FABRICE MUAMBA
Bolton Sub-15, 2022-2023; Burnley Sub 15, 2023-Actualidad
No fue hasta mucho después de que ocurrió mi accidente cuando comencé a pensar en entrenar.
En el hospital pensé que sólo tendría que descansar unas semanas y que luego volvería a jugar con el Bolton.
Cuanto más tiempo pasaba en el hospital y más pruebas me hacían los médicos, más me daba cuenta de la gravedad del asunto.
Supongo que estaba en mi propio mundo, un poco fuera de mí por lo que me había pasado. Fue cuando empezaron a visitarme personas a las que no veía desde hacía mucho tiempo que empecé a darme cuenta de la gravedad de la situación.
Creo que los médicos sabían cuál iba a ser la decisión a tomar, pero yo estaba decidido a volver a jugar al fútbol.
Me dijeron que necesitaba un marcapasos. Una vez que me lo colocaron, fui a ver a un especialista en Londres para saber cuáles eran los siguientes pasos a dar en mi recuperación —aún, en este punto, pensando que estaba en camino de volver a los terrenos de juego—.
El especialista me aconsejó que dejara de jugar.
Así que busqué una segunda opinión.
"Me costó mucho tiempo y mucha terapia asimilar mi retirada, pero al final lo conseguí"
Viajé a Bélgica para ver a uno de los mayores expertos del mundo en este campo. Sus palabras exactas fueron: "Si vuelves a jugar, estarás corriendo hacia tu tumba".
Hasta entonces, lo único que quería era que una persona me dijera que podía volver a jugar. Eso habría bastado para darme esperanzas de que podía reaparecer sobre el campo.
Pero cuando tienes a dos de los mejores especialistas del mundo diciéndote cosas así, tienes que escuchar. Sabía que había llegado el momento de retirarme. Mi carrera como jugador había terminado a los 26 años.
Seguía hablando con los otros jugadores. Seguía en el grupo de WhatsApp del equipo, viendo mensajes como si aún formara parte de él. Fue muy doloroso ver cómo todo seguía con normalidad sin mí.
Seguía asistiendo a los partidos, pero llegaba cuando faltaban segundos para el saque inicial. Me resultaba demasiado doloroso ver a los chicos calentando. Incluso cuando salían y se daban la mano con los contrarios, no podía mirar.
Cuando todos estaban en sus asientos y el árbitro pitaba el comienzo del partido, entonces yo iba a sentarme.
Con el tiempo, empecé a aceptar que las cosas tenían que ser así. Me costó mucho tiempo y mucha terapia asimilarlo, pero al final lo conseguí.
"pronto me sentí atraído por el oficio de entrenador. Fue cuando mis hijos empezaron a jugar, para ser preciso"
Intenté mantenerme ocupado. Viajé y pasé más tiempo con mi familia. Llevaba a mis hijos al colegio todos los días y estaba mucho más con ellos. Sin embargo, no se me permitía hacer nada de ejercicio, así que también tuve que asumirlo.
Para superarlo, tienes que contar con un grupo fuerte de personas a tu alrededor, y yo tuve la suerte de tenerlo. Me apoyé mucho en mi familia y en mis amigos durante ese tiempo.
Pero necesitaba un poco más de rutina, y agradecí el trabajo que me ofreció la Asociación de Futbolistas Profesionales de Inglaterra (PFA, por sus siglas en inglés). En ese puesto, fui a las academias para hablar con los alumnos de primer año sobre la necesidad de tener un plan B. Les hablé de mi experiencia, de lo que había pasado aquel día en White Hart Lane en 2012, y la realidad de que no hay ninguna garantía de que puedes jugar al máximo nivel durante mucho tiempo.
Lo disfruté mucho, porque sentí que estaba haciendo un trabajo importante y —espero— ayudaba a algunas personas, pero también pude ver cómo funcionaban las cosas en diferentes clubes. También eso me alejaba del fútbol del primer equipo y de los entrenamientos.
Entrenar seguía sin estar en mi agenda. Seguía sin sentirme capaz de afrontarlo. Hice un curso de periodismo en la Universidad de Staffordshire. Ante todo, quería mantenerme ocupado, pero también me sirvió de mucho. Ahora respeto mucho más a los periodistas. ¡Es un trabajo duro!
Como parte de mi curso, tuve que hacer un reportaje sobre el partido de Champions League del Chelsea ante el Atlético de Madrid en Stamford Bridge en 2014. Me dijeron que tenía que conseguir algunas citas, pero el Chelsea quedó eliminado y nadie quería hablar con la prensa. Entonces apareció Gary Cahill.
"los exjugadores ofrecen algo que quienes no han jugado no pueden ofrecer"
Jugué con Gary en el Bolton, así que se detuvo por mí y me dio algunas declaraciones exclusivas para utilizar en mi reportaje sobre el partido. Fue estresante, pero conseguí hacerlo justo a tiempo.
Es un tipo de habilidad diferente, pero es algo que disfruté mucho. También creo que fue algo importante para mí, mientras intentaba alejarme del fútbol y de los entrenamientos.
Pero pronto me sentí atraído por el oficio de entrenador. Fue cuando mis hijos empezaron a jugar, para ser preciso. Quería ayudarles en todo lo que pudiera. Decidí sacarme los títulos.
Tuve la suerte de cursar el Nivel 2 en la Academia del Liverpool. Pude ver a grandes entrenadores en acción: Alex Inglethorpe, Pep Lijnders y Mick Beale. Pep es uno de los mejores entrenadores que he visto. También pude entrenar a algunos jóvenes brillantes, como Trent Alexander-Arnold y Curtis Jones.
Poco a poco, fui recuperando la pasión por el fútbol. Empecé a entender por qué la gente quería entrenar, y empecé a sentirme motivado para volver al juego por primera vez en muchos años. Me había picado el gusanillo.
Me saqué la Licencia B en el Manchester City. Fue completamente diferente a mi experiencia en el Liverpool. El entrenamiento era muy técnico, increíble. Trabajé bastante con el seleccionador femenino, Gareth Taylor, y aprendí mucho de él.
"wenger Siempre optaba por hablar con calma en lugar de gritar y vociferar"
Luego acabé sacándome la Licencia A en el Stoke, tras un encuentro fortuito con Mark Hughes en la boda de Stephen Ireland. Me preguntó qué estaba haciendo y le contesté que estaba buscando un sitio donde sacarme la Licencia A. Me apuntó al Stoke enseguida.
También hice muchas visitas a clubes, algo que animaría a hacer a cualquiera que quiera convertirse en entrenador. Esas visitas me sirvieron para formarme como entrenador, incluso teniendo en cuenta mi pasado como jugador.
Me di cuenta de lo competitivo que es entrenar, pero creo que los exjugadores ofrecen algo que quienes no han jugado no pueden brindar. Como alguien que lo ha sido, puedo explicar las cosas desde la perspectiva de un jugador. Entiendo lo que era ser uno de ellos.
Antes de dedicarme a entrenar, sólo quería que el fútbol se jugara con belleza. Pero a medida que he ido ampliando mis conocimientos y me he sacado los títulos, me he dado cuenta de que soy mucho más pragmático. Si un partido necesita que mi equipo juegue al balón largo, entonces lo hago con gusto. Lo que le dé a mi equipo más posibilidades de ganar.
He jugado para muy buenos técnicos, y eso me ha ayudado a ser mejor entrenador. Del mismo modo, también he tenido experiencia con malos entrenadores. Ahora puedo aprovechar esas experiencias para evitar hacer ciertas cosas yo mismo como entrenador.
Estuve en el Arsenal desde los 14 años, de modo que pude ver en acción a uno de los mejores entrenadores de todos los tiempos. Pasé un año y medio entrenando con el primer equipo, así que pude ver a Arsène Wenger a diario y aprender de él. Siempre estaba tranquilo y sereno. Siempre optaba por hablar con calma en lugar de gritar y vociferar.
También me encantaba su estilo de fútbol. Quería que sus equipos mantuvieran el balón, pero que jugaran hacia delante siempre que fuera posible. Era muy divertido jugar a sus órdenes, y siempre daba gusto ver a sus equipos.
Cuando estaba en el Arsenal, había otros jugadores por delante de mí que tenían más talento que yo. Cesc Fàbregas, Nicklas Bendtner, Alex Song, Gaël Clichy, Abou Diaby, Mathieu Flamini. Jugadores increíbles. Tuve que trabajar más que ellos para ganarme una oportunidad en el primer equipo. Eso me ha ayudado mucho como entrenador, porque puedo decirles a los jóvenes lo que hace falta para triunfar.
"Me rechazaron tantas veces a lo largo de más de un año de intentos que, para ser sincero, me replanteé si quería ser entrenador"
También aprendí mucho viendo a Jürgen Klopp en acción cuando trabajaba en la academia del Liverpool. La intensidad que imprimía a sus jugadores, incluso en los entrenamientos, era increíble.
Se nota lo agotador que es su fútbol para los jugadores, lo que significa que necesita a toda la plantilla detrás de él, no sólo a los once titulares. Sabe mantener contenta a toda la plantilla, y he visto que eso se debe a que es abierto y sincero con los jugadores. Los futbolistas entienden que no todo el mundo puede jugar, pero quieren que se les explique honestamente por qué no están en el equipo. He jugado a las órdenes de gente que no era sincera; por eso, ahora que soy entrenador, sé que siempre diría la verdad a mis jugadores.
Al mismo tiempo, es mejor mantener a los jugadores un poco a la expectativa. Los titulares no deben tener la total certeza de que van a ser titulares, y los jugadores que están al margen siempre deben tener la esperanza de ganarse un puesto si siguen entrenando bien.
Una combinación de Wenger y Klopp sería un entrenador brillante. Tengo la suerte de haber aprendido de los dos.
Me saqué la Licencia A justo antes del Covid, pero entonces me resultó muy difícil encontrar trabajo. Hice muchas entrevistas para puestos de academia que sabía que podía desempeñar, pero no tuve suerte. Hubo demasiadas ocasiones en las que vi que la persona que conseguía el trabajo era amigo de alguien del club, lo que me resultó muy desalentador. También tuve la impresión de que alguien en el club no quería que viniera un exjugador, porque pensaban que podría tener una excesiva presencia y perturbar las cosas. En mi opinión, deberían ser los exjugadores los que enseñaran a la siguiente generación, ¡o al menos ayudaran!
Me rechazaron tantas veces a lo largo de más de un año de intentos que, para ser sincero, me replanteé si quería ser entrenador. Decidí volver a concentrarme en mi familia y dejarlo de lado. Seguí entrenando a mis hijos, pero nada más.
"la retirada fue un trago muy amargo, pero ahora, mirando hacia atrás, estoy muy agradecido por haber podido vivir el sueño de mi infancia"
Y entonces surgió la oportunidad de unirme al Bolton en el verano de 2022, lo cual me entusiasmó. Estaba listo para dedicarme de lleno al entrenamiento.
Estoy a cargo de los sub-15, y ha sido una gran experiencia de aprendizaje para mí. He estado dirigiendo sesiones, desarrollando las tácticas del equipo, haciendo sesiones de análisis. Todo.
He empezado a sentir la emoción de entrenar. Entiendo por qué a la gente le encanta. Cuando organizas una sesión pensando en el siguiente partido y ves que tu trabajo se materializa en el campo el fin de semana, es una sensación increíble. Es incluso mejor que ganar como jugador.
El retiro fue un trago muy amargo, pero ahora, mirando hacia atrás, estoy muy agradecido por haber podido vivir el sueño de mi infancia. Pude jugar en la Premier League, algo con lo que la mayoría de la gente sólo puede imaginarse.
Mi carrera se vio truncada por algo totalmente fuera de mi control, así que no tiene sentido estar enfadado o amargado por ello. No hay amargura por mi parte, eso está claro.
Intento ver las cosas de forma más positiva. Aparte de que he podido pasar más tiempo con mi familia, también tuve la oportunidad de empezar a entrenar pronto. Ahora, me encanta como me encantaba jugar.
Siempre he sido ambicioso, y quiero triunfar como entrenador. A medida que surjan oportunidades de ascender, intentaré conseguirlo. El objetivo final tiene que ser dirigir un primer equipo.
Pero por ahora, me encanta aprender en el Bolton. He recuperado el amor por el fútbol.