Ole Gunnar Solskjaer
Manchester United, 2018-Presente
El Perfil:
Si bien Ole Gunnar Solskjaer sigue buscando su primer trofeo con el Manchester United desde que fue nombrado como entrenador, haber logrado restaurar la identidad del equipo ha sido quizás un logro más valioso. Como es habitual en un club que nombra a varios entrenadores en una rápida sucesión, como lo hizo el United con David Moyes, Louis van Gaal y luego José Mourinho en los años posteriores a la jubilación de Sir Alex Ferguson, las políticas de contrataciones tan diferentes de estos entrenadores dejaron un equipo desequilibrado.
Con Solskjaer ha llegado una política de fichajes parecida a la que se trazó en la etapa de Ferguson. En Daniel James, Aaron Wan-Bissaka, Harry Maguire y Bruno Fernandes, el United ha reclutado a jugadores de los que se espera que pasen sus mejores años en Old Trafford. Mientras, como también hiciera Ferguson, el entrenador noruego ha revitalizado la academia del club, dando entrada a jóvenes como Brandon Williams, Scott McTominay y Mason Greenwood.
Sobre el césped, los “Diablos Rojos” vuelven a jugar con ritmo, vértigo por bandas y numerosos jugadores de ataque. Llegará el momento en que deberá ganar títulos, principalmente la Premier League, pero Solskjaer ha conseguido por ahora una plataforma prometedora sobre la cual construir el futuro.
Estilo de juego:
Solskjaer comenzó su carrera como entrenador en el Molde en Noruega, para luego tener una breve etapa en el Cardiff City y regresar de nuevo al Molde antes de su parada definitiva en el United, equipo donde ha buscado constantemente desarrollar un fútbol de ataque y enérgico sobre formaciones 4-3-3 y 4-2-3-1.
Juega con extremos que buscan penetrar en zonas centrales lo antes posible para dar apoyo al delantero y al media punta que actúa por detrás, con los laterales avanzando en amplitud por sus respectivos perfiles seguros de que tienen la suficiente cobertura defensiva proporcionada por el doble pivote en el medio del campo. Cuando uno de los jugadores del doble pivote se suma a la acción ofensiva, con el objetivo de crear un desajuste en la defensiva rival, el United llega a acumular hasta siete jugadores en ataque.
La energía con la que jugaba un equipo goleador como el Molde fue impulsada por la disposición de Solskjaer a experimentar con jugadores jóvenes, incluyendo a Erling Braut Haaland, y esa sensación de energía es algo que él ha intentado inculcar en el United. De inmediato buscaron cubrir más terreno y avanzar más tanto con posesión como sin balón. Fue con Solskjaer que anotaron por primera vez cinco goles en un partido de Premier League desde la partida de Ferguson, un director técnico cuyos métodos el noruego pasó tanto tiempo observando.
El 4-3-3 preferido de Solskjaer también se complementó con un ocasional 4-4-2 en rombo y, brevemente, un 5-3-2. Al igual que con el Molde, ese 4-3-3 ha incluido que ambos extremos jueguen por dentro y el apoyo de un mediocampista defensivo, a menudo Paul Pogba, su máximo goleador en 2018/19. El 4-4-2 en rombo, de manera similar, añadió amplitud con la superposición de sus laterales cuando sus dos interiores de banda apoyaron al mediapunta que actuaba por detrás de los dos delanteros.
En ambas formaciones posicionó a los delanteros con espacio entre ellos (abajo), una alternativa preferida para situaciones de contragolpe y en la que demostraron ser influyentes durante los encuentros en los que el United tuvo una reducida posesión.
Uno de los delanteros retrasaba su posición al medio del campo para acumular más jugadores en esta zona, particularmente con la necesidad de proteger lo que había sido una defensa inconsistente durante mucho tiempo, dejando al segundo delantero que adoptara posiciones defensivas en banda, desde donde atacar los espacios a la espalda de los centrales rivales. La velocidad ofrecida por Marcus Rashford y Anthony Martial, cuando se complementaba con pases precisos desde el mediocampo central y las carreras de un atacante más retrasado (como Jesse Lingard), les dio un potencial significativo durante las transiciones ofensivas.
Solskjaer ha seguido confiando en un 4-2-3-1, pero si los extremos del United retrasan su posición para apoyar en defensa a los laterales, ocasionalmente tienen dificultades para realizar la transición en ataque debido a su posición más retrasada y las conexiones que ofrecen en el último tercio después de recuperar el balón. Sumado también a que sus esfuerzos defensivos les hacen no estar posicionados con suficiente amplitud.
Cuando las recuperaciones se realizan en campo contrario, particularmente desde la entrada en el ataque de cuatro de James y Greenwood, la velocidad de sus jugadores se convierte en el mayor activo de United. El 4-4-2 de Ferguson a menudo presentaba a un delantero que se retiraba a una posición más retrasada. Wayne Rooney, Teddy Sheringham y Eric Cantona eran capaces de hacerlo de manera experta, a veces junto a Solskjaer. En este United es Fernandes quien proporciona ese vínculo.
Alentar a los cuatro jugadores de primera línea, Fernandes, Greenwood, Rashford y Martial, a operar por dentro significa tener cuatro rematadores fuertes, tanto desde media distancia como dentro del área. Cada uno de ellos también es efectivo cuando se combina con solo uno o dos toques, y tienen la libertad de hacerlo incluso aun arriesgando con el balón en situaciones de medio del campo. Como consecuencia de esto, Pogba rara vez avanza tanto como lo hizo en el 4-3-3 de Solskjaer (abajo), pero su excelente rango de pases -por encima, alrededor o a través de las defensas- habilita en ataque a los jugadores que tiene por delante.
Fase defensiva y presión:
El doble pivote en medio del campo es muchas veces crucial para el enfoque defensivo propiciado por Solskjaer. En el Molde, a sus mediocampistas defensivos les pedía hacer coberturas de los laterales y ayudar a defender los balones que eran enviados a la espalda de la agresiva presión que exigía de sus atacantes. Por lo tanto, la cantidad de jugadores que acumulaba en esas zonas centrales le daba al equipo la capacidad de lidiar con balones directos.
Si el rival elegía entonces darle prioridad al juego por banda, los jugadores que integraban el doble pivote se desplazaban para hacer demorar esos avances y limitarlos a quedarse muy pegados a la banda, hasta que sus compañeros pudieran recuperar sus posiciones defensivas.
De igual forma, en Old Trafford, Solskjaer también ha experimentado con un 3-5-2 y un 5-3-2 (abajo). En muchas ocasiones situados con el equipo en campo contrario, contra rivales más peligrosos, y para contar con más hombres para presionar desde adelante, con la intención de recuperar rápido el balón y obstaculizar los intentos rivales de desarrollar el juego a través de las zonas centrales del campo.
En la temporada 2018/19, el United concedió 54 goles en 38 partidos de la Premier League, así que el entrenador dio prioridad a reforzar su defensa. Las llegadas de Maguire y Wan-Bissaka y la irrupción de Williams han sido importantes, y Solskjaer también ha supervisado la evolución de un equipo que retrocedía mientras defendía a uno que se muestra más firme, buscando presionar al rival. La rapidez de sus laterales también propicia situar la línea defensiva más alta, algo preferido ocasionalmente por el técnico noruego cuando plantea una defensa de cuatro, y les pide tener la capacidad de recuperarse al pasar a labores defensivas, después de contribuir en el ataque.
El United sigue haciendo progresos para frenar las escapadas de jugadores rivales, defendiendo su terreno y presionando al portador del balón. En la campaña 2019/20 concluyeron en tercer lugar, después de concluir sextos en la anterior, y su número de goles en contra bajó a 36. Todo desde un bloque defensivo bajo ocasionalmente formando en un 4-2-3-1, sin grandes distancias entre sus delanteros.
Redacción: Héctor García