Premier League, 7 de diciembre 2019
Otamendi (85)
Rashford (23, pen)
Martial (29)
El Manchester United selló una gran victoria en su visita al Manchester City, instalándose en el quinto puesto a cinco puntos de los puestos de Champions, y alejando al vigente campeón de su objetivo de reconquistar la liga.
En un comienzo de partido jugado a un impresionante ritmo, los de Solskjaer dejaron al descubierto las carencias defensivas del equipo de Guardiola, adelantándose con goles de Marcus Rashford y Anthony Martial.
Abrió la cuenta el internacional inglés desde el punto penal tras una torpe entrada de Bernardo Silva con la pena máxima decretada en la revisión del VAR.
Instantes después Rashford reapareció con un disparo que pegó en el travesaño y, en el siguiente ataque del United, Daniel James habilitó a Martial quien, desde la parte derecha del área, sorprendió al portero Ederson batiéndolo con un balón dirigido al primer poste.
El City revivió sus esperanzas de rescatar al menos un punto cuando Nicolás Otamendi cabeceó un saque de esquina cobrado por Mahrez, propiciando así un emocionante final de partido. Sin embargo, el United resistió la presión condenando a su vecino a su cuarta derrota de la temporada.
22 / 8
DISPAROS / A PUERTA
10 / 6
67 %
Posesión
33 %
710 / 613
Pases / Completados
288 / 222
10 / 3 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
10 / 2 / 0
El Manchester City se estructuró en un 4-1-4-1 en ataque con Rodri entre la línea defensiva y el mediocampo. Mientras, Bernardo Silva, Kevin De Bruyne, David Silva y Raheem Sterling operaron como mediocampistas de ataque (abajo) por detrás de Gabriel Jesus, única referencia arriba.
Gran trabajo defensivo del United:
Sin posesión, el Manchester United operó en un 4-2-3-1 (abajo), con Fred y Scott McTominay como centrocampistas defensivos por detrás de Daniel James, Jesse Lingard y Marcus Rashford, quienes dieron apoyo a Anthony Martial.
Los anfitriones tuvieron la mayor parte de la posesión y la tarea de intentar romper el organizado y compacto bloque defensivo del United. A los de Solskjaer no les interesaba presionar al City arriba. En su lugar, buscaron que el City jugara con desplazamientos en largo y aumentara el espacio a la espalda de su defensa para explotar las transiciones.
El United identificó que los mediocampistas ofensivos, De Bruyne y David Silva, eran probablemente las mayores amenazas del City en la creación de oportunidades, así que utilizaron dos de los mediocampistas de contención para marcarlos cuando los locales trataban de construir juego. Al mismo tiempo, utilizaron a Rashford y James (abajo) para vigilar los pases a esos dos mismos jugadores del City con el objetivo de robar y atacar la portería rival sin presión.
Juego en horizontal del City en ataque:
La estructura posicional del Manchester City se desarrolló con Angeliño, subiendo desde el lateral izquierdo para jugar como extremo mientras Walker se quedaba atrás. El City usó una estructura en rombo por detrás del balón (abajo) para tener suficiente seguridad defensiva mientras intentaba atacar con seis jugadores.
Sin embargo, los de Pep Guardiola tuvieron dificultades en romper la estructura del United, con ataques que se volvieron un tanto predecibles. Con poco espacio por dentro, el City intentó atacar por las bandas. Cuando el balón llegaba cerca de la línea de cal, Sterling o Bernardo Silva intentaban meterse por dentro o jugar en diagonal a la espalda del lateral del United esperando la llegada de un apoyo para buscar después el centro al área.
Pero el United manejó hábilmente esas situaciones y la rapidez con la que se desplazaron hacia el hombre que recibía el balón hizo que consiguieran bloquear muchos de esos intentos de pase. De este modo, los jugadores del City estuvieron siempre presionados al recibir la pelota.
Esto se extendió cuando el City buscó utilizar a sus jugadores en amplitud para moverse por dentro. El United llevó a sus laterales y el centrocampista central más cercano al balón para bloquear el espacio por donde podían filtrarse esos pases, provocando un juego horizontal de los locales sin capacidad de penetración.
Los extremos del United también fueron cruciales para mantener la línea defensiva de cuatro compacta y restringir el paso del City a zonas más peligrosas. Esto dibujó una estructura 5-4-1 con pocas distancias entre las unidades para evitar el juego entre líneas del City, que intentó combinar por dentro y arrastrar a los centrales del United para buscar un espacio por donde atacar.
Para eso, el City llevó a uno de sus delanteros al filo del área (abajo), para que Harry Maguire o Victor Lindelof salieran en su búsqueda, en lugar de cerrar el pase para jugar al espacio o intentar combinar sobre la esquina del área.
Más disparos a portería del United:
La mentalidad de la línea defensiva del United cerca de su área estuvo enfocada a no conceder nada, con los laterales y los centrales bloqueando también cualquier opción de disparo, centro o jugada de combinación por dentro. Esto provocó que los locales acabaran buscando los disparos desde larga distancia o con pases desde posiciones más retrasadas, ante lo cual el United no encontró dificultades. Una situación que se reflejó en la estadística, con menos disparos del City entre los tres palos que el United, a pesar de doblar a su rival en acercamientos ofensivos.
En fase de posesión, el Manchester United jugó con un 4-2-3-1, enfrentándose también al 4-2-3-1 (abajo) del City en fase defensiva, con De Bruyne acompañando a Rodri como centrocampista defensivo.
Rashford, protagonista:
Los visitantes se encontraron cómodos dejando al City manejar la posesión, jugando preferiblemente al contragolpe, casi siempre a través del carril izquierdo con Marcus Rashford quien buscaba desde ahí la diagonal por dentro para perfilarse a su pie derecho.
Las combinaciones de Luke Shaw y Lingard dieron espacio a Rashford para jugar por dentro (arriba), donde los defensores del City estaba menos organizados que su rival, concediendo a los visitantes varias ocasiones de gol para abrir el marcador.
El City jugó en presión alta, llevando el United a Martial cerca del medio del campo mostrándose ante los centrales para jugar por fuera. Los locales intentaron que sus centrocampistas en amplitud presionaran a los laterales del United. David Silva en la vigilancia de los pases al centrocampista central, mientras que el jugador del otro perfil actuaba sobre el segundo (arriba). Esto permitió a De Bruyne y Rodri mantenerse cerca de Lingard, pero también obligados a seguir cualquier movimiento de asociación de James o Rashford.
Malas decisiones:
Esto fue importante ya que cuando Walker o Angeliño salían a presionar al atacante de su perfil se generaban espacios a la espalda por donde el United penetrar, tal y como era su objetivo, pero este mecanismo defensivo permitió al City mantener su línea defensiva intacta mientras gestionaban esta amenaza. Fue en la transición defensa-ataque (arriba) donde el United fue más peligroso, generando varias situaciones de gol que no se hicieron efectivas por malas decisiones finales en la dirección del juego o movimientos por delante. Los visitantes jugaron por fuera en el lado izquierdo, en una extraña decisión, ya que en esa zona Walker se quedaba defendiendo el posible contragolpe.
La defensa del City alrededor de su área contrastó con la apuesta defensiva del United, con los defensores inclinados a seguir el balón y no a la entrada de los jugadores al área, tal y como se vio en el segundo gol. La presión de los locales mejoró con el paso de los minutos y fue, de hecho, en estas situaciones cuando encontraron espacio para atacar, particularmente cuando el United buscaba atacar al contragolpe.
Esto significó que durante los primeros 2-3 segundos posteriores a que el City perdiera la posesión, el United comenzó a comprometer a los jugadores hacia adelante. Una situación que, sin embargo abrió espacio en la estructura defensiva visitante, generalmente a la espalda de los laterales por donde el City podría penetrar si conseguía recuperar en la presión tras pérdida.
Tras la dura derrota frente al Manchester United, Pep Guardiola dejó clara su decepción y comienza a pensar en el futuro. "Lo he dicho ya varias veces pero vuelvo a repetirlo, seguiremos peleando pero si no puede ser este año lo intentaremos la próxima temporada".
Por su parte, Ole Gunnar Solskjaer se mostró eufórico. "Si tienes en cuenta contra quién jugábamos y dónde lo hicimos, creo que es mi mejor partido". Además, cree que este sirve para continuar creciendo. "Es una confirmación de que vamos en la buena dirección", añadió.