melissa phillips
Brighton & Hove Albion equipo Femenino, 2023-Presente
Sencillamente, me encantó.
Mi madre me dijo que me había apuntado a jugar al "Soccer", como llamamos al fútbol en los Estados Unidos. Tenía cinco años. Me apuntó en un equipo mixto, casi todos chicos y solo una chica más aparte de mí. Me encantaba competir con los chicos.
Cuando cumplí 11 años, Estados Unidos ganó la final de la Copa Mundial Femenina en mi estado natal. Ese triunfo transformó las perspectivas de las niñas y las mujeres en el deporte.
La diferencia en Estados Unidos es el deporte universitario. Gracias al Título IX —la ley federal de 1972 que supuso la igualdad de acceso y de financiación para las mujeres en el deporte universitario— siempre hubo oportunidades a ese nivel. A principios de la década de 2000, el deporte universitario era enorme. Una oportunidad de jugar a nivel profesional.
Yo tuve la suerte de tener esa oportunidad. Eso es mérito del Título IX y de toda la gente que trabajó para conseguir esos objetivos.
Mi entrenadora en la Universidad Estatal de California Stanislaus fue Nicole Van Dyke, quien me inició también en los banquillos. Entrené a un equipo femenino mientras jugaba en la universidad.
"COMO entrenadora más joven DE LA primera DIVISIÓN UNO DE LA NCAA, A LA EDAD DE 23 AÑOS, CRECÍ Y APRENDÍ MUCHO SOBRE MI MISMA MUY RÁPIDO"
Cuando dejé de jugar, me incorporé al cuerpo técnico de Nicole en la Universidad Estatal de California, Bakersfield. Como en aquella época no había tantas oportunidades para ser jugadora profesional, decidí dedicarme enseguida a entrenar.
Siempre he tenido un espíritu constructivo, y en la universidad no eres solo una entrenadora. Es todo muy dinámico. Me ocupaba del análisis, de las operaciones de reclutamiento, de los campamentos de fútbol, de la recaudación de fondos... Llevas todas estas funciones diferentes para dirigir una organización. Realmente eres como la CEO.
Cuando sucedí a Nicole al frente del equipo de Bakersfield, hubo momentos en los que no viajábamos con un fisioterapeuta. Yo misma vendaba los tobillos de las jugadoras antes de que empezaran un partido.
En Bakersfield construí salas para el equipo. No teníamos un vestuario propio, así que los demás integrantes del cuerpo técnico y yo construimos espacios para el equipo, tanto para cambiarse de ropa como para crear una cultura.
A mis 23 años era la entrenadora titular más joven de la División I de la NCAA, máxima categoría de la liga universitaria de los EE.UU. Allí crecí y aprendí mucho sobre mí misma rápidamente. Intenté cargar yo sola el mundo sobre mis hombros, pero necesitas mucha ayuda a tu alrededor. Aunque fracasé en ese entorno, no lo cambiaría. Lo que aprendí moldeó lo que soy como entrenadora.
Cuando te encuentras con estos escenarios más adelante, estás más preparada para gestionarlos. Por ejemplo, entender cómo manejar situaciones fuera del terreno de juego y acontecimientos que cambian la vida. O la gestión de las derrotas y la dureza con la que te las tomas, reconociendo que no son un reflejo de tu carácter.
"ADOPTAMOS UN ENFOQUE EMPÁTICO PARA CONSTRUIR CULTURA EN TORNO A LAS PERSONAS QUE TENEMOS Y DESARROLLARLAS"
Cuando dejé California State, me incorporé a la Universidad de San Francisco como ayudante. Nicole estaba en Stanford, así que pasamos mucho tiempo juntas en cafeterías, en nuestros días libres, planeando cómo sería todo si volviéramos a dirigir un equipo juntas. Teníamos una visión clara de cómo queríamos construir un equipo para ganar un campeonato, así que fue una decisión fácil unirme a ella cuando se fue a Penn.
Lo que no esperábamos al ir allí eran los recursos sobre liderazgo y psicología positiva que ofrecería la Wharton Business School de Penn. Autores de la talla de Angela Duckworth, Adam Grant y Karen Reivich, que hablan de cultura, mentalidad y psicología positiva, nos ayudaron a desarrollar nuestra cultura fuera del terreno de juego.
Esa cultura se centraba en las personas. Muchos entrenadores llegan a un programa universitario y hacen una limpieza, es decir, cambian mucho al equipo. Pero nosotros nunca lo hicimos.
Nosotras miramos a las jugadoras y nos preguntamos: "Si fuera nuestra hija, ¿cómo querríamos que la trataran?". Querríamos que las educaran, les dieran la oportunidad de elegir y las llevaran por un camino. Así que adoptamos un enfoque empático para crear una cultura en torno a las personas que teníamos y desarrollarlas. Y no eliminamos a ninguna jugadora del programa.
Como es normal, hubo algunas que se marcharon por decisión propia. No era para ellas, o simplemente tenían otros intereses. Lo fuimos desarrollando con el tiempo e invertimos mucho en esas jugadoras del primer año. Cuando eran seniors en su última temporada, había siete u ocho que habían recorrido ese camino de cuatro años. Ellas dirigían el equipo.
Fue algo especial, porque vimos lo competitivas que eran y el empuje que tenían. Lo potenciamos a lo largo de los cuatro años. Había un liderazgo tan fuerte en esa última temporada que no estaban dispuestas a aceptar nada que no fuese ganar un campeonato.
"NOS ENFOCAMOS EN SER MÁS SÓLIDaS DEFENSIVAMENTE, EN TENER UNA IDENTIDAD REAL sin BALÓN"
Es un negocio a cargo de gente. Cuando se crea un espacio en donde las jugadoras se sienten valoradas y capacitadas para desempeñar su papel lo mejor posible, se obtiene mucho más de ellas en el terreno de juego. Lleva tiempo, y no siempre se consigue rápidamente. Hay que crear confianza en el grupo.
Todos sabemos que los resultados ayudan a tener confianza, así que hay que irlos logrando en el camino. Pero habrá un punto de inflexión, cuando los resultados lleguen porque la identidad propia es muy fuerte.
En marzo de 2020, quería salir de mi zona de confort y tener una nueva perspectiva del juego. Así que di un salto al vacío y entré como ayudante de Lisa Fallon con las Leonas del London City, en la segunda división inglesa.
En octubre de ese mismo año, Lisa regresó a Irlanda y yo me convertí en la entrenadora titular del London City. Adopté el mismo enfoque que en Penn, y creamos algo realmente especial. En mi primer año terminamos sextas en la liga. La temporada siguiente terminamos segundas, por detrás del Liverpool.
Nos centramos en ser más sólidas defensivamente, en tener una verdadera identidad sin balón, en nuestra organización entre bloques, con una estrategia más de presionar arriba. Nos convertimos en un equipo difícil de batir, respaldado por una gran ética de trabajo.
En ese segundo año, también incorporamos jugadoras con experiencia en la máxima categoría inglesa, la WSL. Tenían la calidad necesaria para crear un equipo top en la Championship, pero necesitaban inspiración y confianza. Eso nos permitió ser mucho más competitivas en la posesión y dominar el balón. Logramos tener una identidad clara, en cuanto a las opciones y patrones de juego que perseguíamos.
"EN el BRIGHTON, HE ENCONTRADO UN LIDERAZGO INCREÍBLE POR PARTE DE LA JUNTA Y DE LOS DIRECTORES TÉCNICOS"
El éxito, con o sin el balón, siempre estuvo respaldado por una mentalidad realmente competitiva. Integramos muchos de los elementos que el fútbol universitario aporta en Estados Unidos, en torno a la cultura y el desarrollo de las personas, y no sólo centrados en los resultados. Centrarnos en el ambiente que creamos fuera del campo nos permitió superar los momentos difíciles.
Como proyecto similar a London City y Penn, el Brighton me atraía. Mi pareja había trabajado en el equipo masculino del Brighton, como analista, durante la época de Gustavo Poyet. Desde fuera siempre he pensado que hacen las cosas bien, que apoyan increíblemente bien la parte femenina del club. Hay mucho que respetar en la resilencia con la que el propietario y presidente, Tony Bloom, y el director general, Paul Barber, afrontan su propio camino.
En el Brighton he encontrado un liderazgo increíble por parte de la directiva y los directores técnicos. Tienen una ambición muy elevada por la que quieren trabajar cada día. Apoyan el programa femenino de una manera increíble. Los recursos y las instalaciones son de primera categoría, y proporcionan una plataforma para tener éxito.
Sólo necesitaban un renovado sentido del optimismo, energía y dirección. Gente con la misma mentalidad de crecimiento, para impulsarlo. Cuando llegué aquí, era la primera vez que el equipo tocaba fondo en la tabla de la WSL. Teníamos nueve puntos, con siete partidos para el fin de la temporada y dos partidos menos disputados.
El sentimiento generalizado era: "Debemos mantenernos en la liga". Intenté cambiar la mentalidad y dirigirla hacia: "¿Qué somos? ¿Quiénes queremos ser? ¿Cómo vamos a reflejar lo mejor de nosotras mismas en los próximos siete partidos?".
Si pudiéramos centrarnos en eso, nos quitaríamos un poco de presión. Sabíamos que teníamos que sumar un mínimo de siete puntos, pero no íbamos a hacer hincapié en ningún partido. Sólo centrarnos en lo que nos iba a hacer más sólidas en nuestra forma de jugar, para ser más competitivas.
"EN LA SEMIFINAL JUGAMOS EN UN 4-4-2, PRESIONAMOS MEJOR A LA DEFENSA Y PUDIMOS FORZAR ALGUNAS DECISIONES"
La WSL es un desafío táctico completamente diferente a la Championship, en términos de ajustes en el juego y de detectar pequeñas diferencias. Cómo se adaptan los equipos a lo que uno hace, y cómo se adaptan los contrarios.
Es algo en lo que pensé mucho en la búsqueda del ascenso en el London City, por si subíamos. Creía que necesitábamos dos formas claras de jugar. Una contra los cuatro primeros equipos y otra contra todos los demás.
Muchos equipos se repliegan contra los cuatro primeros y luego intentan ir a por todas. En el Brighton hemos adoptado el planteamiento contrario. Hemos intentado presionar mejor y jugar directo arriba. Contra todos los demás, hemos intentado tener una identidad ligeramente distinta, en torno a ser un equipo compacto y robusto, donde asumimos riesgos en la posesión.
Jugar contra el Manchester United a domicilio en la semifinal de la FA Cup en mi primer partido no fue fácil. Habían jugado contra ellas en la liga antes de mi llegada. En aquel partido, el equipo jugó con un 5-4-1, esperó atrás y no presionó el balón. En la semifinal, jugamos con un 4-4-2. Presionamos mejor a la zaga. Presionamos mejor en la línea de fondo y fuimos capaces de forzar algunas decisiones, de pillarles a la contra y de hacer un partido realmente competitivo.
A partir de ahí, creímos mucho en nosotras mismas, y eso nos sirvió para jugar contra el Everton en la liga. Acabamos ganando 3-2, y después vinieron un par de partidos igualados. Perdimos 2-1 contra el Liverpool y empatamos 2-2 con el Tottenham, antes de dejar la portería a cero por primera vez en la WSL en más de un año, en una victoria por 1-0 contra el West Ham.
A continuación, tuve que ocuparme no sólo de buscar mejorar la situación actual del fútbol femenino del Brighton, sino de introducir cambios a largo plazo en los cimientos.
"SERÁ IMPORTANTE QUE LAS ACADEMIAS en reino unido APROVECHEN LOS PROCESOS DEL PRIMER EQUIPO PARA QUE SEA MÁS COMPETITIVO"
Tanto la WSL como la NWSL crecen y se hacen más competitivas. Aumentan las exigencias para jugadoras y entrenadores. Eso aumenta los niveles de profesionalidad, que es en definitiva lo que se quiere ver. Es un espacio apasionante para el fútbol femenino, pero la WSL y la NWSL son productos y juegos muy diferentes.
En Estados Unidos, se ven grandes multitudes, constantemente. Hay un factor de entretenimiento: partidos muy emocionantes, de transiciones, y mucha igualdad entre los 12 equipos.
En la WSL, en Inglaterra, todo es mucho más táctico. El público crece por fases, y sigue habiendo una gran diferencia entre los cuatro primeros, según la estructura de la liga y el funcionamiento financiero.
Será interesante ver cómo crecen las academias en el Reino Unido. Algo que es muy fuerte en Estados Unidos es el desarrollo del fútbol en los clubes juveniles. No muchos están vinculados a los clubes de la NWSL; son organizaciones independientes. En el Reino Unido, en cambio, casi todas las oportunidades para las jóvenes están vinculadas a clubes de la WSL, la Championship o la National League.
Será importante que las academias aprovechen los procesos del primer equipo, para que sea más competitivo y más profesional. En los Estados Unidos tienes acceso a todo eso, en términos de fuerza y acondicionamiento desde los 12 años, convirtiéndote primero en atleta y luego en futbolista. Mientras, en el Reino Unido, ahora se está salvando la brecha entre ambos, pensando en el atleta y el futbolista, y vinculando ambos.
"NUNCA PERDERÉ LA ACTITUD DE QUE NINGÚN TRABAJO ES DEMASIADO PEQUEÑO PARA PODER CONTRIBUIR Y AYUDAR"
En cuanto a las personas que dirigen los equipos, actualmente cinco de los 12 entrenadores titulares de la WSL son mujeres. En la NWSL, son cinco de 14. Siempre nos gustaría ver a más mujeres en el fútbol, y así es como se mantiene el interés de las ex jugadoras por convertirse en entrenadoras. También hay que asegurarse de que las mujeres tengan el apoyo que necesitan; es una profesión muy exigente emocionalmente.
Cuando entrenadoras nuevas o jóvenes se incorporan al fútbol, para los que llevamos más tiempo en él, nuestro trabajo es invertir en ellas. Asegurarnos de que haya una buena red de apoyo. El número crecerá y la perspectiva de las antiguas jugadoras es muy valiosa. Las oportunidades para que las jugadoras vuelvan al juego y se ganen la vida de forma sostenible también están creciendo.
Definitivamente sigo siendo tan competitiva como cuando empecé, pero he aprendido mucho sobre cómo gestionarme y dirigirme a mí misma después de los momentos difíciles. Nunca perderé la actitud de que ningún trabajo es demasiado pequeño para que yo contribuya y ayude, para asegurarme de que avanzamos en la dirección correcta. Pero se trata de dónde concentro mi tiempo y mis esfuerzos, de asegurarme de que me manejo adecuadamente para dar la mejor energía que puedo al equipo.
Y siempre busco desarrollar mis conocimientos tácticos, siempre busco desarrollar mis habilidades de gestión de jugadores. He sacado un título A Licence en Estados Unidos, y estoy haciendo un Pro Licence en Inglaterra.
También me relaciono con tantos entrenadores como me sea posible, para conocer diferentes perspectivas. Cuantas más perspectivas tengas como entrenadora, mejor podrás dirigir a la gente.
Redacción: The Coaches' Voice