Análisis táctico:
Ramírez se caracteriza por ser un entrenador muy pedagógico debido a su trayectoria en el fútbol formativo, lo que le permite transmitir a sus futbolistas con nitidez el concepto del juego que quiere visualizar en su equipo. Orientado no solamente a su comprensión y desarrollo, sino también dirigido a la obtención de un rendimiento deportivo.
Asimismo, ha conseguido desarrollar un equipo con un estilo de juego muy definido y reconocible, basado en el juego de posición, entendiendo este como la generación y ocupación de los espacios, con una clara orientación ofensiva de progresar en el juego. Ramírez, además, busca que su equipo no sea previsible, para lo cual propone distintas estructuras en función de las diferentes fases del juego.
Fase ofensiva:
Independiente busca superar a los rivales a través del control del balón, mecanismo que utiliza para controlar el juego. La idea es conseguir ventajas numéricas y posicionales desde las primeras secuencias de pases, que empiezan desde el portero, Jorge Pinos, donde a través de su capacidad de jugar con los pies permite activar las siguientes líneas de pase cercanas con los centrales (Luis Segovia y Richard Schunke).
El equipo se predispone inicialmente en una estructura 3-4-3 en campo propio para evolucionar al 4-3-3 cuando sobrepasa la línea intermedia. En situaciones de salida de balón, la línea defensiva de tres jugadores la componen dos centrales junto al pivote defensivo Cristian Pellerano, quien se posiciona a la misma altura que los centrales, incluso en posiciones más profundas si el posicionamiento del rival se lo exige.
Ante equipos que presionan con dos delanteros y en bloque alto, Pellerano recibe el balón por detrás de los centrales, para situarse más arriba y poder superar la línea de presión avanzada. Mientras tanto, si el equipo rival no presiona alto y decide esperar atrás, la participación de Pellerano se desarrolla en posiciones más adelantadas.
Ramírez también incorpora la variante del 4-3-3 en salida de balón ante equipos rivales con una estructura de presión liderada por tres atacantes. En esa situación (abajo) exige a los centrales que se posicionen abiertos, pero dentro del área, para recibir adelantados. Mientras, los laterales, Angelo Preciado y Beber Caicedo, se posicionan por delante de la línea de presión rival para que los centrales, cuando los encuentren a través del pase, puedan tener tiempo y espacio para progresar en el juego.
La posición de Pellerano por delante de los centrales, interviniendo directa o indirectamente en la acción, es fundamental, ya que su posición habilita a los laterales a recibir por fuera, lejos de situaciones de presión del rival.