Premier League, 13 de enero de 2019
Marcus Rashford (44)
El Manchester United de Ole Gunnar Solskjaer, después de cinco victorias seguidas en todas las competencias desde la llegada del técnico noruego a Old Trafford, afrontaba su primera gran prueba en la Premier League ante el Tottenham Hotspurs de Mauricio Pocchetino en Wembley. Un partido que, además, iba a servir para conocer si los "Diablos Rojos" podrían reactivar sus opciones para pelear por los puestos de Champions League ante un rival directo por este objetivo. El United mostró una imagen más protegida que en anteriores ocasiones, forzado también por el juego ofensivo del Tottenham.
La victoria del United, más allá del gol de Marcus Rashford antes del descanso, tuvo a David De Gea como gran protagonista. El portero del United volvió a mostrar su mejor imagen con un total de hasta 11 paradas, algunas de ellas de gran mérito. De esta forma, el Manchester United consigue igualar a puntos con el Arsenal (41) y ya tiene la cuarta plaza, ocupada por el Chelsea, a 6 puntos, mientras que la distancia con el Tottenham (tercer clasificado) se reduce a 7.
23 / 11
DISPAROS / A PUERTA
13 / 8
60 %
Posesión
40 %
612/512
Pases / Completados
402/317
8 / 1 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
8/ 2 / 0
Análisis: Tottenham
El Tottenham Hotspur comenzó el partido con un 4-4-2 en estructura de rombo, con Moussa Sissoko jugando como falso lateral en el carril derecho. Una posición diseñada para permitir a Kieran Tripier adelantar su línea de ataque sobre ese mismo perfil (su capacidad de centro era un arma más en el potencial de los Spurs) y en la que Sissoko participaba en las coberturas del lateral del Tottenham, evitando así espacios que podían explotar Marcus Rashford y Anthony Martial.
En su último partido antes de partir para la Copa de Asia, Son Heung-min se asoció con Harry Kane. Sus movimientos por detrás del punta, junto con los que hacía Kane hacia atrás para conseguir el balón, dieron al Tottenham la posibilidad de penetrar en algunas ocasiones por el lado izquierdo de su ataque.
Con los laterales del Manchester United muy cerca de los laterales del Tottenham, los defensas centrales del United tuvieron que detectar los movimientos de Son por el carril central, generándose así una debilidad defensiva en el corazón de la defensa del United, por donde podían percutir desde atrás los centrocampistas del Tottenham.
Christian Eriksen y Dele Alli ofrecieron una versión muy ofensiva. Esto obligó a Paul Pogba y Ander Herrera a regresar a la línea central, dejando a Jesse Lingard, quien no presionó tanto como Rashford y Martial, incapaz de poder ganar la batalla por si solo ante Winks y Sissoko, quienes también ocupaban posiciones centrales en el ataque del Tottenham.
La respuesta del United consistía en trabajar con un bloque medio más defensivo, algo que coincidió con la salida del campo de Sissoko, quien tuvo que ser reemplazado por Erik Lamela.
El jugador argentino se convirtió en la punta del rombo de los Spurs, con Alli desarrollando el juego por el carril izquierdo. Mientras, Eriksen se movió hacia la derecha, lo que a su vez significaba una cobertura defensiva menos efectiva para Trippier en el lateral derecho. El zaguero estuvo involucrado en la pérdida de posesión que permitió a Pogba combinarse con Rashford para que el delantero inglés consiguiera el único gol del partido.
El cambio de Tottenham al 4-2-3-1 en la segunda mitad permitió a Son, Alli y Lamela apoyar a Kane en el ataque contra la línea defensiva del United. Eriksen, por su parte, conectó el centro del campo para atacar desde un rol más profundo junto a Winks. La amenaza ofensiva de Trippier volvió a activarse nuevamente en la segunda mitad, hasta que Rashford fue movido al flanco izquierdo para ayudar a frenar las acometidas por banda de su compañero de selección. Antes de ese movimiento en el United, los Spurs crearon una gran cantidad de buenas oportunidades que se tropezaron siempre con un inmenso David De Gea en la portería del United. Los intentos de marcar de Alli, Kane y Toby Alderweireld fueron rechazados por el portero español, dejando al Tottenham a cero en Wembley por segunda vez en esta temporada.
Cuando los Spurs perdían la posesión, el Manchester United tenía claro que debía apuntar a los espacios que se generaban entre los centrales del Tottenham. Sissoko restringió el juego de ataque inicial de Martial en la izquierda, pero Eriksen no fue capaz de desarrollar ese papel de lateral largo por su flanco. Rashford, en particular, encontró espacio suficiente para sus carreras directas entre Jan Vertonghen y Ben Davies. La debilidad defensiva de Trippier también fue atacada por Pogba, que se movió al carril interior izquierdo del ataque para competir por balones largos enviados desde la línea defensiva del United.
A medida que el United retrasaba sus líneas, la defensa del Tottenham se adelantó veinte metros hacia adelante buscando una versión más ofensiva. Una nueva perspectiva que, sin embargo, también dejó más espacio atrás que Pogba y Rashford aprovecharon para hacer el gol del United, justo antes del descanso.
El cambio de Tottenham de la estructura de ataque en la segunda mitad también lo hizo cambiar a un bloque defensivo de 4-4-1-1, con dos de los tres centrocampistas atacantes retrocediendo junto a Winks y Eriksen en el medio campo, y el otro apoyando a Kane en la línea superior. Los cambios de banda de Jesse Lingard ayudaron a los visitantes a colocar a Pogba en posiciones más avanzadas que en la primera mitad, aunque los intentos de marcar del francés fueron frustrados por su compañero de selección, Hugo Lloris. Al final, no fue la defensa del Tottenham la que le costó los puntos a su equipo, sino un ataque que no pudo vencer a un inspirado David de Gea.
Análisis: Manchester United
Ole Gunnar Solskjaer estableció al Manchester United en una formación inicial de 4-3-3, con un frente de ataque formado por Marcus Rashford, Anthony Martial y Jesse Lingard. Con el Tottenham dominando la posesión desde los primeros minutos, los visitantes fueron pacientes para encontrar sus ocasiones de ataque.
Si no podían encontrar un pase adelantado para el trío atacante, generalmente David de Gea buscaba en largo a Paul Pogba en el carril interior izquierdo. Cuando la opción estaba disponible para jugar hacia adelante, las carreras de Rashford hacia la portería contraria ayudaron al United a percutir en ataque, al tiempo que saltaba la línea del medio del campo del Tottenham.
La interpretación que hizo Lingard de las carreras de Rashford durante la primera mitad fue sobresaliente. En la primera mitad, la pareja de atacantes nunca repitió la misma acción de ataque sobre la línea defensiva del Tottenham. Para conseguirlo se repartían los papeles. Si Rashford hacia una carrera vertical en el carril derecho, Lingard mantenía su posición central para atacar el centro del área. Y si Rashford hacia una carrera diagonal a la portería, Lingard giraba inteligentemente buscando el lado derecho. Movimientos constantes que permitían, a su vez, ensanchar el ataque del United.
Por otro lado, la habilidad de Ander Herrera para recuperar y controlar los balones sueltos detrás de la pareja del United ayudó a acomodarse a los visitantes en el campo, con Pogba y Nemanja Matic mostrando una versión de juego muy diferente bajo las órdenes de Ole Gunnar Solskjaer. Los dos centrocampistas buscaban saltar la línea en cada situación de ataque cuanto tenían ocasión.
Una vez que el Tottenham superaba la presión inicial del United, los visitantes se posicionaban en un bloque medio. Un dibujo que al final aprovecharon para sacar ventaja en las transiciones. Inicialmente, a pesar de atacar a los espacios que se generaba en la parte de atrás del Tottenham, Rashford, sobre todo, no tenía suficiente espacio para desarrollar sus carreras.
Sin embargo, a medida que el United retrasó líneas y el Tottenham empujó más alto, se fueron abriendo los espacios a su favor. Rashford pronto se aprovechó de esa situación tras una pérdida de balón de Kieran Trippier ante Pogba, que con una gran asistencia colocó al delantero del United camino al gol.
Después de su excelente asistencia, Pogba se mostró mucho más activo en la segunda mitad. La salida de Lingard de la línea defensiva central de Tottenham creó una sobrecarga de jugadores en ese espacio. Esto significaba que Pogba podía desarrollar su juego en una posición más alta y mostrarse con el balón con más frecuencia entre líneas, provocando así una sensación constante de peligro del United, a pesar de que la posesión era del Tottenham.
Sin la posesión, los visitantes formaron en una agresiva estructura de 4-3-3. Rashford y Martial ocupaban los espacios entre los defensas centrales de Tottenham y bloqueaban también el acceso directo de Moussa Sissoko cuando acudía a esa zona para formar con tres jugadores. Mientras, Lingard se mantuvo en el centro, cerrando el camino a Harry Winks para avanzar líneas con el balón en sus pies.
La única situación en la que United no tenía una respuesta ante el Tottenham era cuando Sissoko y Winks lograban juntarse en el carril central. Escenario en el que Lingard no tenía capacidad para bloquear a ambos. No encontraba la solución a este problema el United, que tampoco podía mandar a un mediocampista central hacia Sissoko, ya que esto habría liberado a uno de los laterales del Tottenham. Para solucionarlo, el equipo de Manchester giró gradualmente hacia un bloque medio. Un dibujo trampa para los Spurs, que adelantaron sus líneas, pero sin cerciorarse de que acabarían cayendo en el objetivo de los visitantes.
En la segunda mitad, el cambio de dibujo del Tottenham les ayudó a crear más oportunidades contra el bloque del United, que se mostró cansado después de tener que descolgar siempre a dos de sus jugadores arriba. Ante eso, no fue una sorpresa que Solskjaer usara las tres sustituciones disponibles para hacer cambios en el dibujo del equipo. El movimiento de Rashford hacia el flanco izquierdo y Lingard retrocediendo metros por el lado derecho, disminuyeron la influencia de Pogba en ataque, pero agregaron estabilidad al bloqueo medio de los diablos rojos. Uno de los jugadores que ingresó en el campo fue Romelu Lukaku, encargado de sostener la pelota arriba y jugar a cualquier espacio libre que se abría. Los visitantes se mantuvieron firmes en la recta final para sumar su quinta victoria seguida en la Premier League y quedarse a siete puntos del Tottenham en la clasificación.