Supercopa de Europa, 14 de agosto 2019
Sadio Mané (48) (95)
Giroud (36)
Jorginho (101 pen)
Estambul volvió a ser escenario de gran recuerdo para el Liverpool. Esta vez la gran ciudad de Turquía medía las fuerzas entre el campeón de la Champions League, los Reds, y el de la Europa League, el Chelsea. Un encuentro cargado de ritmo, goles y emoción para llegar hasta la tanda de penaltis después de que ambos rivales neutralizaran la ventaja de su rival en el partido.
Se adelantó en el marcador el Chelsea con el gol de Giroud, respondiendo el Liverpool con los goles de Mané antes del descanso y en el segundo tiempo. Hizo lo propio el equipo dirigido por Frank Lampard minutos después con el gol de penalti transformado por Jorginho tras un falta cometida por Adrián, guardameta del Liverpool, sobre Abraham. Un tanto que llevó el partido hasta la prórroga, donde apenas ocurrieron acontecimientos destacados en ataque debido, en gran parte, al cansancio de ambos equipos.
En la definición por penales, sobresalió la figura de Adrián, que se descargó de la acción del penalti para señalarse como nuevo héroe de Anfield con la parada a Abraham en el último lanzamiento del Chelsea. El Liverpool suma su cuarta Supercopa de Europa (1977, 2001, 2005, 2019), igualando así al Real Madrid y a solo uno por detrás de Barcelona y Milan.
17 / 8
DISPAROS / A PUERTA
17 / 5
51 %
Posesión
49 %
735 / 615
Pases / Completados
692 / 587
10/ 2 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
11/ 1 / 0
El Liverpool se instaló en una formación 4-3-3 con Fabinho, Milner y Henderson en el medio del campo, mientras que Salah, Mané y Oxlade-Chamberlain formaron la línea de ataque.
En la primera mitad, el Liverpool utilizó a sus tres mediocampistas para cubrir grandes distancias (abajo). Fabinho tendía a permanecer en el centro y ofrecer opciones de pases seguros -así como seguridad defensiva en caso de transiciones-, Henderson se mostraba como una amenaza ofensiva moviéndose por detrás del mediocampo del Chelsea, mientras que Milner abarcaba más metros y distintos roles. En ocasiones como falso lateral para permitir que Robertson subiera su línea, en otros momentos yendo a espacios centrales en defensa para permitir la subida de uno de los centrales o también ocupando una posición de ataque de extremo izquierdo para que Chamberlain se juntara con Mané por dentro, y moverse después hacia el lado derecho para crear una sobrecarga por esa zona.
Eso hizo que el centro del campo de Liverpool fuera difícil de rastrear por su rival, pero también significó que en algunos momentos careciera del suficiente equilibrio. De este modo, los Reds tuvieron problemas para formular ataques bien organizados.
Atacar la espalda de Emerson:
Un área a la que el Liverpool prestó especial atención fue al espacio a la espalda de Emerson. Allí llevó regularmente a Salah para darle pases diagonales entre los centrales del Chelsea, o a Fabinho, quien atraía a Emerson para presionarlo. Cuando esto ocurría, Henderson emprendía una carrera diagonal por detrás del lateral brasileño para recibir el pase de Salah y buscar un centro al área para Mané u Oxlade-Chamberlain.
La entrada de Firmino en el segundo tiempo llevó consigo un aumento significativo en el equilibrio del Liverpool, y una mayor presencia en las áreas centrales. Como de costumbre, el internacional brasileño solía caer a zonas del medio del campo para crear un "hombre extra" capaz de unir las jugadas (abajo). Esto permitió que Mané y Salah se mantuvieran arriba y amenazaran los espacios que dejaba el Chelsea en defensa, ya que los centrales del Chelsea se mostraron reacios a seguir la marca de Firmino para evitar el espacio que se podría crear por detrás de ellos.
Desorganizar al Chelsea:
A medida que avanzaba el partido, el Liverpool comenzó a usar a sus centrocampistas centrales, Henderson y el suplente Wijnaldum con una mentalidad más ofensiva, atacando tan arriba como Salah, Mané y Firmino. El objetivo era confundir a los defensores del Chelsea para que siguieran sus diversos movimientos y desorganizar así la línea defensiva, creando así espacios por donde el Liverpool podría penetrar.
El Chelsea usó un 4-3-3 sin posesión con Jorginho, Kanté y Kovacic como los tres centrocampistas centrales por detrás de Pulisic, Giroud y Pedro (abajo). Los Blues flotaron entre esta estructura y un 4-1-4-1 mediante la cual Pulisic y Pedro se metían en la línea del centro del campo en los espacios de Kovacic y Kanté, respectivamente, mientras que Jorginho se colocaba entre las línea defensiva y el medio campo.
Más seguridad defensiva:
El Chelsea trabajó en un bloque medio en defensa en vez de la agresiva presión en primera línea que vimos en su derrota por 4-0 ante Manchester United el pasado fin de semana. Ocasionalmente se podía ver a Kanté o Pulisic saliendo de su zona para unirse a Giroud en la primera línea y presionar al central de su lado, pero esto solo sucedía si sentían que se mantenía la estructura defensiva y el central recibía un pase horizontal.
También trabajó con responsabilidades defensivas orientadas al marcaje hombre por hombre en el mediocampo. Sin embargo, el seguimiento de estas marcas fue algo más confusa cuando los centrocampistas del Liverpool comenzaron a alejarse de sus posiciones hacia zonas más retrasadas y amplias, ya que los centrocampistas del Chelsea optaron por mantener su posición con el objetivo de no romper una estructura compacta.
El Chelsea luchó para hacer frente a la acumulación central del Liverpool en la segunda mitad, consecuencia de la entrada al campo de Firmino en el espacio de Jorginho. Con el jugador brasileño cayendo al mediocampo y sin defensores del Chelsea siguiendo su marca, Jorginho no estaba dispuesto a ir y presionar a Fabinho más arriba. Eso permitió a Fabinho recibir y girarse en varias ocasiones en la segunda mitad, lo que nuevamente resultó en que el Chelsea operara en un bloqueo más bien medio bajo que ir a una presión alta.
Priorizó el contragolpe para hacer daño:
El Chelsea usó un 4-3-3 en posesión con la misma configuración posicional que su estructura en posesión (abajo). Lejos de priorizar el dominio del balón, se limitó a contraatacar con Pedro, Pulisic y Giroud tratando de explotar el espacio que se creaba en las transiciones. Kanté también fue una gran amenaza para atacar bajo este modelo, a menudo ganando la pelota él mismo y luego conduciendo hacia adelante para iniciar el contraataque.
En lugar de construir desde Kepa, el Chelsea envió regularmente el balón directamente a Giroud, batiéndose en duelos aéreos con Van Dijk y Matip. A medida que avanzaba la primera mitad, los Blues comenzaron a ofrecer una amenaza significativa por detrás de la línea defensiva de Liverpool, que jugó con mucho espacio a su espalda. Esto le hizo ser a los Reds compactos arriba, sin embargo, les fue difícil defender este espacio cuando mantuvieron una línea alta sin presión sobre el portador de la pelota.
El Chelsea trató de explotar esta vía jugando desplazamientos en largo, pero el momento del pase fue a menudo algo tarde, lo que provocó que los atacantes del Chelsea fueran sorprendidos en fuera de juego en numerosas ocasiones y resultara en dos goles anulados. El Chelsea también demostró fluidez e inteligencia en el último tercio de campo, causando problemas al Liverpool con carreras diagonales por detrás de de su defensa con pases más cortos entre sus atacantes. El movimiento de Giroud en el primer gol fue un buen ejemplo de esto.
En fase defensiva, el Liverpool se mantuvo en su estructura 4-3-3 habitual y buscó presionar al Chelsea hombre a hombre agresivamente siempre que fue posible. El Liverpool tenía una estrategia variada para hacerle daño a los laterales del Chelsea. A veces, Robertson y Gomez iban a la presión de sus oponentes con Van Dijk y Matip cruzándose a banda para encargarse de Pulisic o Pedro, dejando así una situación de 3 contra 3 en defensa. Una estrategia más común se dio en la segunda mitad, por la cual Firmino se encargó de Jorginho, dejando a Fabinho libre.
Problemas a su espalda en la defensa Red:
Mientras Kepa se preparaba para jugar, por ejemplo, con Emerson cerca de Salah, Henderson se situaba por detrás del lateral del Chelsea, listo para presionarlo cuando llegara el pase aéreo, al mismo tiempo que Fabinho se movía para cubrir a Kovacic, cuya marca había sido liberada por Henderson (abajo).
La capacidad constante de Fabinho para las coberturas de sus compañeros aseguró que el Liverpool no fuera vulnerable por dentro. Al presionar de esta manera, la línea defensiva del Liverpool permanecía con sus cuatro unidades, con Gómez y Robertson emparejados con Pulisic y Pedro, respectivamente, si se desplazaban hacia áreas más profundas.
No obstante, la preocupación para los de Anfield seguía siendo el espacio que quedaba por detrás de su línea defensiva cuando había muy poca o ninguna presión sobre el balón (arriba). A pesar de tener unos defensores capaces de recuperarse en carreras ante sus rivales, los dejaba muy abiertos ante los ataques del Chelsea.
Jurgen Klopp destacó el papel de Adrián, quien apenas lleva unas pocos días en el club inglés después de haberse entrenado con un equipo amateur en España durante este verano. "Ha jugado un partido increíble, con paradas sensacionales. Los dos porteros (en relación a Kepa) lo han hecho bien pero en el caso de Adrián es más sorprendente, porque no ha tenido tiempo de preparación. Para ser honestos no sé cuando jugó por última vez con el West Ham, pero estar preparado como lo ha estado es increíble. Nos ha ayudado mucho y puede estar orgulloso de lo que ha hecho esta noche". En su primer triunfo en la Supercopa, el entrenador del Liverpool también resaltó el compromiso de su equipo: "Tuvimos que pelear y los muchachos lo hicieron. Se trataba de ganarlo y lo hicimos al final”.
"Se ha jugado realmente bien. Queríamos ganar este partido, pero perder así es morir con orgullo", dijo Frank Lampard, quien lamentó el desarrollo de la primera mitad, donde cree que su equipo podría"haber conseguido más, pero es de entender que el Liverpool puede golpear en cualquier momento, tienen un juego de calidad; en todo caso recuperamos el 2-2". El entrenador del Chelsea también valoró especialmente el trabajo de Jorginho y de Emerson, aunque subrayó que “todos los jugadores han dado lo que han podido durante 120 minutos”.
Redacción: Héctor García