La Liga, 5 de julio 2020
Gerard Moreno (14)
Pau Torres (3, propia puerta)
Suárez (20)
Griezmann (45)
Ansu Fati (87)
Antoine Griezmann volvió al once titular del Barcelona después de aparecer como suplente ante el Atlético de Madrid en la jornada previa. Y lo hizo en una nueva posición para él, jugando en el frente del ataque con Luis Suárez y Leo Messi por detrás de ambos. Fue el dibujo elegido por Quique Setién para un partido ante el Villarreal donde los azulgranas no podían fallar después de la victoria del Real Madrid ante el Athletic de Bilbao (0-1) a domicilio.
El Barcelona ejecutó una actuación brillante en la primera mitad, con tres goles y un amplio dominio del partido a pesar de que los locales llegaron a igualar el choque al cuarto de hora. Ansu Fati, ya en los últimos minutos, cerró la amplia victoria del equipo de Setién, que se mantiene a cuatro puntos de distancia del Real Madrid a falta de cuatro jornadas para el final de La Liga 2019/20. El Villarreal, en la pelea por los puestos de Champions League, está a tres del Sevilla (57 puntos), cuarto clasificado.
9 / 4
DISPAROS / A PUERTA
18 / 13
33 %
Posesión
68 %
655 / 530
Pases / Completados
1109 / 985
11 / 1 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
11 / 0 / 0
El Villarreal formó en un 4-2-4 en fase de posesión con Vicente Iborra y André Anguissa en el doble pivote en mediocampo, mientras Samuel Chukwueze y Santi Cazorla se unieron a Gerard Moreno y Paco Alcácer en ataque.
El Barcelona, por su parte, formó en un 4-3-1-2 en fase defensiva (abajo), en medicampo con Arturo Vidal, Sergio Buquets y Sergio Roberto, mientras Lionel Messi jugó por delante de ellos y Luis Suárez y Antoine Griezmann en la primera línea de presión sobre el rival. Un dibujo que dificultó el juego del Villarreal, apostando los locales por explotar las transiciones para encontrar opciones en ataque.
Balance defensivo del Barça:
Cuando el Villarreal buscaba crear desde atrás, orientaba un jugador de cara a los centrales, momento en el que Messi o Busquets salían a la presión sobre Anguissa e Iborra, al mismo tiempo que Suárez y Griezmann cerraban la posible asociación entre los centrales. Si el balón llegaba hasta los laterales, los interiores azulgranas hacían el balance defensivo a ese perfil, lo que a menudo llevó a dejar una línea horizontal en medio campo de 3 o 4 jugadores.
En los primeros minutos, los locales buscaron atacar en velocidad la espalda de la línea defensiva rival tan rápido como fuera posible (abajo). Así ocurrió con el gol del empate al cuarto de hora. Sin embargo, después de este tanto, el repliegue defensivo del Barcelona en estas situaciones fue más acertado, no permitiendo a su rival sumar más goles.
El Villarreal tuvo muchos problemas en la asociación para encontrar a sus delanteros a través de la línea defensiva del Barcelona. En las ocasiones donde lo consiguió, solo pudo jugar con un compañero de espaldas a portería y con pocos apoyos alrededor para ejecutar la siguiente acción, provocando que en muchas ocasiones el balón volviera atrás.
Cambio de sistema:
En el segundo tiempo, el equipo local varió su estructura ofensiva a un 4-3-3 con Bruno Soriano como pivote en medio campo, mientras Anguissa y Moi Gómez jugaron como interiores. Esta estructura le dio más opciones de construir desde atrás, encontrando con mayor facilidad una opción de pase entre líneas, pudiendo contar así con más alternativas ante la línea defensiva rival.
El Barcelona decidió llevar a varios jugadores al campo del Villarreal, obligando a su rival a jugar por fuera o en pases largos, aplicando una intensa presión en la segunda jugada para forzar errores de los jugadores. Al transcurrir los minutos, los locales tuvieron más éxito para asociarse entre líneas, aunque siguieron sin tener muchas ocasiones de gol y mostrando poca sensación de peligro.
Rombo en medio campo:
Setién apostó por variar el dibujo en fase ofensiva, con un 4-4-2 en rombo en medio campo (abajo), ocupando Messi la posición más adelantada de esta estructura en el centro para unirse en las acciones ofensivas a la dupla Suárez-Griezmann.
Fue un modelo que buscó superar también el 4-4-2 del Villarreal en fase defensiva (abajo). Como se esperaba, el equipo visitante dominó la posesión y a su rival, que se posicionó entre una presión alta y un bloque medio en diferentes momentos del partido.
Movilidad en ataque:
Cuando los locales presionaban arriba, el Barcelona encontraba con facilidad la penetración con una superioridad de 4 contra 2 en medio campo, principal vía de éxito del equipo de Setién. En varias ocasiones, Messi adelantaba su posición junto a Suárez y Griezmann fijando así la línea defensiva del Villareal por dentro, lo que generaba espacios por fuera para el avance de los laterales (abajo). En estos ataques, Sergi Roberto jugó como falso lateral en el perfil izquierdo permitiendo los avances de Alba, quien arrastraba con él la marca de Chukwueze.
En el desarrollo del juego de asociación, el Barcelona varió entre los pases en corto y en diagonal, buscando con los cambios de juego y movimientos al lado ciego las opciones para profundizar en ataque. Los pases en diagonal, sumado a la estructura en rombo en medio campo, facilitaron al Barcelona la movilidad en ataque encontrando vías de pase por fuera para los delanteros o los laterales.
Diagonales en el lado débil:
Fue desde esas posiciones que los visitantes buscaron atacar el área diagonalmente, atacando la zona más débil del Villarreal en su repliegue defensivo. En las ocasiones en que el Barcelona logró superar las líneas rivales con pases verticales, el intercambio de posiciones de los jugadores de ataque permitió al cuadro visitante tener éxito en la finalización.
Acertado en explotar los espacios por fuera, el Barça encontró también en el primer tiempo la penetración en los espacios intermedios con la utilización de los dos delanteros entre líneas (abajo). El centro del campo del Villareal tenía que vigilar estos movimientos de los atacantes, afectando a su estructura defensiva. Una situación que generó un dominio absoluto del equipo de Setién en el primer tiempo.
Javier Calleja buscó ajustar esta debilidad situando un centrocampista en la marca sobre Busquets (abajo), con uno de los interiores en la marca sobre los interiores rivales. Esto dejaba libre a otro centrocampista u otro volante para ocuparse de Messi. Aunque este mecanismo defensivo dejaba a uno de los interiores libres de marca para poder jugar por fuera, el Villarreal sí pudo cerrar los accesos por dentro.
Reforzar el mediocampo:
En el segundo tiempo, la apuesta defensiva del Villarreal fue pasar a un 4-5-1 (abajo), ocasionalmente también a un 4-1-4-1. El nuevo dibujo hizo más fácil al equipo mantenerse compacto y cerrar los accesos por dentro mientras permitía seguir entrar por bandas. Este enfoque, junto con la ventaja del Barcelona en el marcador, paró el ritmo del partido, con más circulación de los visitantes en horizontal sobre la línea defensiva rival.
El Villarreal demostró a lo largo del partido que fue más seguro cuando defendió en su campo que en amplitud. Así limitó el daño del Barcelona comparado con la primera mitad (un gol en contra en la segunda mitad), aunque también le hizo tener menos opciones de ataque y de juego para reducir la ventaja de su rival.
"Nos ha costado ser contundentes en alguna acción defensiva para poder acabar con su juego interior. Cuando se juntan jugadores de esta talla es bastante complicado ponerles freno", explicó Calleja. El entrenador del Villarreal pasó página y se centró en el próximo partido, clave para las opciones europeas de su equipo: "El Getafe es un grandísimo rival que te lleva al límite e intenso. Será un partido duro".
"Todo nos ha salido bien y el gol nos ha dado confianza. Hemos hecho bien la presión, les hemos permitido salir muy poco", señaló Setién sobre el desarrollo de sus jugadores. El entrenador del Barcelona explicó el cambio de dibujo en ataque, con Griezmann: "Ante el Atlético ya terminamos contentos por cómo se dio. Hemos optado por Luis y Leo más centrados y hemos comprometido a los centrales y a los pivotes rivales. Los tres lo han hecho muy bien".