Final de la Champions League, 1 de junio de 2019
Salah (2)
Origi (87)
Madrid eligió como campeón de la Champions League 2018-2019 al Liverpool de Jurgen Klopp. El entrenador alemán rompe así su maldición en las finales de la máxima competición europea, perdiendo las dos anteriores. Contra el Bayern de Múnich en 2012-2013 y el año pasado ante el Real Madrid. También acaba con una racha de seis derrotas seguidas en otras tantas finales.
No fue el mejor partido de los Reds esta temporada, como tampoco el del Tottenham este año. El encuentro giró bruscamente el guión esperado cuando solo se llevaban treinta segundos de juego con el penalti de Sissoko dentro del área. Salah, que el año pasado se tuvo que retirar del campo en la final perdida ante el Real Madrid, se tomó su particular revancha marcando el tanto que abrió las puertas de la gloria para el Liverpool.
No fue hasta la recta final cuando el encuentro se volvió a agitar, dando Origi el golpe definitivo con el segundo gol. Increíble el dato del delantero belga, que ha marcado tres goles en la presente edición de la Champions League (los otros dos en el partido de vuelta de semifinales ante el Barcelona) en tres remates.
La victoria deja al Liverpool con 6 títulos en la Champions League, colocándose en la tercera posición de esta clasificación de los mejores de Europa, solo superado por los 7 títulos del AC Milan y los 13 del Real Madrid.
15 / 8
DISPAROS / A PUERTA
14 / 3
60 %
Posesión
40 %
575 / 476
Pases / Completados
325 / 215
5 / 0 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
6 / 0 / 0
El Liverpool se estableció en un 4-3-3 en posesión. Las intenciones iniciales de los Reds en ataque seguramente cambiaron después del penalti a favor a los 24 segundos, lo que le proporcionó una ventaja para protegerse desde una etapa muy temprana. Eso puede explicar el 40% de posesión en el Liverpool, algo que no habitual en los de Klopp.
El Liverpool optó por el juego directo:
Esta estadística en parte estuvo marcada por el juego ataque del Liverpool, basado en desplazamientos en largo de Van Dijk y Matip a la espalda de los defensas del Tottenham para las carreras de Salah y Mane. Los dos centrales del Liverpool encontraron el tiempo y el espacio necesario para enviar estos pases directos, ya que solo fueron presionados por Kane, por lo que no tuvieron problemas para tener esa salida. Una acción ofensiva que le permitió al Liverpool tener sensación de peligro arriba sin necesidad de comprometer demasiados jugadores por delante de la línea de pase, lo que podría crear un riesgo innecesario en la transición.
El Liverpool encontró a sus jugadores del medio del campo muy marcados cuando tenían la posesión, pero a menudo usaban los movimientos de asociación de Firmino y luego Origi, en la segunda mitad, para tener un hombre libre en el mediocampo. Los Spurs se sentían incómodos cuando uno de sus centrales tenía que seguir la marca de Firmino u Origi (abajo), ya que daba lugar a un mayor espacio en su unidad defensiva que podía ser atacado por Salah o Mane.
Como resultado de esto, los delanteros del Liverpool podía recibir y enlazar después con los laterales o los centrocampistas, dependiendo de quién avanzaba con el balón en cada momento. Debido a que el Liverpool jugó con ventaja en el marcador desde muy pronto, los laterales no tuvieron el impacto en el juego de ataque que se esperaba, pero fueron útiles en la transición de ataque.
Juego por bandas y entre líneas:
El Tottenham se estableció en un 4-2-3-1, dejando a Kane como único atacante (abajo). Con un gol en contra desde la primera jugada, los de Pochettino afrontaron el partido con un guion no esperado. Intentaron enfocar la mayoría de sus ataques entre líneas, sobrecargando el medio del campo con Alli, Eriksen, Son, Winks y Sissoko formando una especie de anillo alrededor de Fabinho, Henderson y Wijnaldum.
El Tottenham también tuvo juego por fuera con Trippier y Rose en ambos lados para atacar la estructura posicional del Liverpool en defensa, que no tiene una amplitud natural en el centro del campo, particularmente con Mane y Salah utilizados en la primera fase de la presión.
El Tottenham encontró con éxito el acceso a la zona de los laterales y a los jugadores entre líneas, pero faltaba la siguiente acción para crear una ocasión de gol. Los Spurs se encontraron con espacios muy limitados entre los cuatro defensas de Liverpool para poder explotados. Y si lo conseguían, Van Dijk y Matip se sobreponían después.
El Tottenham intentó abrirse paso por las bandas a través de los laterales utilizando pases cortos entre Sissoko y Winks para arrastrar a Wijnaldum y Henderson hacia el balón, antes de devolver la posesión a los centrales, quienes jugaban después con los laterales. El Tottenham también trató de usar a su interior derecho jugando por dentro como mediapunta. Ese fue el caso de Eriksen en la primera mitad.
Esto obligó a Andy Robertson ir a la marca del danés y liberar espacio a su espalda para las carreras de Trippier, creando un escenario de 5 contra 4 a favor del Tottenham contra la línea defensiva del Liverpool, aunque solo podían acceder mediante el juego aéreo. Una situación en la que los defensores del Liverpool tuvieron tiempo para recomponer su estructura defensiva y frenar esos balones.
A mitad de la segunda mitad, Eriksen se unió a Sissoko (que luego fue reemplazado por Dier) como centrocampista más retrasado para explotar su amplia gama de pases a los jugadores entre líneas y por fuera. Fernando Llorente, mientras, entró en los últimos minutos para ser una amenaza en los centros al área, aunque no tuvo especial incidencia en este tipo de acciones.
Klopp varió la estructura defensiva:
Sin posesión, el Liverpool operó en un 4-3-3 (abajo), aunque variando en algunas ocasiones al 4-4-2 y 4-5-1. Estos cambios llegaron en función de la amenaza planteada por los cambios de juego diagonales del Tottenham. En el caso del 4-4-2, Mane caía en el medio del campo para cerrar el pase a Trippier. En el 4-5-1, tanto Salah como Mane bajaban al medio del campo para restringir los accesos del Tottenham por banda.
En la presión, el Liverpool utilizó a Firmino entre Alderweireld y Vertonghen, mientras que Salah y Mane se posicionaron en el espacio entre los centrales y los laterales. Cuando los centrales de los Spurs tenían la posesión, Salah y Mane intentaban cerrar con su presión sobre los centrales la salida por fuera. Y si estos jugadores iban al centro, Henderson o Wijnaldum (dependiendo de quién estaba en cada lado en la jugada) vigilaban a Winks y Sissoko para restringir aún más las opciones de salida de balón de Alderweireld y Vertonghen (abajo).
En la misma acción, Fabinho se ubicaba detrás de los otros dos mediocampistas centrales del Liverpool e intentaba cortar las opciones de pase entre líneas. La combinación entre Vertonghen y Alderweireld también provocaría la presión de Firmino hacia ellos, que también continuó hacia Lloris si era necesario.
En esa cadena de movimientos, Henderson, Wijnaldum y Fabinho saltaban a la siguiente línea para respaldar la presión. Esto a menudo obligó al Tottenham a realizar pases largos, que Matip y Van Dijk gestionaron sin problemas. Si la salida por fuera de los Spurs no era cerrada por la vigilancia de Salah y Mane, en este caso Henderson o Wijnaldum se movían para cerrarlos y coordinar la cobertura interior de Winks y Sissoko.
Controló bien los balones a la espalda:
Sin posesión, el Tottenham se estableció en un 4-2-3-1 intentando presionar al Liverpool en el primer tercio de campo (abajo). Kane fue el responsable de presionar tanto a Matip como a Van Dijk, Alli se encargó de Fabinho, Sissoko de Wijnaldum y Winks presionó a Henderson. Esto dejó a la línea defensiva de los Spurs para tratar con la amenaza de los tres delanteros del Liverpool.
El Tottenham gozó de muchas fases de posesión debido a juego de ataque del Liverpool, fijado en balones en largo a Mane y Salah. Fue precisamente un pase directo a la espalda de Trippier lo que le permitió a Mane recibir el balón más allá de la línea defensiva de los Spurs justo antes del penalti.
Después de esta acción, los de Pochettino manejaron bien en defensa este tipo de amenaza. Aunque apareció otro problema: los movimientos entre las líneas de Firmino y después de Origi en la recta final. No obstante, a los defensores Spurs no les preocupaba dejar que el delantero del Liverpool recibiera el balón si eso significaba que la línea de fondo permanecía intacta y organizada ante cualquier amenaza posterior de los Reds. Un buen trabajo defensovo que, sin embargo, no evitó el triunfo del equipo de Anflied.
"Hoy ha sido difícil para ambos porque ha habido tres semanas sin competir y es complicado. Al final las cosas se han resuelto y la experiencia cuenta. La resistencia de los chicos también. Todo eso nos ha ayudado", señaló Jurgen Klopp. El entrenador alemán también habló de su nuevo presente y del futuro del equipo: "Ya dejarán de preguntarme cómo me siento por perder siempre. Este es el inicio de un equipo joven que tiene mucho por lo que luchar".
"Cualquier plan que llevábamos tres semanas trabajando se ve afectado por el impacto emocional y psicológico de ese gol a los 2o segundos. Para nosotros tuvo un efecto muy negativo", analizó Mauricio Pochettino en rueda de prensa. El entrenador del Tottenham, a pesar de la derrota, destacó la gran temporada de su equipo. "En nuestro equipo nos encontramos en una final por el trabajo y la calidad de los futbolistas. Si el Tottenham prioriza la construcción del estadio y se gasta 0 pounds en los últimos 5 años, habría sido increíble ganar".
Redacción: Héctor Riazuelo