Marcos Llorente
Atlético de Madrid, 2019-Presente
El Perfil:
Inicialmente el rol de Marcos Llorente en el Atlético de Madrid (firmado el verano de 2019) iba a ser una extensión de lo que había desarrollado en sus anteriores equipos. En el Deportivo Alavés y Real Madrid jugó en el medio del campo, con funciones organizativas y defensivas principalmente. Pero una necesidad en el equipo, falta de jugadores de ataque, y en el contexto, el Atlético estaba abajo en la eliminatoria de octavos de final contra el Liverpool de la temporada 2019/2020, generó un cambio que, sin duda, lo ha beneficiado.
En Anfield, Llorente se descubrió como segundo delantero. Dos goles y un acertado ejercicio defensivo en la presión sobre el rival en el tiempo de prórroga le otorgaron desde entonces un nuevo papel en el once titular de Diego Pablo Simeone.
"Llorente en su vida se imaginó poder jugar de delantero. Pero viéndolo entrenar, sus condiciones físicas y su contundencia en el remate, era una opción que compartí con él. Es mediocampista y lo seguirá siendo, pero es una alternativa muy importante para darnos vértigo”, ha analizado el entrenador del Atlético sobre su desarrollo como atacante.
Análisis táctico:
Es un futbolista muy inteligente en la lectura de los espacios, tanto a nivel de movimiento como de ocupación. En función de la posición que le pida su entrenador, ajustara sus capacidades físicas a la demanda del rol a desempeñar.
Con un perfil de juego y físico muy completo es capaz de ocupar distintas posiciones dentro del campo. Esto hace que no se pueda reducir su rol a un perfil ofensivo o defensivo, sino que se expresa más como un jugador total y moderno. Esta posibilidad de expresarse en el campo con cierta libertad, siempre dentro de un contexto organizado, le facilita descolgarse en acciones ofensivas y replegarse en defensa.
Llorente no es un jugador con una alta habilidad asociativa, pero sí que tiene la capacidad de ocupar bien los espacios para, directa o indirectamente, provocar comportamientos en el equipo oponente, ya sea fijando a su marcador o bien abriendo líneas de pase para generar circulaciones de balón por los carriles centrales (abajo).
Cuando juega por delante de otro pivote defensivo, aprovecha otra de sus cualidades: su capacidad para conducir el balón, generando contraataques, beneficiando a los futbolistas de mayor proyección ofensiva, especialmente a los jugadores de banda. Su posicionamiento habilita apoyos en las primeras secuencias de pases en zona media, como también para prolongar la acción de ataque en la siguiente fase, bien situándose como interior o mediapunta.
Rol en el Atlético de Madrid:
Su carácter ofensivo se ha visto acentuado desde su partido en Liverpool, casi mutando al rol de un segundo delantero y firmando un punto de inflexión en su carrera.
Demostró todo su potencial y su capacidad para cambiar la dinámica del partido con su energía jugando en esta nueva posición para él (abajo), en un rol en el que ofreció desmarques de ruptura, con su capacidad de repetir esfuerzos de máxima intensidad y su sentimiento colectivo del juego. Movimientos todos con un significado y una justificación.
En el Real Madrid tuvo un perfil más específico en el medio del campo, también condicionado por las cualidades de la plantilla que le impedían poder proyectarse en ataque. Se le demandaba intervenir como medio centro defensivo por delante de los defensas centrales. Un rol que también ha desempeñado con el Atlético, posición en la que, sin embargo, no ha llegado a instalarse de manera regular en el once titular.
En esa posición como centrocampista, la capacidad para interpretar el juego es lo que le permitía estar bien posicionado, protegiendo los espacios que sus compañeros de perfil más adelantados pudieran dejar a su espalda. Aquí tenía que hacer frente en muchas ocasiones a las disputas directas, una acción que no suele eludir. Es fuerte y suele ser ganador en duelos individuales, pero quizás recupera más balones por anticipación y posicionamiento como resultado de su lectura de juego.
Esa capacidad de recuperar balones le permite liberar a sus compañeros más cercanos de responsabilidades defensivas (abajo), para que produzcan el máximo en acciones ofensivas, proporcionado equilibrio al juego de su equipo.
Como segundo delantero también desarrolla un importe aporte defensivo. Por sus capacidades físicas y mentalidad en el desarrollo del partido, es un futbolista que destaca al hacer una presión alta, con suficiente agresividad e intensidad como para dificultar el inicio de juego del equipo rival.
En ese contexto de presión alta, si consigue recuperar, no se limita a generar esa recuperación sin añadir elementos al juego de su equipo, como puede ser iniciar contraataques con conducciones o asistiendo al delantero más cercano a portería. También es posible verlo intervenir en el juego desde la banda derecha, donde tiene cualidades para desbordar a su marca y, por su zancada poderosa, llegar a línea de fondo para buscar una línea de pase.
En conclusión, si sigue con este nivel de progresión en el Atlético de Madrid, perfectamente puede ser un jugador a ser tomado en cuenta por Luis Enrique para la selección española. Inicialmente, para ocupar posiciones centrales en medio campo (más presente en el Alavés o Real Madrid) o incluso para participar de posiciones más adelantadas, tal y como ocurre en el Atlético.
Redacción: Héctor García