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Entrenamiento: La pretemporada

The Coaches' Voice en español
Entrenamiento: La pretemporada
Fotografía: Javier Arquimbau
Redacción
The Coaches' Voice en español
Publicado el
julio 4 2023

La pretemporada es un espacio de trabajo clave en la preparación de los equipos para el periodo competitivo. El entrenador y su cuerpo técnico la utilizan para realizar la toma de datos iniciales de la plantilla, la adaptación de los jugadores al equipo y sus dinámicas, la preparación de los sistemas de juego y la optimización de los recursos técnicos-tácticos y físicos.

No obstante, son muchos los entrenadores que demandan a sus jugadores un trabajo físico previo a la pretemporada, realizado durante el período de vacaciones. De ese modo, el futbolista puede volver en las mejores condiciones posibles a los entrenamientos.

A buen seguro, son muchos los entrenadores que nos leen y están ultimando los detalles de su próxima pretemporada. En The Coaches' Voice, nuestros expertos dan respuesta a las preguntas más importantes para conocer en profundidad este período de trabajo en la dirección de los equipos.

¿Qué periodo comprende la pretemporada?

Para empezar a trabajar en el diseño de la planificación destinada a la pretemporada, es necesario conocer cuándo dará inicio la competición. Una vez conocida esa fecha, la pretemporada se traza con un número de semanas de trabajo previas a ese primer compromiso oficial. Así, la pretemporada comprende el período que va desde el primer entrenamiento tras las vacaciones hasta el partido inaugural.

Sin embargo, no hay una norma exacta sobre cuánto debe durar la pretemporada, ya que esta varía según las necesidades de cada entrenador. Lo que sí suele ser común en toda pretemporada es que se busca conseguir el equilibrio entre la preparación deseada de los jugadores y su descanso suficiente para evitar lesiones.

A partir de ese equilibrio, se programarán el número de entrenamientos que se quieren realizar y los partidos amistosos de pretemporada.

¿Cómo se trabaja en la pretemporada?

La pretemporada permite a los entrenadores diseñar los microciclos (entrenamientos entre partido y partido) de la manera que entiendan oportuno, y no marcados por el calendario, como sí ocurre durante el periodo competitivo, donde todo está determinando por el siguiente partido.

De ese modo, en la pretemporada el entrenador puede organizar su dinámica de trabajo como lo estime oportuno. Así, suele ser habitual dedicar la semana a entrenar a diario y jugar los sábados, dando descanso los domingos. También se pueden programar dos partidos por semana para repartir minutos entre los jugadores e ir ajustando la organización del juego del equipo. De la misma forma, se utilizan las primeras semanas para el trabajo físico y técnico-táctico. Esto para empezar a disputar partidos a partir de esa fecha, con mayor bagaje de ideas y contenidos de entrenamiento.

Una fórmula muy utilizada es establecer una primera semana de pruebas, adaptación y reconocimiento de los jugadores. Una segunda y tercera semana de concentración en un lugar en donde poder trabajar con tranquilidad y de manera intensiva, y un final de pretemporada con una organización del microciclo semanal similar a la de la competición, con uno o dos partidos amistosos.

Esa fórmula permite a los equipos introducir de manera progresiva el trabajo a realizar, tener un espacio para generar hábitos de manera intensiva y finalizar la pretemporada con connotaciones lo más cercanas posibles al periodo competitivo.

En la pretemporada, el trabajo físico copa una parte importante en la planificación. Especialmente las primeras semanas de trabajo. Nathan Zentveld/Getty Images
En la pretemporada, el trabajo físico copa una parte importante en la planificación. Especialmente las primeras semanas de trabajo. Nathan Zentveld/Getty Images

¿Cuál es la duración de una pretemporada?

Como hemos señalado, no hay una norma que indique cuánto tiempo debe durar una pretemporada, ya que depende de las decisiones de cada entrenador. No obstante, sí deben cumplirse ciertos parámetros para conseguir una pretemporada efectiva.

Las pretemporadas largas y sin competición oficial son complicadas de gestionar por los entrenadores. Y es que todo futbolista se entrena con un objetivo principal: competir. Así, posponer esa competitividad demasiado tiempo puede provocar ansiedad en el futbolista. Por otro lado, las pretemporadas de menos de cuatro semanas son demasiado cortas para generar adaptaciones óptimas entre los jugadores y el modelo de juego que se quiere alcanzar. Sobre todo, si un entrenador se inicia en un nuevo equipo, suele demandar más de cuatro semanas para su preparación.

En lo que se refiere a condición física, cuanto mayor es el nivel de los jugadores, más capacidad residual tienen, con lo que prácticamente es imposible que pierdan la forma en un mes de vacaciones. De ese modo, 3-4 semanas serían suficientes para que los jugadores recuperen los niveles físicos anteriores o para que los superen.

Después de las valoraciones previas, se puede decir que una cifra media estimada de lo que se acostumbra a ver en el alto rendimiento y en todos los equipos es que el tiempo óptimo para una pretemporada oscile entre las 5 y 6 semanas.

¿En qué se diferencia la pretemporada del resto del año?

El principal condicionante de la pretemporada es que los partidos que se juegan no tienen carácter competitivo. Estos no repercuten a nivel de puntos ni clasificación. Aquello permite a los equipos implementar ideas, planteamientos o estrategias sin la presión de la competición para probar y aplicar a su organización táctica a posteriori en el periodo competitivo.

Sin embargo, y más en los últimos tiempos en los equipos de máximo nivel, los partidos de pretemporada tienen una exigencia de resultado máxima puesto que ganarlos o perderlos puede influir en el estado de ánimo del entorno y  del propio equipo. Así, una mala pretemporada en los resultados, suele ser el prólogo a un mal año competitivo.

En segundo lugar, la pretemporada se adapta al diseño y objetivos que se pretende durante este periodo en concreto -desde el primer entrenamiento tras las vacaciones hasta el primer partido oficial-, mientras que en el periodo competitivo los entrenamientos y recuperación se adaptan al calendario de partidos oficiales -alrededor de diez meses-. Eso permite a los entrenadores jugar con las cargas de los jugadores, con el ritmo de entrenamientos o con la dinámica de los partidos.

La utilización de jugadores en los partidos de pretemporada no tiene limitación en el número de sustituciones. Así, en la pretemporada el entrenador puede disponer de tantos jugadores como entienda necesarios en los partidos para cumplir con sus objetivos. Algo que difiere con el periodo competitivo, donde los partidos están sujetos a reglamentos de competición (entre ello, cinco cambios por partido) y limitaciones.

A medida que se acerca el final de la pretemporada y el primer partido oficial, es conveniente que el trabajo se vaya asemejando cada vez más al periodo competitivo. Así llegarán a ese primer partido de competición en las condiciones más parecidas a las que se va a encontrar el resto del año.

Los partidos amistosos también forman parte de la pretemporada. Partidos con características diferentes al periodo competitivo. Albert Pérez/Getty Images
Los partidos amistosos también forman parte de la pretemporada. Partidos con características diferentes al periodo competitivo. Albert Pérez/Getty Images

¿Cómo se puede optimizar la pretemporada?

La profesionalización del fútbol actual en todas las categorías permite al jugador mantener durante todo el año un nivel de rendimiento óptimo.

Durante las vacaciones, como hemos señalado, son muchos los entrenadores que demandan a sus jugadores seguir entrenando. Esto les permite llegar a la pretemporada con niveles similares a los que tenían cuando marcharon, al menos de manera general. Eso hace que la pretemporada no sea tan determinante como ocurría antes cuando se necesitaban largos periodos de preparación para recuperar al jugador de las pérdidas provocadas por la inactividad. Esa realidad actual  optimiza la pretemporada ya que permite partir de niveles físicos superiores.

Otro aspecto para optimizar la pretemporada es la metodología de entrenamiento. Dado que el jugador llega a la pretemporada con una mucho mejor base física después del periodo de vacaciones, las cargas de pretemporada han dejado de ser tan voluminosas. Frente a las altas cantidades de trabajo físico con respecto al juego, los métodos de entrenamiento actuales con el balón como protagonista han demostrado generar una capacidad de adaptación específica óptima.

La tecnología aplicada al fútbol es clave durante la pretemporada para la medición y control del rendimiento de los jugadores. Pete Norton/Getty Images
La tecnología aplicada al fútbol es clave durante la pretemporada para la medición y control del rendimiento de los jugadores. Pete Norton/Getty Images

Por otro lado, añadir entrenamientos individualizados en función de las necesidades de cada jugador permite cambiar las 2, 3 y hasta 4 sesiones de trabajo por día de las pretemporadas de antaño, por sesiones complementarias antes o después del entrenamiento para completar las necesidades diarias.

También han variado los tiempos de concentración de los jugadores. Actualmente, las concentraciones intensivas o acumulación de jornadas de trabajo combinadas con los días libres permiten al jugador una recuperación emocional mayor y menos fatiga física. 

Y, por encima de todo, está el uso de tecnología actual aplicada al fútbol que permite medir y controlar todo y, por ende, optimizar el trabajo. La tecnología permite conocer parámetros condicionales del jugador durante 24 horas -cómo duerme el jugador, cómo responde a los estímulos del entrenamiento, carga externa…-. Eso es algo que se puede utilizar durante todo el año en el día a día del jugador, pero que en la pretemporada toma una especial relevancia. Por ejemplo, ayuda en el seguimiento en tiempo real de lo que sucede a nivel grupal de manera individual.

Toda la optimización del trabajo de pretemporada tiene un objetivo claro y concreto: llegar a ese ansiado primer partido oficial en las mejores condiciones.

Puedes aprender más sobre táctica y el trabajo de los entrenadores en The Coaches’ Voice Formación.