La Liga, 19 de enero de 2019
Casemiro (78)
Modric (90+2)
El Real Madrid completó su mejor partido de la temporada ante el Sevilla. Especialmente en la segunda mitad, donde todo funcionó a la perfección. Un encuentro que consolida al equipo blanco en el tercer puesto de la clasificación con 36 puntos. Abre así una distancia de tres puntos con el Sevilla (cuarto clasificado) y se mantiene a diez del líder, el FC Barcelona. El objetivo, como dijo Santiago Solari en rueda de prensa, sigue siendo pelear por el título de Liga. Y con victorias como la de esta jornada, aunque difícil por la distancia con el Barça, puede ser posible. Al menos así lo sueñan los aficionados del Santiago Bernabéu.
Modric fue el gran protagonista del partido, reivindicando su papel de Balón de Oro tras varios meses apagados. Una situación que el Madrid ha pagado caro en juego y puntos. Desde las botas del croata nació todo el juego del equipo blanco, que abrió el marcador en la segunda mitad con un gran disparo de Casemiro desde fuera del área. No tuvo respuesta el Sevilla (solo un remate a puerta durante todo el partido) para empatar. En la recta final, Modric redondeó su papel estelar con un gol para sellar la primera gran victoria del Madrid en lo que va de temporada.
23 / 6
DISPAROS / A PUERTA
3 / 1
66 %
Posesión
34 %
710/610
Pases / Completados
337/261
9 / 2 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
13 / 3 / 0
Análisis: Real Madrid
El Real Madrid se estableció con un 4-3-3 cuando tenía la posesión, con Casemiro, Luka Modric y Dani Ceballos operando en el medio del campo por detrás de Lucas Vázquez, Vinicius Junior y el único delantero, Karim Benzema. Los blancos dominaron el partido, traduciéndose en un 66% de posesión. Delante se encontró al Sevilla, muy organizado y compacto en su bloque bajo.
Para superar esa defensa, los locales utilizaban a Lucas Vázquez y Vinicius en bandas para ganar en amplitud. Ambos orientaban su perfil a su pierna buena para recibir y buscar el regate a zonas interiores. Estos movimientos, inevitablemente, atraían a sus marcadores, lo que creó espacios en otros lugares de la defensa del Sevilla para que le pelota se moviera y el ataque tuviera continuidad. El Madrid también buscó derribar el bloque del Sevilla a través de los movimientos de sus delanteros, con carreras más profundas. Mientras, Modric y Ceballos buscaban a menudo recibir en zonas intermedias y conducir la pelota hacia los defensas del Sevilla.
A medida que los laterales del Sevilla se veían comprometidos en su zona, los centrocampistas del Madrid podían usar las penetraciones de los laterales o la posición alta y amplia de sus atacantes. El objetivo final de esos movimientos era generar una superioridad de dos contra uno a favor del Madrid. Sin embargo, la dificultad que encontró el equipo blanco en esa fase del partido fue que el Sevilla todavía se mantenía firme en defensa, por lo que los intentos de abrir un espacio a través de pases o regates individuales fueron siempre interceptados o eliminados. Con un espacio limitado entre las líneas del Sevilla, el Madrid creó muy pocas oportunidades claras de gol. Los intentos se limitaron, en gran medida, a disparos desde media y larga distancia. Afortunadamente para el Madrid, uno de esos lanzamientos, con Casemiro como ejecutor, superó a Tomas Vaclik para darle al Madrid una ventaja que Modric extendió en el tiempo adicional.
El Real Madrid pasó muy poco tiempo sin posesión, pero cuando lo hicieron utilizaron algunas estructuras diferentes a otros partidos. En el medio del campo del Sevilla, los blancos decidieron jugar hombre a hombre (situación de tres contra tres), con Dani Carvajal y Sergio Reguilón presionando a los laterales del Sevilla si estos recibían el balón. Esto dejaba a Sergio Ramos y Raphael Varane de manera individual con los delanteros del Sevilla, aunque el lateral contrario podría unirse a esa zona si el balón no se jugaba por su lado.
El elemento crucial de esa estrategia fue el uso de los centrocampistas del Madrid para seguir a los jugadores más profundos del Sevilla. Como Carvajal y Reguilón realizaban largas carreras desde la defensa al ataque, se podía abrir un gran espacio entre ellos y su defensa central más cercano. Casemiro se responsabilizó de vigilar estas zonas. También Ceballos, de manera ocasional, ayudó en función. En el centro del campo del Madrid, la estructura tornó más a un 4-4-2, con Modric generalmente uniéndose a Benzema en la línea superior. Vinicius y Vázquez se posicionaban junto a Casemiro y Ceballos en el mediocampo, y vigilaban a los laterales del Sevilla hasta área propia si era necesario. El siguiente movimiento era de Modric, quien se volvía a unir a la línea del medio campo si la pelota le superaba, y de Benzema, encargado de evitar que el Madrid se quedara en un tres a dos en las áreas centrales. Finalmente, el Madrid también usaría una contrapresión rápida al perder la posesión, teniendo jugadores cerca de la pelota con suficiente acceso para ganar esa batalla.
Análisis: Sevilla
En fase de posesión, el entrenador Pablo Machín estableció a su equipo en una formación 3-5-2. Jesús Navas y Sergio Escudero operaron como laterales largos por fuera de un trío de mediocampistas centrales compuesto por Pablo Sarabia, Ever Banega y Franco Vázquez. En ataque jugaban André Silva y Wissam Ben Yadder. Los visitantes, sin embargo, tuvieron poco tiempo el balón en su pies y apenas consiguieron registrar un disparo a puerta en los 90 minutos.
El Sevilla usó sus carrileros arriba y hacia afuera en un intento de separar la línea defensiva del Madrid. Al estar los laterales Dani Carvajal y Sergio Reguilón alejados de sus centrales, aparecieron espacios en esas zonas. Una situación que el Sevilla intentaba aprovechar lanzando carreras en profundidad desde atrás. Los visitantes también utilizaron sus laterales un poco más atrás para atraer a los laterales del Madrid a subir y crear así un espacio incluso más grande entre ellos y los defensas centrales blancos. Cuando el balón se desplazaba hacia sus laterales largos, se desencadenaban las carreras de sus atacantes y centrocampistas hacia esos espacios.
Sin embargo, el Madrid siguió la pista de esos movimientos y su línea defensiva también lidió bien con los intentos del Sevilla de habilitar rápido a sus dos puntas al espacio por detrás. Al Sevilla también le costó crear oportunidades en el contragolpe ya que André Silva y Ben Yedder tuvieron que trabajar demasiado atrás ayudando al resto del equipo para negarle al Madrid el espacio para jugar en profundidad.
Sin posesión, el Sevilla organizó un bloque bajo muy compacto en una formación 5-3-2. Navas y Escudero se unieron a la defensa de tres de Daniel Carrico, Simon Kjaer y Sergi Gómez para crear una línea defensiva de cinco, con Sarabia, Banega y Vázquez en frente de ellos. Fue frecuente también ver a Banega operando entre la línea defensiva y la del mediocampo, con uno de esos tres centrocampistas atrasándose para formar en la práctica un 5-1-3-1.
Los centrales del Sevilla se conformaban con seguir los movimientos de Benzema, ya fuese dejándose caer atrás o cruzando el campo, pues sintieron que tenían suficiente cobertura para limitar el espacio y, al mismo tiempo, desalentando al delantero de recibir el balón a sus pies. En general, los visitantes intentaron forzar al Madrid a irse hacia afuera. Una vez allí, utilizaron la relación entre sus laterales largos, el central más cercano y el mediocampista central para formar un triángulo que los dejara en una posición para presionar, en caso de que el balón fuese más adelante por la línea, pero también para impedir que el balón llegase en diagonal dentro del área o horizontalmente hacia adentro a un mediocampista adelantado. El propósito era dejar al Madrid con la única opción de ir hacia atrás.
El Sevilla dejó distancias muy pequeñas entre jugadores individuales y bloques, limitando significativamente las oportunidades del Madrid para jugar hacia adelante. Los locales ocasionalmente consiguieron explotar las bandas, pero el Sevilla utilizó a sus tres restantes defensas, el carrilero de cada y un mediocampista central para defender los centros y vigilar los intentos de regate atrás. Para los visitantes fue frustrante que los dos goles concedidos - ambos al final de la segunda parte - llegaron a través de un tiro de larga distancia de Casemiro y un error en posesión provocado por la presión de Luka Modric. Más allá de eso, el Sevilla defendió bien, pero con la amarga sensación de salir del Santiago Bernabéu de vacío.