Entrevistas 14 min read

La mejor decisión

La mejor decisión
Fotografía: Shakhtar Donetsk para The Coaches' Voice.
Redacción
Héctor García
Publicado el
junio 5 2023

igor jovicevic

Al Raed, 2023-Actualidad

Entrenar me ha reconciliado con el fútbol.

Mi carrera como jugador fue tan frustrante como dolorosa. Tuve cinco muy graves. Cuatro en la rodilla izquierda y una en la rodilla derecha.

Todas esas lesiones no me dejaron cumplir con las expectativas que tenía.

Me formé en la cantera del Dinamo de Zagreb —la ciudad donde nací—, y a los 17 años firmé por el segundo equipo del Real Madrid. La idea era llegar a lo más alto. Sin embargo, todo el tiempo que estuve fuera por cada lesión, fue tiempo que dejé de progresar.

Con 31 años, llegó el punto final. En el FC Zhuhai, en China, tuve una nueva grave lesión de rodilla. Entonces ahí dije “basta” no solo a mi carrera como jugador sino también al fútbol.

Igor Jovicevic fue señalado como un gran talento del fútbol croata. Sin embargo, las lesiones frustraron su carrera. Desde 2010, entró en el mundo de los entrenadores. Adam Nurkiewicz/Getty Images
Igor Jovicevic fue señalado como un gran talento del fútbol croata. Sin embargo, las lesiones frustraron su carrera. Desde 2010, entró en el mundo de los entrenadores. Adam Nurkiewicz/Getty Images

Me fui a vivir con mi familia a Marbella (España), donde monté un par de negocios. Me sentía muy cómodo con esa nueva vida, pero, al final, si tienes una pasión, por mucho que quieras escaparte de ella, siempre acaba volviendo. Está dentro de ti.

Mi padre, Cedomir Jovicevic, fue jugador del Dinamo Zagreb en los años setenta. Iba con él a todos los entrenamientos que podía. Así que crecí con el fútbol todos los días de mi vida.

También por mi padre llegué al fútbol por segunda vez en mi vida. Esta vez como entrenador.

"La idea era llegar a lo más alto como jugador. Sin embargo, todo el tiempo que estuve fuera por cada lesión, fue tiempo que dejé de progresar"

Él, después de terminar su carrera como jugador, fue entrenador. De hecho, fue mi entrenador cuando jugué en el filial del Real Madrid. Estuvo como ayudante de Rafa Benítez. Luego se fue con Rafa al Valladolid, y se quedó ahí para trabajar como asistente de los siguientes entrenadores que pasaron por ese club.

Ya jubilado y con una vida tranquila en Marbella, mi padre se dedicaba a entrenar a un equipo de chicos de 12 años. Mientras tanto, yo empecé a estudiar los cursos de entrenador después de seis años alejado del fútbol. Pero no tenía ningún interés en entrenar, solo lo hice porque soy una persona a la que gusta formarse y aprender cosas nuevas.

Jovicevic llegó en 2010 a la estructura del Karpaty Lviv, club donde se convirtió en entrenador del primer equipo de 2014 a 2015. Sergei SupinskyAFP vía Getty Images.
Jovicevic llegó en 2010 a la estructura del Karpaty Lviv, club donde se convirtió en entrenador del primer equipo de 2014 a 2015. Sergei SupinskyAFP vía Getty Images.

Una tarde, en Marbella, decidí acercarme a ver un entrenamiento de mi padre. Y ahí empecé a bromear con él de que su metodología con los chicos ya era antigua. Entonces él se giró y me dijo que llevara yo el equipo. Mi padre sintió que me gustaba entrenar, y lo más importante, que tenía muchas ganas de hacerlo.

Realmente fue muy enriquecedor y bonito para mí trabajar con esos chicos de doce años. Gracias a ellos logré transformar en energía positiva todo lo mal que yo lo pasé como jugador.

"Me sentía muy cómodo con esa nueva vida fuera del fútbol, pero, al final, si tienes una pasión, por mucho que quieras escaparte de ella, siempre acaba volviendo"

Con toda esa energía, y después de dos años entrenando en Marbella, el Karpaty Lviv, en Ucrania, me llamó en 2010 para ocupar el puesto de director deportivo. Yo jugué en Karpaty en 2003. En ese tiempo hice también una muy buena relación con el presidente, que seguía en el club en 2010, y con los aficionados. Así que entendí que era un buen lugar para dar el primer paso en el fútbol profesional.

Mi trabajo consistió en poner en contacto al club con los principales directores deportivos de los equipos europeos para que conocieran cómo se trabaja en otros lugares.

Acostumbrado a trabajar con jóvenes jugadores, Jovicevic dirigió al Celje esloveno en la temporada 2016/17. Jurij Kodrun/Getty Images
Acostumbrado a trabajar con jóvenes jugadores, Jovicevic dirigió al Celje esloveno en la temporada 2016/17. Jurij Kodrun/Getty Images

Después, en 2012, hubo una revolución en la academia. Se crearon muchos puestos de trabajo y el club pensó en mí para entrenar al Sub21. Me veían como una persona con autoridad para llevar el grupo.La idea era hacer un proyecto a largo plazo en dos sentidos. En relación con el equipo, crear un buen proyecto. Y respecto a mí, sumar tiempo y experiencia para crecer como entrenador.

Sin embargo, los hechos se precipitaron y pasé a ser el técnico del primer equipo en 2014. Una tarea muy complicada porque a los muchos problemas institucionales y financieros que había, se sumó que éramos un equipo con muchos jugadores jóvenes. Chicos que yo había tenido en su mayoría en el Sub21, con los que logramos salvar la categoría.

"logré transformar en energía positiva todo lo mal que yo lo pasé como jugador"

También trabajé con jóvenes jugadores en el NK Celje, en Eslovenia (temporada 2016/17), y en el Dinamo de Zagreb. En el verano de 2017, el presidente me pidió liderar el proyecto de formar los jugadores del segundo equipo. Una oferta muy tentadora, porque la cantera del Dinamo siempre tiene diamantes en brutos que tienes que pulirlos.

Estuve en el Sub21 tres años. También compaginándolo con el Sub19 y la participación del equipo Sub23. Fue muy difícil de hacerlo todo a la vez, por trabajo y viajes. Eso no te lo enseñan en los cursos, sino que tienes que vivirlo. Se trata de ponerte el casco, encender la lamparita y empezar a cavar. Así durante un periodo muy largo.

Jovicevic tomó el mando del Dinamo Zagreb, tras la salida de Nenad Bjelica (arriba) en la pandemia de 2020. Un paso, sin embargo, sin éxito para el protagonista de la entrevista. Clive Brunskill/Getty Images
Jovicevic tomó el mando del Dinamo Zagreb, tras la salida de Nenad Bjelica (arriba) en la pandemia de 2020. Un paso, sin embargo, sin éxito para el protagonista de la entrevista. Clive Brunskill/Getty Images

Después, la pandemia, como a la mayoría de los clubes, afectó mucho al Dinamo. La presidencia decidió cortar los sueldos al primer equipo y a la academia. Los jugadores, del primero equipo, como es normal, no estuvieron de acuerdo. Y a los pocos días de eso, el club despidió al entrenador Nenad Bjelica. Entonces ahí fui yo.

Sin embargo, entré en una situación antinatural. Creo que habría sido mejor seguir un año más o dos en el segundo equipo. Pero el plan se dio de otra manera. Al final, salió un proyecto malo. No logré hacer ‘clic’ en los jugadores, y menos aún sin poder entrenar todos juntos por el COVID. A los dos meses, el Dinamo me despidió. Salí de mi club de siempre y del club donde mi padre triunfó.

"También trabajé con jóvenes jugadores en el NK Celje, en Eslovenia, y en el Dinamo de Zagreb"

Pero ante un golpe como ese solo tienes dos opciones: te hundes y nunca más subes o te agarras al trabajo y sigues con la misma ilusión. Yo hice lo segundo.

Firmé por el Dnipro 1 en septiembre de 2020. Para mí era importantísimo reivindicarme después de una depresión como la del Dinamo. Pero el principio, fue casi aún peor: terminamos últimos la primera vuelta.

Jovicevic dirigió al Dinamo de Zagreb en los momentos más complicados de la pandemia. Damir Sencar/AFP via Getty Images

Volví a Zagreb de vacaciones antes de empezar la segunda vuelta. Recuerdo que, al salir a la calle, me sentía observado. Pensaba que la gente me apuntaba con el dedo para hablar mal de mi trabajo entrenador. Pero no era así. Eran solo imaginaciones mías por toda la presión que vivía.

En la pretemporada de invierno hicimos algunas correcciones en la plantilla. Trajimos algunos jugadores que no pude contratar al principio y terminamos séptimos en la clasificación. El tercer mejor equipo en la segunda vuelta. Al siguiente año, en 2021, estábamos terceros y clasificados para Europa. Todo iba bien. Pero a partir de ahí, en febrero de 2022, empezó la guerra.

"Firmé por el Dnipro 1 en septiembre de 2020. Para mí era importantísimo reivindicarme después de una depresión como la del Dinamo"

El primer día de la guerra lo viví en Dnipro. A las cinco de la mañana nos despertaron las bombas. Las veíamos cerca de nosotros. Buscamos entonces la manera de salir de Ucrania para volver a casa.

La idea al principio era salir por Polonia, pero nos dijeron que había muchos puentes destruidos ya desde el primer día. Hungría era otra opción. Sin embargo, era un territorio con mucho atasco, que hacía casi imposible pasar. Luego estaba salir por Moldavia, que estaba más cerca de Dnipro, pero había una parte ocupada por los rusos. Si te equivocabas y entrabas en ese territorio, se acabó.

Igor Jovicevic. Shakhtar Donetsk para The Coaches' Voice.
Igor Jovicevic. Shakhtar Donetsk para The Coaches' Voice.

Todo sin poder conducir desde las siete de la tarde hasta las siete de la mañana. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, declaró el estado de excepción para esas horas. No podías moverte, ni salir a la calle. Solo escuchar las noticias. Muchas de ellas desinformaciones, que decían que los rusos estaban a poco más de una hora de donde nos encontrábamos en ese momento. El miedo era terrible, porque no sabíamos si era verdad o no.

Al final salimos de Ucrania por la frontera de Rumania, después de más de 60 horas conduciendo. Llegamos a Bucarest y las personas que habíamos salido de Dnipro, nos despedimos y fuimos a nuestras casas.

"Quería progresar y jugar la Champions League. Ver si estaba preparado para liderar un club top como el Shakhtar"

Ver a mi familia era lo único que tenía en mente durante todo ese viaje. A mis hijos, a mi mujer y a mi madre. Abrazarles porque lo que viví me lo llevo para siempre.

Después de cinco meses del comienzo de la guerra, el Gobierno de Ucrania tomó la decisión de reiniciar la liga. Yo tenía entonces todavía relación con Dnipro. Había firmado dos años, que ya estaban cumplidos, y tenía la opción para seguir uno más. Un año que dependía de mi decisión.

El Shakhtar Donetsk compitió en la Champions League 2022/23, ante rivales como el Real Madrid, con la guerra de fondo y sin brasileños, como era habitual en el club ucraniano. Denis Doyle/Getty Images
El Shakhtar Donetsk de Jovicevic compitió en la Champions League 2022/23, ante rivales como el Real Madrid, con la guerra de fondo y sin brasileños, como era habitual en el club ucraniano. Denis Doyle/Getty Images

Fue entonces cuando el Shakhtar se puso en contacto conmigo. Ellos creían que era la mejor opción entre los muchos candidatos para el nuevo proyecto del club sin jugadores extranjeros.

Con esa oferta, entendí que no podía decir que no. Quería progresar y jugar la Champions League. Ver si estaba preparado para liderar un club top como el Shakhtar. Más aún en las condiciones que estaba el equipo.

"El primer día de la guerra lo viví en Dnipro. A las cinco de la mañana nos despertaron las bombas. Las veíamos cerca de nosotros"

El primer día de pretemporada en Róterdam, en los Países Bajos, me encontré una plantilla sin ninguno de los jugadores brasileños, que en los últimos años habían sido mayoría en el club. Tampoco estaba el israelí Manor Salomon.

Gran parte del equipo estaba formado por futbolistas que habían estado cedidos en Mariúpol y otros sin experiencia al más alto nivel. Con ellos teníamos que jugar Champions League, en el mismo grupo que el Real Madrid, RB Leipzig y Celtic de Glasgow.

Jovicevic dirigió el primer partido del Shakhtar en pretemporada ante la Roma de José Mourinho (arriba). Un partido que se saldó con un 5-0 en contra para el equipo ucraniano. Paolo Bruno/Getty Images
El Shakhtar sufrió una dura derrota en la pretemporada de 2022 ante la Roma de José Mourinho (arriba). Un partido que se saldó con un 5-0 en contra para el equipo ucraniano. Paolo Bruno/Getty Images

Todo eso despertó muchas dudas. También mucha presión. En un club del nivel del Shakhtar siempre hay muchos escépticos con el entrenador. También, por supuesto, siempre hay un aspirante que espera tu caída para ocupar el puesto. Pero tienes que vivir con ello. Si no puedes vivir con eso, vete a trabajar a un McDonald's y, como mucho, serás el empleado del mes. Pero esto es fútbol y esto es el Shakhtar. Es el máximo nivel. Y debes estar a la altura de este nivel.

No puedo decir que no tuviera miedo de que no saliera bien. Mentiría si lo hago. Pero es bueno tener miedo. Yo se lo digo a los futbolistas: “No puedes subir la adrenalina si no hay miedo”.

Esa adrenalina te lleva para adelante. Incluso cuando uno de tus primeros partidos de pretemporada, con solo unos pocos días de trabajo y un equipo por formar, sea ante el Ajax en el Johan Cruyff Arena. O después contra la Roma en el Olímpico. Fuimos allí y perdimos 5-0. Fue como si nos pegaran con un palo de golf y nos mandaran muy lejos.

"Hemos tenido que parar algunos entrenamientos y partidos porque suenan las sirenas de alarma de bomba"

Pero a pesar de todas las dificultades, nadie dio un paso atrás. Tampoco cuando supimos que jugaríamos la liga en territorio ucraniano. Fue una decisión complicada y arriesgada, aunque acertada. El fútbol es el mejor embajador que existe junto con la música. Los dos son los únicos fenómenos sociales que mueven la masa de manera positiva.

Fue una manera de lanzar un mensaje al mundo: “Se juega al futbol en un país de guerra”.

Los jugadores del Shakhtar, contra todo pronóstico, ganaron la liga ucraniana 2022/23. La fuerza del grupo y sobreponerse a los problemas, como señala Jovicevic en la entrevista, fueron claves en la conquista. Ian MacNicol/Getty Images

Es cierto que es muy difícil competir bajo condiciones que nunca nadie habíamos imaginado antes. Hemos tenido que parar algunos entrenamientos y partidos porque suenan las sirenas de alarma de bomba.

Y cuando suenan, tienes que hacerlas caso, porque se bombardea indiscriminadamente. Así que solo puedes parar y meterte en el refugio, sin saber cuánto tiempo vas a estar ahí.

"estoy orgulloso de mis jugadores. Para mí son héroes"

También es muy duro hablar de fútbol y táctica a los jugadores en momentos así. Algunos de ellos han perdido a familiares y a amigos combatiendo en la guerra. Pero luchamos muy duro para sobreponernos a todas las dificultades.

Fue difícil tomar la decisión de volver a Ucrania para entrenar. A un país en guerra. Pero entrenar al Shakhtar ha sido la mejor decisión que he tomado en vida. Muy importante para mí profesionalmente, pero, sobre todo, personalmente. Quería devolver el amor a un país que siempre me ha tratado muy bien. Me siento un ucraniano más, y cuando vienen mal dados, es cuando más tienes que mostrarte como persona.

Jovicevic tomó la decisión del Shakhtar por importantes motivos profesionales, pero también por su relación personal con Ucrania. Jurij Kodrun/Getty Images

También quiero dar las gracias a las Fuerzas Armadas de Ucrania por permitirnos jugar al fútbol y hacer posible que el equipo y yo cumpliéramos nuestro sueño. El partido en casa ante el Dnipro 1 en el que nos proclamamos campeones de liga, fue como se suele decir, una "guinda" a esta temporada histórica en el fútbol ucraniano. Una temporada con la guerra de fondo.

No sólo todos los seguidores del Shakhtar pueden estar orgullosos de ello sino también todos los aficionados ucranianos. Porque en un año vieron a un equipo campeón por el que nadie apostaba nada al principio de la temporada. Hicimos posible lo imposible.

Por eso estoy orgulloso de mis jugadores. Para mí son héroes. Pero también es una motivación para la próxima temporada: queremos ser mucho mejores.

Ojalá podamos hacerlo en un país sin guerra. En una Ucrania donde todos volvamos a vivir y jugar al fútbol tranquilos.