ricardo gareca
Seleccionador de Chile, 2024-Presente
Tengo la convicción de que un entrenador nunca deja de aprender. No importa la edad, ni el tiempo que lleves dirigiendo. Siempre puedes continuar con tu aprendizaje.
Después de mi salida de Vélez Sarsfield en junio de 2023, más los ocho años anteriores en la selección Perú, tomé la decisión de hacer una gira por varios países para conversar con otros entrenadores. Técnicos más jóvenes que yo, como Diego Simeone y Marcelo Gallardo.
Ambos son de una generación diferente a la mía, sí, pero me interesaba compartir tiempo con ellos. Quería ver cómo trabajan, qué es lo que piensan y qué visión tienen del fútbol actual. En esas charlas me encontré con ideas diversas. Y todas ellas me sirven a modo de información, no de cuestionamiento.
Volví de esa gira con muchas preguntas a las que debía dar respuesta: ¿Qué es lo que puedo agregar? ¿Qué puedo sacar? ¿Puedo mantener algo? ¿Qué es lo que me gusta definitivamente a mí?
Observando a estos entrenadores más jóvenes y a otros más, descubres también que la metodología en la dirección de los equipos se ha vuelto más práctica. Es decir, más direccionada a los automatismos.
"Tengo la convicción de que un entrenador nunca deja de aprender"
Por ejemplo, ya no se hacen tanto los partidos cortos de 60 minutos durante la semana. Era algo que antes el entrenador utilizaba siempre para ver al once completo y que a mí me gusta en particular, pero ya no es tan presente.
Por otro lado, hay entrenadores que automatizan movimientos y otros que dan más libertad. ¿Cuál es mi posición al respecto? Una intermedia. Me gusta el orden, pero valoro mucho la creatividad del jugador.
Si observamos la visión global que hay del fútbol, siempre suele volcarse hacía un determinado gusto futbolístico que empieza a tener una connotación mundial. Entrenadores revolucionarios como en el caso de Pep Guardiola, que irrumpen y nos seducen a todos. A partir de ahí, comienza a darse una tendencia en los colegas que siguen su influencia.
Pero eso no significa que quien haga otra cosa esté desactualizado. Son metodologías, modos que se insertan. Después somos nosotros, los entrenadores, quienes vamos tomando cosas que nos sirven, descartamos cosas que no y vamos a lo que al jugador le pueda llegar de forma más simple.
"tomé la decisión de hacer una gira para conversar con otros entrenadores. Técnicos más jóvenes que yo, como Diego Simeone y Marcelo Gallardo
Nosotros —mi cuerpo técnico y yo— tratamos de estar al día en lo que tenga que ver con el uso y análisis de datos. Más que nada con la modernización. Antes los cuerpos técnicos eran solo los entrenadores. Después se le agregó el preparador físico. Más tarde el segundo entrenador, el preparador de arqueros, nutricionista, analista de rivales, psicólogo… Hasta que hoy somos 15 personas en un equipo de trabajo.
Hay un montón de cosas que se van agregando y todas se terminan complementando. Está bien que así sea. No es que lo pasado estuviese mal. Pasa que los entrenadores vamos a ir adaptándonos a las herramientas que nos sumen.
Definitivamente, he cambiado mucho con el paso de los años.
Antes era más impulsivo y soberbio en algunos aspectos. También más aferrado a lo que yo pensaba. Hoy sigo siendo firme en mi idea, pero no desde la soberbia. Creo que estoy más abierto a escuchar. Por eso, le doy una gran participación a mi cuerpo técnico.
Los años me han demostrado que, en cuanto a tomar una decisión o sentirme más seguro, me ayuda más escuchar a mi cuerpo técnico. Ahora creo que tomo decisiones más firmes gracias a escucharlos.
"Me gusta el orden, pero valoro mucho la creatividad del jugador"
No obstante, tengo claro que por mucho que aprendas y escuches, nunca dejarás de cometer errores. El entrenador convive con el error. Lo único que con los años vas reduciendo ese margen de error. También convives con la crítica, aunque esta es más difícil de reducir, ya que es muy difícil satisfacer a todo el mundo.
La experiencia de los años me ha permitido entender que es necesario que el hincha, la crítica y los dirigentes perciban un funcionamiento de juego. Necesitamos ver un equipo en crecimiento, que tiene una línea de juego bien definida… Todos deben saber a qué se juega.
Ya sucedió en Perú.
El factor de la confianza fue clave. Esta vino relacionada con que el jugador fundamentalmente se sintiera cómodo dentro del campo de juego. Creo que todo pasó por ahí. Desde nuestra función de entrenador, pudimos hacer sentir cómodo al jugador para desarrollar nuestra idea futbolística.
Ahora bien, fueron ocho años y eso me generó una sensación dulce y agraz.
Los períodos que son muy largos tienen su consecuencia también. Después de etapas así, vives un vacío. Porque después son tantos los años donde estás en el día a día, con el jugador, con los dirigentes, en lo personal, en todo, que uno tiene un 'acostumbramiento' de las cosas en esta faceta profesional. Y siento que, a veces, no es tan aconsejable que nos guste esa continuidad.
"Los años me han demostrado que, en cuanto a tomar una decisión o sentirme más seguro, me ayuda más escuchar a mi cuerpo técnico"
Suena contradictorio.
Sí, los entrenadores buscamos la continuidad, porque es lo que nos da la posibilidad de afianzarnos laboralmente y también de poder desarrollar un proyecto y logrando objetivos. Pero una continuidad tan prolongada, como la que me tocó en Perú, o mi primera etapa en Vélez, a veces se torna difícil.
Por eso me vino bien el tiempo de gira y reflexión con varios entrenadores antes de venir a la selección de Chile.
No me cerraba a dirigir club o selección. Pero me gustó todo lo que Chile me ofrecía. Lo más importante, lo futbolístico. También me gustaron algunas decisiones que la Federación tomó.
Por ejemplo, en su momento respaldaron el proceso de mi antecesor, Eduardo Berizzo. Después fue una decisión del mismo Eduardo no continuar, algo que pude constatar a través de una conversación en privado con él.
"Confío y creo en el jugador chileno. Y si acepté todo esto, es porque realmente tengo mucha fe"
Con esos antecedentes, la información que me dieron y el conocimiento que tengo de haber enfrentado por años a Chile, accedí a este nuevo desafío con una selección.
Hasta ahora, los jugadores chilenos han sido muy receptivos con nuestra idea. Están abiertos a escucharnos y nosotros, a hacerlos sentir cómodos con nuestra idea de fútbol. No nos sobra el tiempo para afianzarnos, así que debemos ir construyendo en cada oportunidad que tengamos.
Chile venía de quedarse por muy poco fuera de los últimos dos Mundiales. Justo después de ganar dos Copas Américas y con una generación extraordinaria. Siempre han sido muy competitivos. Toda la vida. Entonces creo que apuntamos a ajustar los detalles. La diferencia es mínima para volver a situarnos en ese nivel.
Confío y creo en el jugador chileno. Y si acepté todo esto, es porque realmente tengo mucha fe.
Mi gran desafío es devolver a Chile a un Mundial. Y es un objetivo común: lo queremos nosotros como cuerpo técnico, lo quieren también los jugadores.
Nos trajeron para ganar. Y para ello, creo que todo el aprendizaje que llevo acumulado nos va a servir.
ricardo gareca