Jorge Vilda
Selección femenina de España, 2015-Presente
Peleábamos contra gigantes.
Cuando llegué a la selección española Sub- 17 hace casi diez años, los equipos que ganaban todo eran físicamente muy fuertes y con jugadoras de gran envergadura: Alemania, Estados Unidos y los países nórdicos.
Prevalecía la condición física por encima de la técnica.
Contra eso no podíamos competir.
Por genética nunca vamos a ser más fuerte que estos países, pero sí vimos en ese momento que podíamos jugar nuestras cartas: el gran talento de las jugadoras españolas. Así que nos tocaba poner todos los medios para conseguir sacar el máximo rendimiento de ese talento y competir contra esos equipos por medio de esta vía.
Desde entonces se creyó en un modelo de juego; una metodología para entrenar. También un modo de captación para llegar a todas las jugadoras de España, con un trabajo transversal entre la Federación y las federaciones territoriales.
Ahora tenemos una estructura con la que podemos afirmar que es muy difícil que se nos escape talento dentro de las cerca de 42.000 jugadoras que juegan federadas en España.
Después, acompañado a la calidad, año tras año la preparación física ha ido igualándose. No al nivel de esas selecciones que hablaba antes, por supuesto, pero sí creo que al final el fútbol se impone por encima de lo físico.
Lo estamos viendo.
En los últimos cinco años con todas las categorías inferiores hemos jugado todas las finales. Ganado un Mundial, dos Eurocopas y un subcampeonato del mundo Sub- 20.
Todo en base a nuestro modelo de juego.
A pinceladas, España es un equipo que le gusta tener el control del partido y la posesión del balón. Una posesión, eso sí, que se convierta en verticalidad y ocasiones de gol.
Pero no somos fundamentalistas con el estilo.
Es decir, también sabemos sacar provecho de las jugadoras y sus características. Si vemos que una jugadora nos puede ofrecer otra cosa, no la descartamos por no entrar en nuestra idea principal.
"Hacer que las jugadoras piensen dentro del campo es lo más difícil, pero también lo más bonito"
Todo lo contrario, buscamos tener alternativas en las convocatorias. Por ejemplo, si tenemos un número 9 con determinadas características, lo que intentamos es buscar otro número 9 con características distintas que te puedan dar una riqueza táctica para afrontar otro tipo de situaciones.
Eso hace también que nuestro dibujo tenga mucha variabilidad. Puede ser de base el 4-3-3, pero también 4-2-3-1 en ciertas ocasiones. O con tres centrales, incluso 3-4-3. Depende del momento y de las jugadoras que tengamos.
Solo es innegociable una cosa: la presión.
Desde la salida de la portera rival.
Eso exige cambiar la mentalidad de las jugadoras. La inercia que traen de sus clubes. Puede que haya jugadoras que en sus equipos repliegan más o que formen en bloque medio. Pero cuando vienen a la selección ya saben lo que tienen que hacer. Llevamos muchos años haciendo lo mismo y tienen los automatismos.
Quizá lo que más cueste trabajar y que entiendan es el juego de posición. Cuando tenemos el balón, cómo tenemos que estar colocados en el campo y tener la orientación corporal para ser capaces de mantener la posesión.
Un trabajo que no se consigue en dos días.
Hacer que las jugadoras piensen dentro del campo es lo más difícil, pero también lo más bonito, porque gracias a nuestra metodología, basada en la resolución de problemas, año tras año vamos mejorando.
Para completar todo este proceso tengo la suerte de tener un gran equipo conmigo. Ahora mismo somos diez personas a tiempo completo.
El trabajo que se realiza de manera principal entre concentración y concentración para después, cuando llegan los partidos, que todo está listo: entrenamientos, análisis de rivales, los videos…
Nuestro objetivo es intentar darle sentido a los entrenamientos todos los días.
“¿Por qué entrenamos esto? Porque el rival hace esto”.
“¿Por qué atacamos así? Por el estilo defensivo del rival…"
Así con todo: pregunta-respuesta.
Poner todos los filtros posibles.
“Se trata de tener soluciones para resolver los problemas. Ya sea para superar a rivales muy físicos o equipos muy defensivos”
Al final, estamos hablando casi de Big Data, metadatos que tienes que presentar en un informe sobre el contrario y tu equipo. Ahora mismo si queremos hacer un fútbol vanguardista eso nos obliga también a estar a la vanguardia de la tecnología. Y creo que es lo que estamos haciendo.
Este tipo de informes les permite a nuestras jugadoras conocer todo sobre su rival.
Últimamente los equipos contrarios nos han planteando bloques bajos con línea de cinco atrás y luego una línea de cuatro en el medio del campo, con solo una jugadora arriba.
Saben que en el pasado eso nos ha costado contrarrestarlo, pero después de la última Eurocopa es algo que hemos estado trabajando: cómo saber combatir esos bloques bajos. En la fase de clasificación para el Mundial pasó. Tanto Austria o Israel nos jugaron así.
Por suerte conseguimos derrumbar ese muro que nos pusieron.
De cara al Mundial pienso que los equipos que sientan que pueden ser inferiores a España nos van a plantear un sistema defensivo parecido. Sin embargo, los que puedan ser como nosotros o mejores, o físicamente superiores, sí tenemos que estar preparados para la presión que van a ejercer.
Además, en este Mundial creo que se añade un aspecto más a controlar: la importancia las acciones a balón parado. Los datos son que en el Mundial de Rusia de 2018 el 40% de goles llegaron a balón parado, cuando normalmente la media en los anteriores Mundiales estaba en el 25%.
Las selecciones les dan cada vez más importancia a estas acciones. Cada vez los equipos están más preparados, más estudiados. Eso te obliga también a tener un amplio repertorio y darle importancia para entrenar otras estratagemas en acciones a balón parado.
Normalmente cuando se hace doble sesión, el entrenamiento de la mañana puede ser 80% para el balón parado y por la tarde se hace competitivo.
Y si no las partes finales de la sesión se va entrenando. Prácticamente todos los días se hace siempre algo de balón parado.
Luego también hacemos trabajo de vídeo. Tres días antes de los partidos las jugadoras pueden ver todos los detalles de su rival, reforzando los puntos principales pocas horas antes del partido.
En definitiva, se trata de tener soluciones para resolver los problemas. Ya sea para superar a rivales muy físicos o equipos muy defensivos.
Eso lo que nos ha llevado hasta aquí.
Este campeonato del mundo puede ser un paso muy importante para el fútbol femenino en España.
Pero pido paciencia. Hay selecciones con mucha más experiencia en este tipo de citas y más años de trabajo.
Por eso no podemos exigirnos ganar el Mundial.
Pero sí estoy seguro que se verá nuestro estilo.
El estilo de España.
Redacción: Héctor García