Premier League, 3 de enero de 2019
Sergio Agüero (40)
Leroy Sané (72)
Roberto Firmino (64)
La carrera por el título de la Premier League vivió su partido más importante con el duelo entre el Manchester City y el Liverpool, saldado con la victoria de los Citizens en el Etihad. Un partido donde Pep Guardiola ganó a Jürgen Klopp en el particular duelo que mantienen ambos desde hace años. Una disputa que se mantiene muy equilibrada: en 16 partidos, Klopp suma 7 victorias por las 6 de Pep Guardiola, con tres empates en total.
En la previa del partido, el entrenador del Liverpool advirtió que el Manchester City seguía siendo el mejor equipo de clubes del mundo en la preparación de los partidos. Y los locales hicieron todo lo posible por estar a la altura de esa reputación en un encuentro sin descanso.
A pesar de ese escenario propuesto por el City, el Liverpool pudo adelantarse en el marcador cuando Mo Salah asistió a Sadio Mane para hacer gol, pero el disparo de este último se encontró con el poste. En la misma jugada, en unos instantes caóticos, John Stones salvó bajo la línea de portería un gol en propia puerta tras un rechace con su portero Ederson.
El desarrollo del partido, más allá de esa jugada, se mantuvo igualado. Y con ciertas acciones de peligro físico. En una de ellas Vincent Kompany pudo ver la tarjeta roja en una dura entrada sobre Salah. Poco después de esa acción, el Manchester City se adelantó en el marcador por medio de Agüero, quien encontró un espacio a la espalda de Dejan Lovren para definir con un gran disparo ante Alisson.
Klopp cambió su enfoque en la segunda mitad, y parecía funcionar cuando sus laterales reds se combinaron para que Roberto Firmino, libre de marca, anotara el gol del empate. Un tanto que, a pesar de que el empate era bueno para los de Klopp, no cambió el ritmo del partido. A medida que el Liverpool seguía presionando, el City lograba encontrar más espacios para el contragolpe. Eso propició la jugada del gol del equipo de casa, con Raheem Sterling combinando con Leroy Sané, autor de un certero disparo al segundo palo de la portería del Liverpool ante el que nada pudo hacer Alisson.
10 / 5
DISPAROS / A PUERTA
7 / 5
52 %
Posesión
48 %
614/509
Pases / Completados
623/508
12 / 4 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
7 / 2 / 0
Análisis: Manchester City
Pep Guardiola organizó al Manchester City a través de su formación habitual de 4-3-3, con Fernandinho incrustado en lo más profundo de la línea de tres de mediocentros y Leroy Sané y Raheem Sterling jugando en bandas en la zona ofensiva.
Sin embargo, con Roberto Firmino bloqueando permanentemente el acceso a Fernandinho, Bernardo Silva desarrolló un papel de apoyo al centrocampista brasileño del City haciendo que en muchas ocasiones el dibujo táctico pasara a ser 4-2-3-1. Mientras tanto, los laterales Aymeric Laporte y Danilo se mantuvieron más retrasados, provocando que el City tuviera menos jugadores por delante de la pelota, poco habitual en los citizens. De este modo, gran parte de la posesión del Manchester City se desarrollaba en el medio del campo.
El City explotó más su flanco derecho en la primera media hora de partido, con Raheem Sterling disfrutando de más espacio que Leroy Sané por su perfil. En dos oportunidades los cambios de juego de Fernandinho a la espalda de la defensa del Liverpool fueron una muestra de eso, con David Silva desaprovechando el centro de Sterling en la segunda oportunidad.
El juego paciente del City fue más exitoso cuando atrajo a uno de los atacantes del Liverpool, Sadio Mane o Mo Salah, hacia el centro. A partir de ahí, los Citizens utilizaron pases para saltar la primera línea de presión de los Reds, lo que obligó al Liverpool a mover a uno de sus mediocampistas hacia la pelota. Esto se convirtió en un patrón efectivo de juego para el City. Cuando el Liverpool solo tenía dos mediocampistas en el carril central, Sergio Agüero podía caer sobre esa zona y participar más en la combinación de su equipo en el último tercio de campo. La seguridad del argentino en su juego fue excelente en la primera mitad, donde se asoció con los dos jugadores de banda del City y firmó un final espectacular con su gol después de un excelente trabajo del incansable Bernardo Silva en la presión.
Los movimientos superiores del centrocampista portugués del City al principio de la segunda mitad ayudaron a Sterling a estar más cerca del balón, lo que a su vez arrastró al lateral izquierdo del Liverpool, Andy Robertson, fuera de su zona por primera vez en todo el partido. Ese movimiento provocó otro en cadena, dando espacio a Danilo para terminar generando superioridad en esa zona y dominar la posesión por ese flanco. Fue así hasta que Klopp cambió su esquema del 4-3-3 inicial a una formación de 4-2-3-1 con una versión más ofensiva.
Eso llevó al empate del Liverpool, pero luego, al continuar presionando al rival en primera línea, la estrategia terminó beneficiando al City. Buscando ser más vertical, el Liverpool tenía más distancias entre sus líneas y Danilo pudo encontrar a Sterling en una posición mucho más alta en el campo.
En otra carrera excelente de Agüero arrastró la marca de Trent Alexander-Arnold, dejando libre a Sané para recibir el pase de Sterling y hacer el gol de la victoria. En un partido que se movía en márgenes muy estrechos, el disparo del alemán, tras rebotar en el palo, embocó en la portería del Liverpool, una definición que Mané no pudo encontrar en la primera mitad.
Sin la posesión, el City utilizó una estructura 4-2-3-1 y presionó agresivamente la línea defensiva del Liverpool. Tanto Sterling como Sané se aferraron a sus respectivos laterales, con Agüero a menudo aislando a Virgil van Dijk. Esto dejó a Dejan Lovren, cuya distribución era inconsistente en todo momento, como el hombre libre de Liverpool en la línea de fondo.
Por su parte, Bernardo Silva mostró una agresividad y capacidad impresionantes. El internacional portugués selló su presión sobre Jordan Henderson, que era con frecuencia el pivote central más profundo del medio campo de Liverpool, en lo que en muchas ocasiones era un 4-1-4-1.
Asimismo, la marca de David Silva sobre Lovren hizo que Georginio Wijnaldum se convirtiera en el jugador libre del Liverpool, aunque rara vez los visitantes lograron el control suficiente del juego como para utilizar al holandés en una posición avanzada. En el único momento en que lo consiguieron, su combinación con Salah, que penetró en medio del campo del City, llevó a Mane a estar cerca de batir a Ederson y haber puesto por delante al Liverpool.
El Manchester City fue mucho más defensivo en la segunda mitad, trabajando incansablemente durante los momentos finales del partido para contener el ataque del Liverpool. El esfuerzo desinteresado y consistente de Agüero, Bernardo Silva, Fernandinho y Sterling aseguró que su bloque central se formara de inmediato si no podían contraatacar. Este fue quizás el factor decisivo en la victoria del City, construida sobre una base inusual en el estilo de Pep Guardiola.
Análisis: Liverpool
Jürgen Klopp organizó al Liverpool en una formación 4-3-3, y eligió un trío de mediocampistas centrales compuesto por Jordan Henderson, Georginio Wijnaldum y James Milner. Esto se traducía en una presión incansable, pero ofrecía pocas combinaciones o penetraciones de ataque en una primera mitad de partido jugada a un ritmo vertiginoso.
En la primera acción buena combinativa, el Liverpool demostró por qué han tenido tanto éxito esta temporada. Wijnaldum se colocó en una posición que permitió a su equipo salir con el balón jugado desde atrás. Al mismo tiempo, Mo Salah cayó por primera vez hacia el centro, con Roberto Firmino moviéndose hacia la derecha para fijar la marca de Aymeric Laporte. Un brillante ‘uno-dos’ entre Salah y Firmino, penetrando por el carril central del City, llevó a Mane a estar muy cerca del gol para el Liverpool.
Las carreras diagonales de Mane resultaron ser una salida útil para los visitantes, con Stones teniendo que correr hacia atrás en muchas ocasiones. Desde esta perspectiva, el Liverpool tenía la opción de llegar con balones más directos. Vincent Kompany se mantuvo estático en estos pases o se adelantaba a presionar a Firmino o Salah cuando caían por su zona. Movimientos que ofrecían una brecha central a favor del Liverpool, aunque sus mediocampistas más profundos no consiguieron llegar a esa línea final, en gran parte debido a la implacable contrapresión de sus oponentes directos del Manchester City.
Una gran parte de la estrategia de ataque del Liverpool en la primera mitad fue permanece paciente en defensa y explorar el contragolpe. Sin embargo, esto solo funciona si el equipo que tiene la posesión comete errores; y el City solo lució incómodo una vez en la primera mitad, en la jugada de la polémica entrada de Kompany que acabó con cualquier opción para Salah.
El equipo de Klopp necesitaba ser más proactivo en el segundo período, y lo hicieron. El cambio temprano del entrenador a un ataque 4-2-3-1, con Fabinho reemplazando a Milner y uniéndose a Henderson en un doble pivote, cambió su impulso.
Mane se movió hacia la derecha y Salah pasó como delantero centro moviéndose entre líneas, mientras que Firmino pasó a estar fijo en el puesto de "número 10". Wijnaldum, por su parte, se movió hacia adentro desde el lado izquierdo del mediocampo, con una versión más ofensiva. El Liverpool consiguió tener posesiones más largas con más hombres por delante del balón.
El cambio de Klopp también aseguró que la segunda mitad también se jugara al ritmo eléctrico que se hizo en la primera. Con dos centrocampistas ahora protegiendo a los defensas centrales, y Mane y Wijnaldum haciendo carreras por dentro.
Asimismo, los defensas del Liverpool tenían mucha más libertad para superar la línea defensiva, lo que también incrementó la posibilidad de interrumpir la posesión del City. Todo esto quedó en evidencia en el gol del empate: la perfecta diagonal de Trent Alexander-Arnold hizo que Andy Robertson se colocara detrás de la línea defensiva del City. La bombeada asistencia del lateral encontró a Firmino libre de marca para hacer el gol.
No obstante, esto que le funcionó el Liverpool en el gol del empate no se repitió en los minutos finales, donde Virgil van Dijk fue enviado hacia delante para explotar el juego aéreo. El Liverpool, con el marcador en contra, no pudo lograr romper el bloque defensivo del Manchester City.
En el juego sin posesión de balón, el Liverpool utilizó un 4-3-3, con Salah bloqueando el acceso a Laporte. Firmino presionó a Stones mucho más que a Kompany, ya que Liverpool claramente quería que el central belga distribuyera el balón en el centro del campo. Leroy Sane estaba demasiado marcado como para aprovechar al máximo cualquier pase, mientras que el trabajo incansable de los mediocampistas centrales del Liverpool aseguró que el progreso del City fuera limitado si Laporte o incluso David Silva recibían el balón.
La marca cada vez más estricta de Alexander-Arnold sobre Sané desgastó la línea defensiva del Liverpool, que giró ligeramente hacia la derecha para apoyar al lateral en la pelea contra el extremo alemán. Un aspecto que provocó espacios en la zona izquierda de la defensa del Liverpool, donde el veloz Raheem Sterling adquirió todo el protagonismo por los locales. Aunque el City rara vez se aprovechó de esa situación. De haberlo hecho, Andy Robertson habría tenido que lidiar en un uno contra uno ante Sterling en un espacio mucho más amplio.
Con el City bajando a Bernardo Silva unos metros para mantener la posesión en ese primer tramo, y arreglar el espacio a las espaldas de los centrocampistas Citizens, la mayoría del trabajo defensivo del Liverpool fue simplemente presionar y filtrar. Lo hicieron magníficamente bien durante largos períodos. Pero no siempre. Al final fue la vigilancia y el deseo de Bernardo Silva de lanzarse sobre un balón suelto en el del mediocampo del Liverpool lo que llevó a Sergio Agüero a adelantar a los anfitriones en la primera mitad.
El Liverpool se mantuvo en bloque medio hasta la segunda mitad, pero una vez que Klopp ajustó su enfoque de ataque, el Manchester City comenzó a ver los espacios que dejaba el Liverpool atrás, con el alto posicionamiento de Robertson en la izquierda como un punto de ataque obvio. Al final, el Liverpool no pudo derribar el bloque defensivo del equipo local, y cayó con un golpe preciso de Sané, después de un excelente trabajo de Sterling en la conducción y una excelente trampa de Agüero en el medio del campo.