Premier League, 4 de diciembre 2019
Divock Origi (6, 31)
Shaqiri (17)
Sadio Mané (45)
Wijnaldum (90)
Michael Kane (21)
Richarlison (45+3)
El Liverpool sigue imparable en la Premier League, con una nueva una victoria -14 en 15 partidos-, esta vez ante el Everton en el derbi de la ciudad. A pesar de contar con varias bajas en ataque, los de Jurgen Klopp salieron a Anfield con su habitual ritmo de juego, abriendo una distancia de dos goles en el marcador en el primer cuarto de hora con los goles de Divock Origi y Xherdan Shaqiri.
A partir de ahí, el encuentro entró en una dinámica constante de ida y vuelta, cerrándose el primer tiempo 3-2 favor del Liverpool después de los goles de Michael Kane y Richarlison para los visitantes y Sadio Mané en los Reds.
Diferente fue la segunda mitad, con más control por parte del equipo local, que aseguró los tres puntos con el gol de Wijnaldum en la recta final. Con este triunfo en el derbi de Merseyside, el Liverpool mantiene su distancia de ocho puntos con el Leicester City, segundo en la clasificación, y once sobre el Manchester City en la cabeza de la clasificación. La derrota, por contra, lleva al Everton a los puestos de descenso después de sumar solo 14 puntos en 15 jornadas.
11 / 5
DISPAROS / A PUERTA
10 / 4
57 %
Posesión
43 %
508 / 433
Pases / Completados
370 / 296
12 / 1 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
17 / 2 / 0
El Liverpool presentó algunas novedades en su once inicial operando en un 4-2-3-1 (abajo) en fase de posesión con Xheran Shaqiri, Adam Lallana y Sadio Mané en apoyo de Divock Origi, delantero centro.
Desajustes defensivos en el Everton:
Los Reds hicieron frente a un Everton que jugó inicialmente en 5-4-1 (abajo) sin posesión. Alex Iwobi, Tom Davies, Gylfi Sigurdsson y Richarlison en la línea de cuatro del medio del campo y Dominic Calvert-Lewin arriba en solitario.
De salida, el Everton cedió la posesión a su rival, permitiendo que los centrales del Liverpool, Dejan Lovren y Virgil Van Dijk, construyeran desde atrás. Pero hubo algunos desajustes fundamentales en la fase defensiva visitante, que les hizo verse por detrás en el marcador desde muy pronto.
Mientras jugaban en bloque medio, la línea defensiva debía ajustarse en la presión hacia el balón protegiendo también el espacio a la espalda, particularmente ante las carreras de Origi y Mané a estas zonas. Sin embargo, el Everton mantuvo una presión alta que acarreó dos problemas. Primero Calvert-Lewin, teniendo que cerrar el espacio entre los dos centrales del Liverpool para evitar la salida de balón desde atrás (abajo). Esto lo solucionó el Liverpool abriendo a sus dos centrales, evitando así que el delantero del Everton pudiera ejercer una presión efectiva cuando ambos combinaban.
Cambio de un 4-2-3-1 a un 4-4-2:
Esto dejó espacios desprotegidos, jugando el Liverpool con balón en largo para atacar la espalda de la defensa del Everton. En segundo lugar, el portero Jordan Pickford estuvo demasiado cerca de los tres palos, por lo que no pudo frenar ningún balón a la espalda, creando así más espacio para el Liverpool. Los atacantes locales buscaron las carreras en diagonal, de fuera hacia dentro a la espalda de los carrileros y centrales del Everton.
La línea defensiva visitante se mostró insegura cuando tenía que construir por fuera o rastrear las carreras de los extremos del Liverpool. Cuando los problemas de los visitantes en defensa eran más que evidentes, Marco Silva cambió a un 4-2-3-1 en fase de posesión y a un 4-4-2 en fase defensiva (abajo).
Silva intercambió a Sidibé por Bernard para crear una línea defensiva de cuatro, mientras que el jugador brasileño se desplazó a la banda izquierda. Este cambió hizo posible que el Everton presionara la salida de balón de su rival con dos jugadores, restringiendo así las posibilidades de los centrales del Liverpool de tener el balón y crear oportunidades desde atrás.
Bernard e Iwobi pasaron a presionar a los laterales Reds en una estructura defensiva más organizada ante la creación de juego de su rival. Entonces el Liverpool intentó crear situaciones a favor de 3 contra 2 en el centro del campo, donde Sigurdsson y Davies presionaban a Wijnaldum y Milner (arriba), pero Lallana se quedaba libre de marca.
Cambios de juego:
El Liverpool desplazó a sus extremos cerca del balón cuando los centrales o laterales tenía el balón, buscando que fuera Lallana quien continuara al ataque. Los Reds continuaron buscando los pases en largo, pero también con cambios de juego a la espalda de la defensa, aprovechando que el Everton tenía menos cobertura defensiva en amplitud con su cambio a una defensa de cuatro unidades.
El Everton intentó hacer frente a la superioridad del Liverpool en el medio del campo coordinando la presión con el delantero y el interior más cercano al balón para cubrir al centrocampista del Liverpool que se desplazaba en la asociación, y el lateral y el central en la cobertura.
Aunque esto tuvo éxito en los dos o tres primeros pases, cuando el Liverpool movía el balón y rotaba la posición de sus jugadores, era más difícil para el Everton coordinar esta presión. Los de Klopp estuvieron en alerta en los momentos de transiciones, Mané en particular, frecuentemente buscado a la espalda inmediatamente después de girarse (abajo). El internacional senegalés se mostró muy certero en estas carreras a la espalda, pudiendo sumar más de un tanto.
Anulados en ataque:
El Everton formó en un 3-4-3 en posesión en el inicio del partido para atacar la estructura defensiva del Liverpool, que jugó en 4-4-2 con Adam Lallana uniéndose a Divock Origi en la primera línea de presión (abajo). Los centrocampistas en amplitud se posicionaban por delante de los dos centrocampistas centrales cuando el Liverpool presionaba arriba con sus dos unidades ofensivas ante los centrales, y el medio del campo se encargaba de los dos centrocampistas centrales del Everton.
Aunque la intención era jugar desde atrás, el Everton se vio obligado a jugar en largo ante la presión de la primera línea del Liverpool, pero Calvert-Lewin se veía anulado en el juego aéreo ante Van Dijck y Lovren. Con problemas para tener la posesión, el Everton solo creó peligro sobre la portería del Liverpool cuando jugaba en transición rápidas atacando Calvert-Lewin a la espalda. Los visitantes intentaron utilizar a sus carrileros, Sidibé y Digne, para generar superioridades en banda ante los laterales del Liverpool, pero la circulación de balón no fue la correcta, creando situaciones de peligro en contra en transición, en las pérdidas de balón.
Un nuevo perfil de ataque en el Everton:
Después de pasar a un 4-2-3-1 en posesión, Davis jugó en una posición más retrasada en el medio del campo mientras Sigurdsson dio un paso adelante para unirse al ataque (abajo), creando un 4-1-4-1 en los avances ofensivos. La presencia del internacional islandés en esa zona permitió a Richarlison jugar como segundo delantero junto a Calvert-Lewin, aumentando el peligro a la espalda y abriendo espacio para Bernard e Iwobi por fuera. El papel de Sigurdsson fue apoyar las situaciones de ataque proporcionando diferentes opciones en zonas avanzadas.
Este cambio en la estructura ofensiva se hizo evidente con el gol de Richarlison antes del descanso. Gran parte de la defensa de Liverpool se aplicó en la presión para generar fallos de su rival en lugar de desarrollar una presión organizada para recuperar la posesión en ciertas zonas. Los anfitriones confiaban en que forzar al Everton a jugar en largo sería suficiente para defenderse, sin tener que gastar tanta energía en la presión.
"Hablo mucho sobre la calidad del equipo, pero lo que hicieron fue increíble. Los goles de Divock, los pases de Mané, Shaqiri, Lallana estaba en todas partes...", dijo Klopp, muy contento del nivel de su equipo una jornada más. Aunque el entrenador del Liverpool también señaló que estuvieron "un poco oxidados en defensa. El Everton fue realmente directo y concedimos muchas situaciones de segunda balón”.
Marco Silva, muy cuestionado en el banquillo debido a la situación del equipo, prefirió no hablar sobre su continuidad. "No soy la persona adecuada para responder a eso", señaló. El técnico portugués sí entró a analizar la situación de los jugadores: "Estamos cometiendo algunos errores que nos ponen bajo una gran, gran presión. El tipo de errores que estamos cometiendo es porque los jugadores están bajo una gran presión debido a la posición en la tabla".