Hablamos de bloque alto para referirnos a la forma de defender en la que un equipo se sitúa prácticamente en la mitad de terreno de juego del oponente con todos sus jugadores menos el portero. Con este posicionamiento en campo rival, el objetivo es estar más cerca de tener posibilidades de marcar cuando se recupera el balón y que el rival no tenga opción alguna de progresar al acumularse tantos jugadores en tan poco espacio.
El bloque alto suele utilizarse para jugar ante rivales que salen desde atrás con el balón controlado o en acciones de balones divididos. Líneas generales que el Liverpool de Jürgen Klopp aplica en sus equipos y que Pep Lijnders, su segundo, explica en la Clase Magistral con The Coaches' Voice (abajo, vídeo).
Por otro lado, mantener el bloque alto durante todo el partido exige un esfuerzo superior. Cada acción demanda ser ejecutada a una alta velocidad y cambiar de ritmo y de dirección si la presión no es fructífera, para recuperar posiciones cercanas a la portería propia.
Puesto en práctica por muchos entrenadores, casi siempre en el caso de técnicos que buscan que sus equipos sean dominantes, jugar en bloque alto debe hacerse con ciertas claves para su correcta ejecución. Nuestros entrenadores seleccionan cinco de las más importantes.
Alta velocidad en la presión de los delanteros
Formar con el equipo completo tan adelantado, por lo tanto, con mucho espacio a la espalda de la línea defensiva o la última línea de presión, obliga a una alta velocidad de los delanteros en la presión.
Así, podemos señalar que la rapidez de los delanteros es la primera fortaleza que debe mostrar un equipo en bloque alto. ¿Por qué? Porque la presión de los atacantes es la que provocará que el rival no pueda progresar combinando en corto. Pero, sobre todo, evitará la acción más peligrosa generada cuando el oponente está en capacidad de desplazar el balón en largo por encima de la última línea (abajo).
Para ello, los delanteros, deben ejecutar la presión a la mayor velocidad posible para reducir el espacio y el tiempo del jugador con balón. Que el poseedor de la posesión juegue forzado y no pueda enviar con precisión un pase de ningún tipo es la principal idea de la presión de los delanteros.
Sin embargo, la dificultad no estriba solo en aplicar un ritmo alto de carrera. Al margen de la velocidad, a los delanteros se les demanda una buena lectura táctica. Si deciden erróneamente el momento de la presión o no es la adecuada en cada instante, el rival puede obtener la superioridad numérica que desea al sobrepasarlos.
Coordinación de las siguientes líneas al ataque
La coordinación de los jugadores para ejecutar la presión a la espalda de los atacantes debe ser óptima. Y es que cualquier desajuste a la hora de acompañar a los jugadores que saltan a la presión puede provocar tanto que queden superados, como permitir a un posible receptor del oponente espacio y tiempo (abajo).
De igual modo, la coordinación de las líneas debe evitar que el receptor rival pueda jugar al primer toque. Es algo que rompería la estructura del bloque alto y, en consecuencia, provocaría inferioridad en las últimas líneas ante el ataque del oponente.
Por otro lado, los delanteros también tienen un papel importante en la coordinación de líneas, ya que con su velocidad pueden evitar posibles desajustes. A nivel general, si la coordinación se acompaña de velocidad se logra mayor eficacia en el bloque alto.
Reducir el espacio y el tiempo del receptor rival
Aparte del ritmo y la coordinación, jugar en bloque alto requiere tener acierto en el momento de saltar a la presión (abajo). Y es que si no se activa el acoso sobre el oponente antes de que tenga el balón controlado, se dificulta que el bloque alto pueda provocar pérdidas de balón del oponente o generar recuperaciones.
En el bloque alto, los jugadores deben tener una buena inteligencia táctica para identificar cuando no se puede llegar a tiempo a la presión sobre el jugador rival que recibe el balón. Entonces, la mejor opción pasará a ser temporizar y esperar que el jugador con balón vuelva a mostrar la intención de dar otro pase para activar de nuevo la presión.
Preparación de los jugadores de última línea para los envíos a su espalda y de los medios para llegar a los rechaces
Los jugadores de la última línea del bloque, es decir, la defensa, tienen que aplicar un ritmo tan alto como el de los delanteros. Así combinan esa velocidad con la previsión de posibles carreras hacia atrás ante el menor desajuste. El bloque alto debe compensar el desequilibrio a la espalda que supone dejar tanto espacio libre (abajo).
La manera más eficaz de protegerse en un bloque alto es orientar al rival para que solo pueda jugar por uno de los carriles laterales. Esto ayuda a acumular jugadores en ese lado de campo y que el rival tenga inferioridad numérica y zonal (menos espacio para maniobrar). Ante estas situaciones, la última línea corrige el desajuste de los jugadores que tienen por delante,. También los golpeos en largo del rival a los espacios libres.
Portero adelantado para hacer las coberturas a los defensas
El portero debe tomar una posición muy avanzada dentro de la organización en bloque alto. Y es que con el equipo ubicado prácticamente en la mitad de terreno de juego rival (abajo), cualquier balón largo o despeje del contrario puede provocar un mano a mano. Por eso resulta tan importante la posición y la anticipación del portero a posibles balones al espacio del rival.
A nivel general, con una defensa en bloque alto, se deja al portero como el último elemento de seguridad ante los desequilibrios en el sistema. Así queda casi siempre varios metros por delante de su propia área. De este modo, el arquero se convierte en un activo defensivo más para el entrenador. Este es quien deber depositar la confianza en él para que aborte el ataque rival si las líneas anteriores del bloque alto no han podido hacerlo antes.
Puedes aprender más sobre táctica y el trabajo de los entrenadores en The Coaches’ Voice Formación.