David Moyes
West Ham, 2019-Presente
El Perfil:
Cuando el West Ham nombró a David Moyes para intentar asegurar su permanencia, lo hacía con el mismo propósito por segunda vez en tres temporadas. El pasado mes de diciembre se había encargado del equipo tras las destitución de Manuel Pellegrini, quien había llegado en el verano de 2018 después de que el técnico escocés hubiera dejado al club londinense en un lugar seguro tras la marcha de Slaven Bilic.
De los equipos que luchan por salvar la categoría en la Premier, el West Ham quizás es el más talentoso. Un objetivo primordial tanto para la directiva como para el propio Moyes, que busca un puesto duradero en uno de los clubes de Premier League. "Creo que la plantilla de jugadores que tengo ahora es mejor que en mi anterior etapa, así que estoy deseando trabajar con ellos", dijo en su presentación en las pasadas navidades. Sus resultados aún no han mejorado significativamente (4 victorias, 3 empates y 9 derrotas), pero si Moyes logra salvar al equipo del descenso, el club de Londres cuenta con una plantilla prometedora y tiempo por delante para que el técnico escocés pueda desarrollar un proyecto estable, como ya hizo en su etapa en el Everton.
Estilo de juego:
A pesar de los progresos del equipo bajo las órdenes de Moyes en su anterior etapa, Pellegrini fue el entrenador nombrado por el West Ham con el objetivo de dar un nuevo impulso al proyecto, basado principalmente en una considerable inversión en fichajes (75 millones de euros en dos años). Aunque los nuevos jugadores necesitaban tiempo para asentarse, sí mostraron signos prometedores de cara al futuro. La única temporada completa de Pellegrini concluyó con un décimo puesto, que quizás sólo se vio socavado por el hecho de que registraron más goles en contra que a favor (-3).
Pellegrini mantuvo constantemente una línea defensiva de 4 jugadores. Moyes había optado por una zaga de 3 centrales (abajo, el tercer central, fuera de la imagen), utilizando un 4-4-2 o un 4-2-3-1 antes de asentar el equipo en un 4-3-3 donde los extremos retrasaban su posición para defender en un 4-1-4-1, con Declan Rice operando como único pivote en medio campo. Bajo este dibujo, su delantero, Sébastien Haller, firmado esta temporada por 48 millones de euros, le costaba dejar huella al quedar aislado en ataque.
Sin balón, el West Ham era un equipo que ofrecía facilidades a sus rivales en fase defensiva. El hecho de no tener un sustituto para Cheikhou Kouyaté o Pedro Obiang en el centro del campo acabó pasando factura.
Rice ha madurado como mediocampista defensivo desde que primero figuró como defensa central, pero no está demasiado protegido (abajo), y no menos importante, debido a la utilización de los extremos a pierna cambiada y los laterales muy abiertos para proporcionar amplitud. Esto provocó que el equipo tuviera problemas para mantener las ventajas en el marcador, perdiendo muchos puntos en estas circunstancias en la temporada 2019/20.
Inicialmente, Moyes mantuvo la línea defensiva de 4, pero los continuos problemas hicieron que volviera a una defensa de 3 centrales priorizando proteger los espacios centrales. Haller también recibió un mayor apoyo en su tarea, y Aaron Cresswell fue utilizado como defensa central, pero también con capacidad para llegar al ataque añadiendo así una opción diferente en el último tercio de campo.
Análisis táctico:
Una vez que el equipo logró asentarse, fue el momento en el que Moyes varió a una zaga de 4, mostrando el equipo algunos de los rasgos que una vez contribuyeron a su éxito en el Everton donde alternaba a menudo, a mitad del partido, entre un 4-4-2 y un 4-2-3-1, con Tim Cahill y Marouane Fellaini sumándose frecuentemente al ataque como segundo delantero y mediapunta, respectivamente. En Haller, a diferencia del Everton de esa época, el West Ham encuentra un delantero siempre disponible para el juego directo, también con capacidad para enlazar pases cortos.
En Manuel Lanzini, Jarrod Bowen, Tomas Soucek, Michail Antonio, Pablo Fornals, Andriy Yarmolenko y Felipe Anderson el club de Londres tiene opciones adecuadas para ofrecer apoyo a Haller (abajo), variando entre un juego más asociativo o más directo. Los movimientos interiores de Bowen y Fornals han asegurado que el delantero esté mucho menos aislado, incrementando así las opciones ofensivas del equipo.
Independientemente de la formación, los extremos y laterales han sido cada vez más influyentes, y, por lo tanto, pueden contribuir a crear más oportunidades a balón parado, situaciones en las que el West Ham ha ofrecido una amenaza más consistente. Las actuaciones de Pablo Fornals, en particular, han demostrado la voluntad de Moyes de hacer ajustes en su equipo para adaptarlo a sus jugadores más eficaces. La visión y la capacidad de juego del jugador español, desde la izquierda y en posiciones interiores, han sido más acertadas que las contribuciones de Anderson.
La capacidad del West Ham para jugar balones directos y los movimientos y el apoyo alrededor de Haller, le dan más alternativas al conjunto contra rivales que los presionan más arriba en el campo o que se arriesgan a dejar espacios en la defensa. Esta jugada está dirigida al delantero francés, y apoyada desde la segunda fase de sus ataques. El fichaje del portero Darren Randolph, para suplir al errático Roberto Jiménez, ha corregido otro problema.
No obstante, si el West Ham quiere mostrar más signos de mejora, los laterales -un problema que existía bajo el mandato de Pellegrini- tendrán que jugar con un mayor equilibrio, quizás alternándose en ataque, de modo que tengan una mayor protección defensiva en los contragolpes. Por lo tanto, mantener una organización defensiva y las conexiones defensivas entre sus laterales y mediocampistas es lo que determinará el futuro del club de Londres.
Redacción: Héctor García