Empezamos ganando el primer partido, ante Alemania por 3-0. Con esa victoria desde fuera parecía que íbamos a ganar el campeonato fácil.

Alessandro Sabattini/Getty Images

Pero en el fútbol no hay nada sencillo. En el segundo encuentro, contra Rusia, perdimos por un 3-1.

Eso creó en el grupo una situación de estrés: estábamos muy cerca de quedar fuera del campeonato. Una situación más complicada de gestionar en chicos de solo 19 años, acostumbrados todos a ganar casi siempre con sus equipos.

Finalmente logramos seguir adelante con un agónico empate ante Holanda que nos permitió pasar por tener mejor diferencia de goles a favor y en contra.

"Me gusta hablarles a los jugadores de temas muy concretos, muy específicos y ser directo con ellos"


Superada esa adversidad, ganamos la semifinal ante Francia y la final, precisamente, contra Rusia.

Eso habla de un grupo muy fuerte psicológicamente. Como lo han vuelto a demostrar.

Para el campeonato de Europa Sub 21 bastó con decirles lo que necesitaban oír para convencerlos.

“Poner corazón, trabajo, esfuerzo y, sobre todo, compañerismo”. Eso se traducía en que las individualidades, que son excepcionales, se pusieran al servicio del colectivo.

Si lo hacíamos así, teníamos todas las posibilidades para ser campeones.

Porque ese era el mensaje: “Vamos a ser campeones”. Lo repetimos una y otra vez porque queríamos que calara en el grupo.

Sergio Cueto

No importó que perdiéramos el primer partido ante Italia. Una derrota que nos dejaba casi fuera.

El equipo, como ya hizo en 2014, se sobrepuso a todas las adversidades –ganando a Bélgica en unas condiciones extremas de calor, goleando a Polonia o remontando en semifinales ante Francia– para llegar hasta la final contra Alemania. El gran momento de esta generación.

Dicen que tengo fama de ser un pesado con las charlas a los jugadores.

“’Joer’, entrenador”, a veces me dicen los jugadores en broma cuando me caliento y hago charlas largas.

Reconozco que me cuesta acortarlas, pero procuro controlar los tiempos. Porque a un jugador no le puedes dar una charla de 30 minutos. A los 20 está desconectado.

Pero sí me gusta hablarles mucho de temas muy concretos, muy específicos y ser directo con ellos.

Creo que es importante conocer lo que piensa el futbolista. Cómo se sienten en cada momento.

Ya lo hacía en mi etapa de jugador cuando estuve con el Athletic Club, el Sevilla y el Deportivo Alavés. Por entonces, me fijaba en cómo reaccionaban mis compañeros ante las situaciones que le planteaban los entrenadores. Su respuesta en el campo ante ese estímulo.

Esas experiencias me permiten ahora tener un criterio.

Por supuesto, un criterio que es personal. Con esto quiero decir que no tiene que ser el válido para todos los jugadores y todos los equipos, pero yo siempre trato de buscar ese punto que sí sea eficaz con el jugador.

Alessandro Sabattini/Getty Images

Así hicimos con varios jugadores que llegaron al campeonato con poco protagonismo en sus equipos. Lejos de lamentarnos, buscamos el lado positivo: “Si has jugado menos partidos, estarás más frescos que otros jugadores que llevaban 50 partidos”.

Se convencieron de eso y luego solo necesitaron un par de partidos para coger ritmo. Cuando lo hicieron, salieron disparados por esa frescura que tenían en las piernas.

La charla previa ante Alemania se centró más en lo emocional. Tácticamente no había mucho que tocar. El nivel del equipo había sido muy alto en los  partidos anteriores.

“Es nuestra oportunidad. Nuestro partido. El premio a todo lo que habíamos construido durante este tiempo”.

Después, analizando ese partido, se puede ver que hicimos una actuación de una gran riqueza de diferentes aspectos futbolísticos, con las herramientas que requería cada momento.

Un primer tramo muy bueno de juego combinativo. Pero también saber sufrir al comienzo de la segunda mitad en un bloque bajo donde fuimos una piña. Y lo más importante, hacer daño al contragolpe.

"En España tenemos un gran defecto. Algo muy ‘Made in Spain’. Siempre creemos que es mejor lo de fuera"


Esta victoria les ha cambiado la vida a los jugadores. Lo podías ver en sus caras en la vuelta a casa.

Muchos de ellos venían ya de superclubes, pero ahora están muy por encima del valor que tenían antes de este triunfo. Les ha dado un prestigio y un reconocimiento.

También espero que esta victoria sirva para reivindicar el talento del futbolista español, del que me declaro gran defensor.

Aunque en España tenemos un gran defecto. Algo muy ‘Made in Spain’. Siempre creemos que es mejor lo de fuera.

Pero yo tengo claro que apostaría siempre por este tipo de futbolistas.

Porque sé que son un valor seguro.

Sergio Cueto

En mi caso, este éxito lo gestiono con tranquilidad.

Ser entrenador me ha hecho más disciplinado.

Cuando eres futbolista, también eres joven. Y eso te hace no ver muchas cosas que ves como entrenador, las cuales puedes interpretarlas y gestionarlas de una determinada manera.

Coincidiendo con la idea de juego que quería para este equipo, yo también he ido evolucionando con el paso del tiempo.

Dándole sentido a lo que hago con orden y equilibrio.

Esas actitudes ante la vida que antes no tenía me permiten ser feliz y estar muy satisfecho de lo que hago cada día.