La Liga, 1 de diciembre 2019
Messi (86)
Arrancó el Atlético de Madrid fulgurante, acumulando varias ocasiones de gol en los primeros veinte minutos de partido. Sin embargo, esos acercamientos con peligro fueron frenados por un acertado Marc-André Ter Stegen o la falta de puntería del equipo rojiblanco.
Un problema que los de Diego Pablo Simeone arrastran desde principio de temporada (16 goles en 15 partidos de Liga). Todo lo contrario que Leo Messi, certero en su acercamiento más peligroso a la portería de Oblak para dar los tres puntos al Barcelona, que se mantiene en el liderato de La Liga con 31 puntos, los mismos que el Real Madrid (los blancos ganaron 1-2 al Eibar). Mientras, Diego Pablo Simeone sigue con su particular racha negativa ante el equipo azulgrana, al que aún no ha conseguido ganar en La Liga. En 16 partidos el balance es de cinco empates y once derrotas.
14 / 3
DISPAROS / A PUERTA
13 / 6
36 %
Posesión
64 %
386 / 316
Pases / Completados
707 / 631
13 / 4 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
11 / 4 / 0
El Atlético de Madrid partió de inicio con la incorporación de Saúl en el lateral izquierdo, ejerciendo un rol defensivo sobre Leo Messi y dejando a Kieran Trippier como lateral más profundo ante la ausencia de Lodi. También tuvo su primera titularidad João Félix tras su lesión en el tobillo.
El Barcelona, por su parte, suplió la ausencia de Sergio Busquets con Ivan Rakitic en su posición ayudado por la juventud de Arthur y Frankie De Jong. Posición, sin embargo, en la que el croata sufrió defensivamente a la hora de girar y superar intervalos de presión.
Perfil ofensivo en los locales:
El Atlético de Madrid se colocó de inicio con un 4-4-2 con Félix acompañando a Álvaro Morata en la punta de ataque y Ángel Correa en la derecha. Mientras, el Barcelona no varió su sistema y colocó un 4-3-3 (abajo) en fase ofensiva con libertad para Messi y Griezmann dando amplitud con laterales muy largos.
En fase defensiva el Atlético de Madrid pretendió cerrar los pasillos interiores con gran densidad defensiva y líneas muy juntas, dejando liberado siempre el lado débil e intentando que se jugara en no más de veinte metros.
El Barcelona intentó mantener la posesión del balón, pero en fase de creación se le hizo muy difícil desde el inicio debido a la falta de espacios y la intensidad defensiva del equipo local. La mayor dificultad la tenían Arthur y De Jong, quienes tenían la complicada tarea de encontrar los espacios dentro del bloque defensivo rojiblanco que ahogó la circulación azulgrana.
Dos estilos diferentes:
En fase ofensiva se pudo observar cierta variante lógica por la naturaleza de los futbolistas, y es que Ángel Correa por momentos se posicionaba en la línea de ataque formando tridente con Morata y Félix. Se mostraron sobre el césped planteamientos tan opuestos con un equipo que quería utilizar todos los metros posibles y otro que buscaba mucho más el duelo individual y acabar las jugadas de una manera más rápida.
Y así el Atlético de Madrid ganó la batalla del espacio y consiguió ganar todas esas disputas y segundas jugadas, que le permitieron generar peligro sobre la portería del Barcelona a base de centros laterales (arriba) y acciones a balón parado.
Presión alta:
En varias ocasiones el Atlético de Madrid intentó la presión alta en fase de inicio (abajo) y es ahí donde se podía encontrar situaciones peligrosas, si el Barcelona conseguía superar esa primera línea. Entonces De Jong, Arthur y Messi podían recibir en posiciones interiores con espacios y lanzar un ataque que el Atlético de Madrid tenía que parar con faltas para no conceder ocasiones de peligro. Con ese riesgo asumido, cuando la presión fue efectiva, el equipo de Simeone consiguió robos de balón con superioridad para poder finalizar jugada ya que los jugadores del Barcelona se encontraban en posición de despliegue.
Los visitantes se establecieron en 4-4-2 en fase defensiva cuando la jugada del Atlético de Madrid no conseguía finalizar la acción rápidamente, situación en la que se encontró más cómodo ya que al equipo local le costó más generar en esas situaciones. Las condiciones climáticas no ayudaron a las transiciones ya que la intensa lluvia hizo que el balón corriera en exceso lo que obligaba a extremar la precisión y dificultaba los balones al espacio.
Los esfuerzos del Atlético de Madrid empezaron a hacer mella en su juego y el Barcelona comenzó a conseguir posesiones más largas, lo que le permitió generar ocasiones, con un Messi más pegado a banda de lo habitual (abajo) para poder recibir con espacios y partir desde esa posición.
El Barcelona domina el segundo tiempo:
El guión de la segunda parte fue distinto, el Barcelona consiguió imponer su ritmo y el Atlético se limitó a permanecer replegado defendiendo bien y buscando salir al contragolpe con Morata, Félix y Correa (abajo).
Se convirtió en un partido mucho más abierto donde los espacios eran más evidente en fase de creación azulgrana. Así, Messi pudo empezar a recibir balones entre líneas (abajo) y ser más peligroso.
El Atlético de Madrid volvió a demostrar que es un equipo que sabe sufrir en este tipo de situaciones y evidenció también que en jugadas dentro de área propia es un equipo trabajado, fijando bien las marcas y con los defensores adoptando buenas orientaciones corporales para tapar el pase atrás en un trabajo defensivo con varias unidades bien ordenadas (abajo).
La genialidad de Messi:
Y fue en el minuto 85 cuando llegó el momento decisivo. Fue en una transición del Barcelona con Messi recibiendo por dentro y tras una pared con Luis Suárez tiró a puerta con el interior. Apretó el Atlético en los últimos minutos y finalizó el partido con una falta lateral de la cual podrían haber sacado mayor rédito.
“Impotencia no siento porque ante un golazo solo queda aplaudir. Cuando la jugada se precipitó para el contragolpe olía a peligro. Messi y Suárez tienen esa situación bien manejada. Cuando el partido se parte, Messi aprovecha los espacios que el rival deja y ahí es un jugador determinante”, dijo Simeone sobre el gol definitivo. El entrenador del Atlético también analizó la situación del equipo y los objetivos a futuro en "un año de transición". "Yo soy el que menos paciencia tiene, pero hay que entender el cambio enorme que ha habido en el equipo, que necesita su tiempo para mejorar", explicó.
"Esperábamos que el Atlético empezara así. Los primeros 20 minutos hemos estado fuertes y cada situación de ataque nos hacían daño. A medida que iba avanzando hemos controlado más y los dos equipos hemos tenido dos ocasiones claras. El segundo tiempo ha sido un poco más nuestro" analizó Ernesto Valverde. El entrenador del Barcelona volvió a detenerse en la actuación de Messi: "No tengo explicación para Messi. No es solo cuestión de talento. A Messi se le ve siempre. Tiene siempre una gran ambición con el club y con el fútbol".