GIANFRANCO ZOLA
West Ham, 2008-2010
Curiosamente, el fútbol al que fui introducido como jugador en realidad me estimuló a querer ver un juego distinto cuando, posteriormente, me convertí en entrenador.
Crecí jugando en Italia en una época en la que el fútbol italiano estaba muy basado en detener al rival.
No se concentraban ni se preocupaban mucho en lo que nosotros íbamos a hacer. Los entrenadores solo querían encontrar formas de detener al oponente. Era la forma de jugar a la italiana.
Aunque yo respetaba esa filosofía – y disfruté del éxito jugando en distintos sistemas de estilos italianos – sentía que jugando de esa manera los jugadores perdían algo de libertad. Estaban más preocupados de lo que estaba haciendo el rival. Jugando así pierdes un poco de creatividad del equipo.
Como jugador (arriba), yo siempre estaba pensando en intentar marcar un gol, vencer a un defensa driblando, intentar crear oportunidades para un compañero de equipo.
Quería que mi equipo se centrara en eso. Así que cuando pasé a los banquillos, decidí que esa sería mi filosofía: entrenar a mis equipos a tener siempre el balón, para intentar controlar el juego y disponerlos para marcar goles.
Hubo dos entrenadores en especial a los que admiraba y sobre los que intenté fundamentar mi filosofía: Pep Guardiola y Zdenek Zeman. Pep es obviamente más conocido y probablemente un entrenador al que todo el mundo intenta copiar, pero Zeman (abajo) tuvo una enorme influencia sobre el fútbol italiano y una enorme influencia sobre mí.
“cuando me convertí en entrenador y estudié más el juego, me di cuenta de lo importante que es la táctica”
Él estuvo entrenando en Italia por mucho, mucho tiempo – casi 50 años en total – y durante una época en que, como dije, el fútbol italiano estaba muy centrado en la solidez defensiva e impedir que el oponente marcara.
El fútbol de Zeman era totalmente distinto. Era conocido por ser ofensivo. Estaba lleno de movimientos de ataque y de jugadores haciendo triangulaciones por todas partes. Me encantaba ver jugar a sus equipos y quería llevar elementos de su fútbol a mi forma de entrenar.
Como jugador, siempre pensé que ganar tenía que ver con ser mejor técnicamente o más inteligente o rápido que el oponente.
Pero cuando me convertí en entrenador y estudié más el juego, me di cuenta de lo importante que era la táctica para sacar lo mejor de esos jugadores. Crear ventajas numéricas para jugadores en partes específicas del campo era algo en lo que yo no había pensado realmente como jugador, pero como entrenador tenía que cambiar mi postura.
Al principio, eso fue un gran desafío. De jugador nunca pensé en ser entrenador. Yo simplemente disfrutaba jugando de la manera que era natural para mí. Tuve que aprender la importancia del entrenador a la hora de crear situaciones para que los jugadores crecieran.
“jugué para el chelsea durante mucho tiempo, así que existía la posibilidad de que los aficionados del west ham no me recibieran con los brazos abiertos”
Tuve mi primera experiencia en los banquillos un año después de colgar las botas tras recibir una llamada de Demetrio Albertini. Él era el vicepresidente deportivo de la Federación Italiana de fútbol y me invitó a trabajar como asistente de Pierluigi Casiraghi con la Sub-21 de Italia.
Eso no estaba en mis planes, pero trabajé con un gran amigo como lo es Pierluigi (abajo) y fue un primer gran peldaño en mi tránsito a ser entrenador.
Cuando recibí la oportunidad de ir al West Ham (abajo) en 2008, supongo que existía la posibilidad de que no me recibieran allí con los brazos abiertos. Después de todo, yo había jugado en el Chelsea por mucho tiempo – era mi equipo – así que podría haber sido rechazado por los aficionados.
Como se vio después, no había nada de que preocuparse en ese sentido.
Los hinchas del West Ham fueron increíbles conmigo desde el principio y desarrollamos una gran conexión.
“para mí, el equipo perfecto consigue el equilibrio correcto entre juventud y experiencia”
Cuando a los aficionados les gusta tu trabajo, ellos te respaldan al 100 por ciento. Afortunadamente, me aceptaron y les gustó lo que veían sobre el campo. Les gustó lo que intentábamos hacer con el equipo, así que me dieron su apoyo total.
Jugamos muy buen fútbol, especialmente en mi primer año allá, y jugamos con la clase de espíritu que los aficionados querían ver.
Subimos a muchos jugadores de la academia y lo hicimos bien bajo algunas circunstancias difíciles.
Siempre es importante para mí confiar en jugadores jóvenes. Para mí, el equipo perfecto consigue el equilibrio correcto entre juventud y experiencia. Eso es porque cada uno empuja al otro: los jugadores jóvenes quieren ser mejores que los experimentados. Lo más veteranos no quieres perder su lugar en el equipo ante los jóvenes. Eso genera una ventaja competitiva buena en la plantilla.
Yo tuve suerte en el West Ham porque tenía mucha calidad surgiendo de la academia. Eran muy conocidos por tener un buen equipo en la academia y con mi experiencia solo puedo ratificar eso.
“en el watford había una política distinta. allí era más a corto plazo; eso no necesariamente es peor, pero tuve que adaptarme”
Promocioné a Jack Collison (abajo). También a Junior Stanislas y James Tomkins. Eran jugadores muy, muy buenos y grandes profesionales.
Se adaptaron al fútbol del primer equipo muy bien y, gracias a eso, pudimos jugar un muy buen fútbol.
El éxito que tuvimos – tanto en la calidad del fútbol que jugamos como en traer jugadores jóvenes – ayudó a construir la conexión que tuve con los hinchas del West Ham. Eso fue muy importante porque te da la libertad de trabajar de la forma que tu consideras mejor. Te da el tiempo para trabajar en el proyecto y desarrollar las cosas que tu crees son necesarias. Son cosas que a veces toman un cierto tiempo.
Las cosas fueron distintas en el Watford, donde había una política distinta. Allí era más a corto plazo. Eso no necesariamente es peor, pero tuve que adaptarme.
El dueño, Gino Pozzo, tenía sus propias ideas de cómo debería ser manejado el club y trajo muchos jugadores en calidad de préstamo.
Eso tenía su propia utilidad, en el sentido de que podíamos contar con muchos jugadores de otros clubes que tenían vínculos con el Watford. Esa era una gran ventaja.
“Vicarage road estalló. no estoy seguro de haber visto nunca algo parecido”
Por otra parte, era necesario que esos jugadores -que venían en tratos a corto plazo – se integraran con los otros jugadores y se acostumbraran al modo de jugar inglés muy, muy rápidamente. No había tiempo para que ellos se adaptaran al principio. Eso fue un desafío que tuve que enfrentar inmediatamente.
Pero teníamos muchos jugadores jóvenes de calidad en la plantilla: Matej Vydra, Fernando Forestieri, Nathaniel Chalobah y muchos otros. También jugadores experimentados como Lloyd Doyley, Fitz Hall, Nyron Nosworthy, Marco Cassetti, Troy Deeney y Joel Ekstrand. Ellos ayudaron a los jóvenes a asentarse.
Esa mezcla de juventud y experiencia ayudó a crear un ambiente positivo. Nos unimos rápido como grupo y eso hizo que estuviésemos juntos en los tiempos difíciles. Fue un grupo en el que había apoyo mutuo. Había mucho talento en la plantilla también.
Eso significó que pudimos jugar bien desde el primer partido y, aunque no logramos el ascenso, creamos algunos recuerdos increíbles. Terminamos terceros y disfrutamos de uno de esos días que uno nunca olvida cuando vencimos al Leicester en el play-off de semifinales, después de que Manuel Almunia detuviera un penal en tiempo de descuento y luego Deeney subiera al área contraria para anotar el tanto ganador (arriba). Todos han visto el video de eso. Vicarage Road estalló. No estoy seguro de haber visto nunca algo parecido.
Un momento como ese es de lo que trata el fútbol. Momentos que recodarás por siempre y que te harán erizar los pelos cuando piensas en ellos. Incluso ahora, se me está poniendo la piel de gallina pensando en eso.
Esos momentos crean un lazo especial entre la gente que los vivió que permanecerá con ellos por siempre. Eso es lo que tuvimos.
“sarri es un entrenador muy exigente, especialmente en la táctica. eso puede ser agotador para los jugadores”
Me encantó mi etapa allí, al igual que me gustó estar en el West Ham – me encantaron los dos clubes – pero el Chelsea es, y siempre será, mi equipo.
Así que cuando tuve la oportunidad de volver allí, no podía decir que no.
Chelsea es el lugar donde más bien lo pasé. Disfruté mi fútbol allí más que en cualquier otro sitio, así que volver allí como entrenador fue genial.
No llegaba como entrenador principal, pero aun así era increíblemente emocionante.
Llegué a trabajar como asistente de Maurizio Sarri (arriba) y aprendí mucho de él. Es un técnico excelente; fantástico en organizar el equipo, planificar con antelación los partidos y estructurar los entrenamientos para adecuarse a sus planes.
Él hizo que el equipo jugara buen fútbol. Quizás no empezamos lo suficientemente bien al principio, pero creo que eso fue solo por el hecho de que a los jugadores les toma algo de tiempo acostumbrarse a sus ideas. Es un director técnico muy exigente, con muchos entrenamientos, especialmente entrenamientos tácticos. Es algo que puede llegar a ser agotador para los jugadores.
“como asistente ves las cosas de forma distante, eso te ayuda a entender mejor el juego”
Además, creo que a Maurizio le tomó cierto tiempo entender lo exigente que es la Premier League para los jugadores. No siempre es posible entrenar tanto para un partido como te gustaría, porque hay muchos partidos y todos son competitivos. A veces los jugadores necesitan un descanso.
Hubo una parte de la temporada durante el invierno en la que tuvimos algunos problemas y los jugadores casi que rechazaban lo que estábamos haciendo porque estaban muy fatigados. En retrospectiva, debimos haber reconocido eso antes y haber hecho cambios para ayudar a los jugadores. Al final los hicimos y estuvimos bien juntos.
Fue un cambio para mí trabajar como asistente, pero puedes aprender mucho de trabajar con un entrenador como Maurizio y estoy verdaderamente agradecido por esa oportunidad. La experiencia solo me habrá ayudado a convertirme en un mejor entrenador y director técnico.
Como asistente, aprendes y pruebas cosas mientras vas un poco en el asiento de atrás. Ves las cosas de una forma más distante y eso es importante porque te ayuda a entender el juego mejor.
La principal razón por la cual fue tan bueno regresar al Chelsea, sin embargo, fueron los aficionados. Fueron fantásticos – tal como yo lo esperaba – y siempre lo serán conmigo. Fue realmente especial.
Fue un placer para mí estar de vuelta en Stamford Bridge con ellos y crear más recuerdos con ellos.
Tenemos una conexión maravillosa.
Y no hay nada mejor que eso.