Premier League, 10 de noviembre 2019
Fabinho (6)
Salah (13)
Mané (51)
Bernardo Silva (79)
En un duelo que no defraudó las expectativas, el Liverpool dio un gran paso hacia la conquista de su primer título de liga en 30 años, imponiéndose en su feudo de Anfield al vigente campeón, Manchester City.
El equipo de Jürgen Klopp se adelantó a los seis minutos gracias a un gran disparo de larga distancia de Fabinho que se incrustó en la portería defendida por Claudio Bravo, quien salió de titular ante la ausencia de Ederson. La jugada desató una gran polémica pues segundos antes los Citizens se habían quedado protestando una mano dentro del área del Liverpool de Trent Alexander-Arnold que la revisión en el VAR no castigó con penal.
Aunque el City mostró su acostumbrado dominio ofensivo, el equipo de Klopp fue más contundente extendiendo su ventaja apenas seis minutos más tarde con un cabezazo de Mo Salah, tras un gran centro de Andrew Robertson. El partido quedó sentenciado en el comienzo del segundo tiempo cuando Sadio Mané cabeceó un centro a la medida de Jordan Henderson. A 12 minutos del final Bernardo Silva logró descontar por los visitantes, pero el daño ya estaba hecho.
De esta forma, el Liverpool mantiene su diferencia de 8 puntos sobre su más cercano perseguidor, el Leicester, y aumenta su diferencia con el City a 9 puntos.
10 / 5
DISPAROS / A PUERTA
15 / 3
45 %
Posesión
55 %
440 / 357
Pases / Completados
546 / 438
10 / 0 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
4 / 2 / 0
El Liverpool formó en ataque en 4-3-3 (abajo) con su habitual once inicial. Los locales buscaron jugar a un ritmo muy alto, llevando al Manchester City a ciertas zonas del campo para atacar después los espacios. Jugando por fuera, el Liverpool llevó hasta seis jugadores del City a su línea defensiva.
El rol de Henderson:
El Liverpool utilizó inteligentemente a Henderson en esta estrategia, sabiendo que Rodri e Ilkay Gundogan cerrarían a Fabinho y Wijnaldum cuando Kevin de Bruyne y Sergio Agüero iba a la presión alta. Henderson caía entre líneas en el lado donde estaba el balón cuando su rival los cerraba cerca de la línea de banda. En ese momento, los Reds buscaban el desplazamiento en largo al atacante en banda de ese perfil (abajo), con Henderson apoyando la jugada para superar así la presión del City.
Los cambios de orientación:
Henderson fue el centrocampista más ofensivo de la segunda línea del Liverpool, buscando penetrar a la espalda, especialmente si Salah o Firmino se descolgaban en asociación. Más el primero, que provocaba el arrastre de Angelino, dejando así espacio a las carreras de Henderson.
Los cambios de orientación fueron otra herramienta clave del ataque del Liverpool. Estos cambios de orientación se dieron bajo dos fórmulas. La primera más gradual, jugando en corto en diagonal mientras el City se establecía en defensa. Esto al final terminaba a menudo en un centro al área de uno de los dos laterales. La otra dinámica era jugar en largo con pases diagonales desde la zona central.
Cuando el cambio de orientación llegaba a banda, como se vio en el segundo gol, el Liverpool atacaba el lado débil de su rival y después buscaba el centro al área. Cuando el cambio de orientación era desde el medio del campo buscaba intentaba tener más profundidad, no solo atacando el lado débil, sino también un espacio a la espalda de la defensa rival. Estos pases no fueron tan efectivos, pero sí crearon situaciones caóticas en el último tercio de campo donde se peleó por ganar la segunda jugada, situación en la que el Liverpool se manejó mejor que su rival.
Trabajo defensivo del City:
El Manchester City formó en un 4-4-2 sin posesión (abajo), con Raheem Sterling y Bernando Silva conectando con Ilkay Gungogan y Rodri en una línea de 4 en el medio del campo y Kevin De Bruyne y Agüero en la línea de ataque. El City buscó la presión ante el Liverpool para cerrar el pase a Fabinho, pero también afectando a Van Dijk, Lovren y Alisson cuando el balón se jugaba por dentro. Silva y Sterling, mientras, presionaban a los laterales y Gundogan y Rodri se quedaban con Wijnaldum y Henderson.
La alternativa era que De Bruyne y Agüero saltaran a la presión de los centrales mientras que los centrocampistas Citizens iban a por Fabinho y otro centrocampista, dejando a uno de ellos libre. El balance defensivo se antojaba decisivo, para, cuando el balón iba de un lado a otro, cerrar el espacio de ese centrocampista libre. Con este mecanismo, el City no comprometió su línea defensiva de 4 jugadores ante los atacantes del Liverpool.
[embed] el Liverpool tenía la posesión y el City se establecía en un bloque medio, el objetivo de los visitantes era obligar a su rival jugar por fuera. En esa situación, el doble pívote del medio del campo presionaba a los centrocampistas del Liverpool, intentando bloquear el pase por dentro. Una vez ahí, el City intentó atrapar a su rival cerca de la línea de banda.
Sin embargo, con el pase de los minutos la presión del City fue más desordenada abriendo vías de paso para llegar al último tercio de campo. El problema de los visitantes fue que el medio del campo no realizó las coberturas, permitiendo que los centrocampistas del Liverpool pudieran recibir, girarse y avanzar sin oposición.
La defensa del City:
El City formó con sus 3 habituales centrocampistas y delanteros, sin embargo, debido a las responsabilidades del medio del campo, esto llevó más a un 4-2-3-1 que a un 4-3-3 con Rodri e Ilkay Gundogan en el doble pivote. El City intentó acumular muchos jugadores por delante con una presión alta, cerrando la capacidad de asociación y el alto ritmo del Liverpool en fase de construcción.
De Bruyne jugó entre líneas (arriba), a través de los espacios que dejaba Agüero. Cuando el internacional argentino buscaba jugar a la espalda, De Bruyne podía usar los espacios entre líneas. En el caso de que Agüero buscara el balón, De Bruyne atacaba la espalda de la defensa del Liverpool, aunque Van Dijk y Lovren supieron gestionar esos momentos.
Cambió de dinámica:
Reconociendo la dificultad de jugar por dentro, el City se deslizó a bandas. Rodri y Gundogan mantenían una posición retrasada para el avance de los laterales, Kyle Walker y Angelino (abajo), y asegurar así también el equilibrio defensivo ante cualquier contragolpe. El juego por banda sí fue más fluido, pero los centros al área apenas causaron daño en su rival con los metro sde Van Dik, Lovren y Alisson.
Como resultado de esto, el City trató de combinar de nuevo por dentro y crear situaciones de juego con pases por abajo, a través del desborde o con disparos desde media distancia. El pase por dentro del City buscaba atacar el lado débil de la defensa del Liverpool, sin embargo, la ejecución del pase o el control del balón no fueron los adecuados para crear situaciones de gol. Opciones de ataque también bloqueadas por la defensa local.
El Liverpool formó en 4-3-3 sin posesión (abajo), con una intensa presión sobre el Manchester City en su salida de balón, forzando a jugar en largo. Cada jugador del Liverpool tenía una marca determinada sobre los jugadores del City, partiendo de Firmino y Salah, quienes presionaban a los centrales y el portero.
Mané y un 4-4-2 del Liverpool:
Esto forzó a Claudio Bravo a jugar en largo en amplitud, cerrados esos espacios por el Liverpool y su balance defensive. En otras fases del partido, los locales llevaban a sus tres atacantes entre el portero, los centrales y centrocampistas del City, cerrando a 5 jugadores con 3 jugadores. Estos 3 jugadores forzaron errores en el pase, pero si la presión era superada, entonces el Liverpool pasaba a un bloque medio y esperaba la oportunidad para saltar. Una presión muy agresiva en los desplazamientos en horizontal o desde atrás.
Una vez que identificaba el momento, el primer jugador iniciaba a la presión (arriba), con el resto de compañeros en un perfecto ejercicio defensivo que obligaba al City a devolver el balón atrás, perdiendo así los Citizens su ritmo de juego. Con el avance del partido, el Liverpool pasó a un 4-4-2 con Mané cayendo en el lado derecho del medio del campo (abajo). Esto hizo que el Liverpool pudiera defender las bandas y evitar que el City pudiera generar superioridades en amplitud.
En transición, el Liverpool orientó la presión al poseedor del balón para que no pudiera jugar adelante o controlar fácilmente. Cuando esto pasaba, los otros jugadores del Liverpool era muy rápidos para volver a su posición y cerrar cualquier opción de contragolpe.
"Creo que jamás vi un gol como el segundo que marcamos: un lateral derecho con un pase de 60 metros al lateral izquierdo, un par de toques, un centro y un cabezazo. Es algo especial", analizó Jürgen Klopp en rueda de prensa. El entrenador del Liverpool también destacó la capacidad de su equipo en los malos momentos: "Hicimos dos goles increíbles y sufrimos por momentos. Después del 3-1 estábamos cansados y cambiamos por un 4-5-1". En relación al liderato, Klopp dijo que "queremos ser primeros en mayo (al final de la temporada), no solo en noviembre".
"Fue un gran honor y un gran espectáculo para la Premier League: dos equipos que buscan el ataque y crear ocasiones de gol. En nuestro caso, demostramos por qué fuimos campeones ante el equipo más fuerte de Europa. Estoy orgulloso de mis jugadores", señaló Pep Guardiola después de la derrota en Anfield. Respecto a la distancia de 9 puntos su rival, el entrenador del City señaló que "todavía quedan siete meses. Si el Liverpool gana el título, seré yo el primero en felicitarlos por lo bueno que son. Queremos luchar hasta el final".