Partido de ida octavos de final de la Liga de Campeones de la UEFA, 18 de febrero 2020
Saúl (4)
El Liverpool volvía al escenario donde se proclamó campeón de la Champions League hace solo unos meses, el Metropolitano. Sin embargo, esta vez la historia tuvo un final muy distinto, complicándose los de Jürgen Klopp su reinado en la competencia.
El Atlético de Madrid compareció con un alto ritmo de juego, abriendo el marcador en el primer disparo a puerta por medio de Saúl. Tal vez el escenario soñado por Diego Pablo Simeone, que, como en otras noches europeas en casa, volvió a desarrollar un perfecto planteamiento defensivo para guardar ese gol.
No encontró nunca el Liverpool (sin ningún disparo entre los tres palos) la vía para perforar la defensa local, tampoco en el segundo tiempo con los cambios de Klopp. Es la tercera derrota del Liverpool en toda la temporada -antes cayó ante el Napoli, también en Champions, y contra el Aston Villa en la Capital One Cup-, que volverá a recurrir a Anfield para intentar darle la vuelta a la eliminatoria. Una tarea altamente complicada si el Atlético exhibe el mismo nivel de este partido de ida.
7 / 2
DISPAROS / A PUERTA
7 / 0
30 %
Posesión
70 %
320 / 237
Pases / Completados
760 / 654
11 / 1 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
13 / 2 / 0
La salida rápida y eléctrica del Atlético en ataque llevó a la primera ocasión del partido que acabó en un saque de esquina. En esa misma acción, y después de un rechace, Saúl Ñíguez encontró un balón suelto dentro del área pequeña para hacer el 1-0.
En esos primeros minutos, y a pesar de formar en un 4-4-2, ambos laterales rojiblancos fueron muy arriba para medirse a sus homólogos del Liverpool en situaciones de 1 contra 1. Después de ponerse muy pronto por delante en el marcador, los de Simeone pasaron a un 4-4-2 en bloque medio (abajo).
El Liverpool, por su parte, compareció con su habitual 4-3-3, siendo dominado en los primeros instantes por la fuerte presión del Atlético de Madrid. Situación que varió inmediatamente después del gol, tomando los de Klopp el control de la posesión desde entonces.
En la salida de balón desde atrás, Georginio Wijnaldum o Fabinho se incrustaban entre los centrales para generar una línea de tres con los laterales en posiciones adelantadas (abajo) y el habitual movimiento de Roberto Firmino al centro.
Cerrar el juego por dentro del Liverpool:
En fase defensiva, la estrechez de los jugadores del Atlético en medio campo impidió al Liverpool poder jugar por dentro, obligándolo a jugar siempre por fuera. Una situación en la que la defensa del Atlético fue siempre ganadora en los duelos aéreos, aumentado también la presión sobre bandas, especialmente sobre Trent Alexander-Arnold cuando el Liverpool priorizó el juego por ese perfil derecho. Un hecho que hizo que el jugador inglés perdiera calidad en sus centros al área.
En esa dinámica ofensiva, el Liverpool se movió por dentro para buscar huecos a través de sus tres jugadores de ataque, con Jordan Henderson adicionalmente intentando alguna carrera en ataque por el canal interior derecho.
La posición de Henderson en el canal interior del perfil derecho (abajo) permitió a Mo Salah ejercer la diagonal de fuera hacia dentro, ayudando también a sostener la presión defensiva del Atlético de Madrid en situaciones de de 2 contra 1 sobre su lateral Trent Alexander-Arnold.
A pesar de que esta situación abrió espacios por el perfil izquierdo desde Virgil van Dijk, el Liverpool se obstinó en intentar superar el entramado defensivo del Atlético a través de él o con balones por encima de la defensa.
Fabinho controla el medio del campo:
Con el claro dominio de los visitantes, el Atlético buscó protegerse en su propio campo, intentando salir al ataque a través de sus dos delanteros, que, sin embargo, poco pudieron hacer en cualquier despeje defensivo o pérdida de balón del Liverpool.
Y es que los atacantes rojiblancos estaban demasiado lejos para presionar a su rival, lo que podría haber obstaculizado la organización de la sólida estructura central del Liverpool. Por otro lado, cualquier balón en esa zona que valiera la pena desafiar fue barrido por Fabinho, que ganó casi siempre el primer contacto.
El Atlético insiste con los centros desde banda:
En los fugaces momentos que tuvo el Atlético en ataque, buscó generar las combinaciones por banda para ejecutar después incisivos centros directos; la fórmula más efectiva para los locales. En estas situaciones, el delantero más cercano al balón se alejaba de su marcador central para tener tres jugadores por banda, sumando al acompañamiento del interior y lateral de ese perfil (abajo).
Mientras, el área era ocupada por el otro delantero, moviéndose el interior por dentro y una carrera desde segunda línea de uno de los centrocampistas centrales, habitualmente del goleador Sául, ya que Thomas Partey desarrolló un perfil más defensivo para cubrir las posibles transiciones del Liverpool a través de Firmino.
El hecho de que uno de los centrales del Liverpool saliera al movimiento del delantero del Atlético ayudó a desmantelar la parte central de la defensa visitante, buscando esos centros explotar los espacios existentes.
Y cuando la intensa presión del Liverpool no conseguía recuperar el balón, el Atlético rápidamente buscaba el cambio de juego (abajo) para generar una ventaja sobre la basculación en 4-3-3 del Liverpool, con los laterales y los volantes del Atlético combinando rápidamente para intentar el centro al área.
Gran ejercicio defensivo de los centrales del Atlético:
Con el paso de los minutos, el Liverpool buscó generar superioridades por dentro -3 centrocampistas contra Saúl y Thomas-, pero la profundidad de los dos delanteros del Atlético ayudó a neutralizar esta situación (abajo).
Asimismo, las carreras en profundidad de los interiores del Liverpool también fueron controladas por uno de los centrales del Atlético -descargado de una marca-, negando así cualquier superioridad por dentro. De este modo, la única opción del Liverpool siguió siendo recibir en banda para combatir el espíritu guerrero de los locales que les llevó a proteger su área a toda costa.
El dominio del Liverpool se acentuó con las recuperaciones muy rápidas ante cualquier pérdida de balón en zonas centrales. Para salir de esa situación, durante los momentos de transición del Atlético, los delanteros locales empezaron a moverse por los canales interiores. Esto ayudó a arrastrar a un central del Liverpool para animar al portador del balón a avanzar.
También buscaron los de Simeone salir de la congestión central del Liverpool, ayudando a conseguir un momentáneo descanso de la presión. Aunque esto resultó en pocas oportunidades, en estas situaciones el Liverpool se vio obligado a replegar para proyectar de nuevo la presión en un segundo momento.
Los cambios en el Liverpool:
Divock Origi sustituyó a Sadio Mané en el intervalo, pero el Liverpool siguió sin encontrar una amenaza por dentro ante el Atlético. Así, los centrales locales en muchas ocasiones se vieron liberados de tener que realizar una vigilancia, en gran arte por el trabajo en defensa que realizaron los centrocampistas -en la marca sobre Firmino- y delanteros locales- sobre Fabinho- (abajo).
Sí logró el Liverpool superar esa situación después de un saque de esquina. Mientras Van Dijk se mantenía en el área, ocupando así la vigilancia de un central del Atlético, la carrera en profundidad de Salah fue encontrada por un balón en profundidad de Joe Gomez (abajo).
Aunque el egipcio cabeceó fuera de los tres palos, en la mejor oportunidad del Liverpool, una mejor ocupación en torno a la defensa central del Atlético resultó ser clave para los visitantes, algo que no lograron crear de forma persistente.
Resistieron los de Simeone:
La presencia atacante del Atlético se fue desvaneciendo a lo largo del segundo período, incluso cuando logró hacer la transición defensa-ataque por bandas. Esto fue debido a su bloque profundo en defensa (abajo), lo que provocó que la distancia para atacar -incluso en sus canales más efectivos- resultó difícil, especialmente ante la presión del Liverpool.
En esta situación, los centrales del Liverpool se adelantaron para mantener una presencia central más fuerte después de que la unidad atacante perdiera la posesión. Con la energía de los jugadores del mediocampo y los laterales en amplitud para recuperar el balón, el Liverpool cerró los contragolpes del Atlético.
En los últimos minutos, el partido se jugó la mayor parte del tiempo en campo local, pero sin encontrar los visitantes ninguna acción de peligro sobre Oblak. Lo siguieron intentando los de Klopp con las carreras por la derecha de Henderson para liberar a Alexander-Arnold y ejecutar este un centro sobre los delanteros. Pero la línea trasera del Atlético, junto con las persistentes recuperaciones por dentro de Thomas Partey y Saúl, sofocó cualquier entrega en otra clase magistral defensiva de los hombres de Simeone.
"Empezamos ganando el partido cuando en la rotonda con el autobús vimos a la gente con entusiasmo, ilusión y sin miedo. Al equipo de le despertó el sentimiento de sufrir juntos, la gente y el equipo", dijo Diego Pablo Simeone. "Generar situaciones que se pudieran dar y entender cada una. Un equipo que jugara en bloque sin importarle jugar donde tocara. Ya fuera arriba o todos juntos atrás, no pasa nada", explicó el entrenador del Atlético de Madrid sobre su planteamiento.
"Hemos tenido la posesión pero han conseguido un gran resultado. Lo hemos hecho lo mejor que hemos podido. Hemos jugado como queríamos jugar, pero en el último cuarto no hemos creado oportunidades lo suficientemente claras", explicó Jürgen Klopp. Ahora sabemos más del oponente, que nos va a ayudar más para la vuelta. Espero que en casa podamos meter un gol y que nos ayude el público, las emociones hoy estaban del lado del Atlético, estamos deseando que llegue la vuelta”, añadió el entrenador del Liverpool.