La Liga, 30 de marzo de 2019
Messi (71) (89)
Lionel Messi volvió a sentenciar el derbi ante el Espanyol marcando los dos goles del partido. El jugador argentino alcanza diez temporadas seguidas haciendo al menos 40 goles. Una cifra que no ha podido conseguir nadie. Sólo Cristiano Ronaldo se le acerca: ha marcado más de 40 goles en 9 temporadas. Más atrás aparece Robert Lewandowski, aunque el delantero polaco lo ha conseguido apenas en 3 cursos.
De esta forma, el Barcelona consiguió su sexta victoria consecutiva en la Liga española para alcanzar los 69 puntos. A falta de nueve jornadas para el final de temporada, el equipo de Ernesto Valverde mantiene una cómoda ventaja de 10 puntos sobre el Atlético de Madrid y 12 sobre el Real Madrid.
13 / 3
DISPAROS / A PUERTA
3 / 2
69 %
Posesión
31 %
722 / 641
Pases / Completados
330 / 253
13 / 0 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
14 / 4 / 0
Análisis: Barcelona
En ataque:
Un 4-3-3 donde Luis Suárez se movió hacia el lado izquierdo para apoyar las combinaciones de Coutinho y Jordi Alba. Ante un Espanyol con 5 jugadores atrás, era difícil encontrar espacios. Solo había opciones por bandas debido a la estructura de rombo en el medio del campo visitante. Sin embargo, con Messi por dentro, el Barcelona no tuvo un juego consistente en su banda derecha.
A medida que avanzaba la primera mitad, tanto Semedo como Jordi Alba avanzaron por delante de la línea de pase buscando estirar el bloque defensivo del Espanyol, pero eran frenados por la fuerte línea central de la defensa del Espanyol.
Eso llevó a varios movimientos por delante. Messi y Suárez pasaron a ocupar el centro del ataque, Coutinho se trasladó a banda y Rakitic apoyó la jugada en una posición más amplia por la derecha.
De este modo, los laterales de Barcelona continuaron con sus carreras hacia arriba, pero ahora buscando la diagonal al centro. Desde aquí, Messi y Suárez buscaron asociarse con su compañeros, lo que arrastró a uno o más defensores centrales, desmantelando así el bloque defensivo rival.
Sin vigilancias ya tan férreas a las carreras de Jordi Alba y Semedo, el equipo local encontró vías de penetración en ataque, aunque ninguna de ellas acabó en gol antes del descanso.
En la segunda mitad, el Barcelona dominó el juego, con Alba y Semedo aún más arriba. Al mismo tiempo, en el último tercio de campo se dio un 5 contra 5 del Barcelona contra la línea defensiva del Espanyol.
Por atrás, Rakitic, Arthur y Busquets aseguraron el dominio casi absoluto del juego recuperando cualquier balón suelto por su zona. Cerrado ese espacio, Jodi Alba y Semedo, más tarde Sergi Roberto, permanecieron en el ataque y proporcionaron una presión constante sobre la línea defensiva del Espanyol.
A través de múltiples centros los anfitriones estuvieron cerca del gol, pero tuvo que aparecer Messi para poner a su equipo adelante con un lanzamiento de falta. Más tarde, el argentino de nuevo cerró la victoria tras un pase atrás de Malcom.
En defensa:
4-4-2 ante los pocos momentos de posesión del Espanyol, Messi y Suárez ocuparon los espacios entre la línea de 3 del Espanyol. Coutinho se deslizó al lado izquierdo en el medio del campo, mientras Rakitic iba por el lado derecho, dejando a Busquets y Arthur como mediocampistas centrales.
Leído el problema que tenían por el centro, Coutinho como Rakitic, sin perder de vista la banda, se insertaron en los canales internos. Esto detuvo cualquier juego central para los visitantes, pero dejó a Jordi Alba y Semedo en batallas constantes 1 contra 1 por banda. De este modo, eran claves las vigilancias de otros jugadores para frenar el ataque del Espanyol.
Con más jugadores por delante, el Espanyol tuvo más oportunidades de contraatacar, pero carecía de unidades suficientes arriba para lanzar una acción ofensiva de peligro. Tampoco hubo opciones por dentro a pesar de que el Barcelona decidió jugar en amplitud.
Todo gracias al esfuerzo y el gran trabajo de los jugadores del Barcelona en las coberturas, que no dejaron ni siquiera que el Espanyol rompiera la línea defensiva con una presión persistente dentro del mediocampo central. Incluso cuando era superados 3 contra 4, el trabajo de recuperación de los azulgranas era sobresaliente.
Los visitantes solo pudieron tener una oportunidad real en la segunda mitad, que llegó tras un error individual del Barcelona. No hubo más del Espanyol, totalmente minimizado en ataque.
Análisis: Espanyol
En ataque:
Los interiores del Espanyol, Rosales y Pedrosa, fueron las amenazas visitantes en los primeros minutos. El Espanyol apostó por un 3-5-2, con Borja Iglesias apoyando a Melendo como segunda punta. Al otro lado ascendió a un tercer atacante desde el centro del campo, dejando un doble pivote para bloquear las transiciones del Barcelona.
La solidaridad defensiva del Espanyol obligó a los locales a adelantar a más jugadores por delante de la línea de pase. Un dibujo que creó más espacio para los interiores del Espanyol tras la recuperación, con Alba y Semedo muy adelantados.
Sin embargo, la posición retrasada de los jugadores centrales no dio opciones a esos ataques por banda, ralentizando las acciones a pesar de hacer de un buen progreso inicial en esos momentos de transición. Solo con el cambio de dibujo del Barcelona en ataque, y al borde del descanso, tuvieron opciones de apoyar esas carreras.
La línea atacante del Espanyol buscaba la diagonal lejos de Piqué y Lenglet durante los contraataques centrales con el objetivo de ir a los espacios vacíos. Desde aquí, los mediocampistas centrales del Espanyol encontraron zonas más limpias, a menudo atrayendo a la línea del medio del campo azulgrana hacia la pelota.
El pase vertical sí encontró a los atacantes en varias ocasiones, pero Melendo, Iglesias y Víctor Sánchez, como jugador de apoyo, no encontraron la oportunidad para poner en problemas a Marc-André ter Stegen.
El juego ofensivo del Espanyol apenas existió en la segunda mitad, en parte porque el trabajo del Barcelona les llevó a jugar en un bloque más bajo. Para tener salida en ataque, el Espanyol buscó el juego directo que, a su vez, aliviaba la presión rival.
Sin embargo, la línea atacante no tuvo éxito en estas acciones. Solo lograron crear una ocasión de gol, previo error del Barcelona, que no acertó a marcar el delantero chino Wu Lei.
En defensa:
Bloque medio defensivo en 5-4-1 con rombo en el medio del campo. Esto, naturalmente, agregó más jugadores al carril central, forzando al Barcelona a ir por banda. En la punta del rombo, Melendo, a menudo se fijó en Sergio Busquets, con los mediocampistas más amplios siguiendo los movimientos de Arthur e Ivan Rakitic, respectivamente.
Esa congestión en el mediocampo ralentizó el juego central de Barcelona, con Marc Roca a menudo sumándose a esa zona en algunos momentos para bloquear los pases hacia adelante que era acechado por Messi.
El Barcelona pronto cambió su ataque, buscando explotar los espacios que dejaba la estructura de rombo del Espanyol. Pero incluso cuando los locales llevaron a más jugadores por delante, el bloque defensivo del Espanyol se mantuvo firme, limitando cualquier penetración.
Algo que empezó a cambiar al final de la primera mitad. Messi y Suárez lograron atraer y alejar a los centrales de la línea defensiva, provocando desorganización. A partir de aquí, el Barcelona encontró vía en diagonal desde la banda para atacar el área rival, aunque todavía sin peligro. Algo que cambió en la segunda mitad, con un Barcelona saliendo con más intensidad.
Entonces la línea defensiva del Espanyol se tuvo que defender ante el ataque del Barcelona, quedándose en un extraño dibujo de un 5 contra 5. Bajo este cambio, la incapacidad de asegurar los pases hacia adelante solo incrementó las opciones de ataque del Barcelona ante una defensa que se quedaba desorganizada tras cualquier perdida.
Al final, la esforzada línea defensiva del Espanyol no fue rival para la brillantez individual de Messi, que marcó un gol de falta e hizo otro tanto en los últimos minutos del partido.