Premier League, 19 de enero de 2019
Salah (46,75)
Firmino (53)
Mane (90+3)
Townsend (34)
Tomkins (65)
Meyer (90+5)
El Liverpool mantuvo su ventaja en la cima de la Premier League con una dramática victoria sobre el Crystal Palace en Anfield. Los Reds no han perdido un partido en casa en la liga desde que, precisamente, Las Águilas le propinaron una derrota 2-1 en abril de 2017, gracias a un tanto de Christian Benteke. Parecía que la historia iba a repetirse cuando el Palace se puso en ventaja 1-0 con un estupendo gol de Andros Townsend en el primer tiempo. Tras el descanso, el Liverpool regresó renovado y tras 8 minutos de acción ya estaba en ventaja con goles de Mo Salah y Roberto Firmino. Sin embargo, los visitantes no bajaron los brazos y, a través de James Tomkins, consiguieron igualar en el minuto 65, pero 10 minutos más tarde un garrafal error del portero Julián Speroni le regaló a Salah el segundo tanto y tercero del Liverpool. El drama para los Reds continuó cuando James Milner fue expulsado por acumulación de tarjetas amarillas. Suerte que Sadio Mane anotó en el descuento para dar tranquilidad a los de casa. Mar Meyer descontó por el Palace pero ya era demasiado tarde y el Liverpool consiguió mantener la ventaja para asegurarse una importante, aunque nada cómoda, victoria.
17 / 9
DISPAROS / A PUERTA
8 / 3
63 %
Posesión
37 %
761/676
Pases / Completados
326/252
6 / 0 / 1
Faltas / Amarilla / Roja
9 / 1 / 0
Análisis: Liverpool
El Liverpool formó bajo su esquema familiar de 4-2-3-1, con Fabinho y Jordan Henderson como centrocampistas de contención en la línea del centro del campo. Mientras, Naby Keita, Roberto Firmino y Sadio Mane se situaban por detrás de Mo Salah con el objetivo de generar un juego fluido de ataque a través de los cuatro jugadores.
Los hombres de Jürgen Klopp gozaron de un gran dominio de la posesión, situación de juego que le permitía llevar la pelota sin problemas hasta el campo del Crystal Palace. Otra cosa era lo que ocurría en los metros finales, donde al Liverpool le costó romper el orden defensivo del Crystal Palace durante la primera mitad. Los Reds dejaban a Joel Matip, Virgil van Dijk, Fabinho y Henderson detrás de la pelota, con los seis jugadores restantes por encima del medio del campo para intentar desbloquear la formación defensiva de los visitantes (en algunas ocasiones el Palace llegaba a acumular hasta diez jugadores en esa situación).
Para superar ese muro, el Liverpool decidió utilizar cambios en diagonal como vía de paso. Los escenarios eran dos. Si el Crystal Palace mantenía su bloque horizontal compacto, se podría abrir la posibilidad de encontrar un espacio por banda. Y si el Liverpool jugaba por bandas intentando hacer más ancho el campo, surgían opciones para que los jugadores interiores pudieran recibir y jugar entre líneas.
Así ocurrió en el tercer gol del Liverpool, crucial para los Reds. James Milner encontró a Salah en este tipo de acción. Un gol que contó con el falló de Julián Speroni en la portería del Palace. El Liverpool también usó pases horizontales más cortos como motor de juego entre líneas. Mientras el Palace buscaba desplazarse a su nueva posición con el balón como su punto de referencia, Salah y Mane se movían al contrario de la orientación del juego del Crystal para crear una línea de pase sobre el punto ciego. En los momentos que pases tuvieron éxito, a menudo obligando a que la línea defensiva del Palace se mantuviera más junta, se abrían opciones de jugar por banda a través de Milner o Andy Robertson.
Sin posesión, el Liverpool buscaba la presión alta a través de un 4-2-3-1 o el 4-4-2, con Keita y Mane situándose a ambos lados de Fabinho y Henderson en el medio del campo y Firmino y Salah en zona ofensiva. Sin embargo, debido al dominio claro en la posesión, la mayoría de las acciones defensivas se hacían en transición. El primer objetivo cuando se perdía la posesión era aplicar una contrapresión inmediata a través de los jugadores más cercanos a la pelota. Si no se lograba el objetivo, entonces los jugadores Reds volvían a las marcas fijadas intentando para dejar a su vez a los jugadores del Palace lejos del medio del campo.
Al final del partido, el Liverpool (ya con marcador a favor) decidió acumular jugadores en su zona defensiva para evitar el avance del Palace. Se sumaron a esta función también jugadores como Salah, Firmino y Xherdan Shaqiri, liberando a Mane arriba para dar salida a un posible contragolpe.
Análisis: Crystal Palace
Con posesión, Roy Hodgson estructuró el Crystal Palace en una formación 4-2-3-1, con Luka Milivojevic y James McArthur como los dos mediocampistas centrales de contención. Wilfried Zaha y Andros Townsend significaron la amenaza por las bandas con Cheikhou Kouyate operando como mediocampista ofensivo por el centro, justo detrás de Jordan Ayew. El empleo de Kouyate en este rol buscaba facilitar el juego directo, proporcionando otra opción arriba para los pases en largo de Julián Speroni, James Tomkins y Mamadou Sakho.
El Palace apenas llegó a tener el 37% de posesión durante los 90 minutos, pero esta fue parte de su estrategia de ceder el balón y el espacio, manteniendo, al mismo tiempo, una verdadera amenaza en el contragolpe y a través de pases directos. Como James Milner y Andy Robertson jugaban muchas veces por delante de Zaha y Townsend, eso dejaba a los dos volantes del Palace en buenas posiciones para explotar el espacio detrás de los laterales del Liverpool en la transición.
Cuando jugar el balón en profundidad no era una opción, el Palace se conformaba con llevar el balón a los pies de Ayew y que él se encargara de hacer que otros jugaran. Los visitantes también buscaban jugar a los pies de Zaha o Townsend – aunque preferiblemente el primero – y hacer que atacaran a los laterales del Liverpool para crear oportunidades, sacar faltas o saques de esquina desde los que pudieran generar ocasiones en acciones a balón parado. No sorprendió que Zaha tuviera influencia en casi todo lo que los visitantes hicieron en ataque, como tampoco que su velocidad y habilidad llevara a la expulsión en el segundo tiempo de Milner.
Sin posesión, el Palace se estableció en un bloque bajo de 4-5-1 con Zaha, McArthur, Kouyate, Milivojevic y Townsend en el mediocampo. Desde el primer minuto, dejaron en claro sus intenciones de no ejercer presión sobre el Liverpool en su propio campo, sino que se dejarían caer en su propia mitad, permitiendo que los Reds vinieran hacia ellos. Esto redujo el espacio tanto detrás de la línea defensiva como entre las unidades defensivas y el mediocampo.
Cuando el Liverpool llevaba el balón más de medio campo arriba, la distancia entre la defensa y el mediocampo era normalmente de 11 metros con 9 metros entre cada jugador en el centro del mediocampo. A medida que el balón se acercaba a la zona defensiva del Palace, el espacio entre los bloques se reducía a aproximadamente la mitad, haciendo que fuese muy difícil pasar atravesándolo. Los visitantes buscaban llevar al Liverpool hacia fuera, a las bandas. Una vez allí, usaban a los laterales y al mediocampista exterior para hacer que los Reds fueran de nuevo adentro, donde tres jugadores del Palace estaban en primera línea, listos para salir y cerrar el paso si el jugador del Liverpool se iba por dentro.
Los centrales Sakho y Tomkins se retrasaban con los movimientos de los atacantes del Liverpool durante dos o tres metros, antes de pasar la marca a sus mediocampistas, quienes entonces buscaban bloquear los pases de Henderson y Fabinho a los cuatro atacantes. En transición, finalmente, el Palace buscaba aplicar una contra presióninmediata, pero corrían de vuelta a sus posiciones defensivas si esta se rompía.