Thomas Gronnemark
Entrenador de saque de banda, Liverpool, 2018-Presente
Se suponía que iba a pasar un “tiempo con la familia”.
Fue en julio de 2018. Volvíamos en coche de regreso a casa después de un viaje de verano y mi teléfono estaba apagado. Cuando paramos para ir a una tienda, lo encendí para ver si había pasado algo en el trayecto.
Tenía una llamada perdida de un teléfono británico.
No era algo raro. Siempre recibía, por mi trabajo, llamadas de todos lados, así que podría ser cualquiera. Entonces escuché el buzón de voz.
Era Jürgen Klopp.
Intenté devolverle la llamada de inmediato, pero no pude comunicarme, así que reuní a la familia y decidimos irnos directo a casa para esperar lo que podría ser la llamada más importante de mi vida.
No llevábamos mucho tiempo conduciendo cuando sonó el teléfono. Mi esposa lo miró. “¡Es Jürgen!”.
Me salí de la carretera y me metí en un descampado, detuve el auto, respiré profundo y contesté el teléfono.
No lo podía creer. Al otro lado estaba, de verdad, Jürgen Klopp.
“Cuando la noticia de mi contratación llegó hasta la prensa, muchos se rieron. Ridiculizaron la decisión de traer un especialista en saques de banda”
Dijo que el Liverpool había tenido una buena temporada 2017/18, terminando cuarto en la Premier League y alcanzando la final de la Champions League, aunque habían perdido con el Real Madrid.
Sin embargo, me dijo que era evidente lo malo que era el equipo en los saques de banda, y me invitó a una reunión en Melwood (el anterior campo de entrenamientos del club) para ver si era posible que yo prestara mi ayuda.
La semana siguiente fui a Liverpool y terminé haciendo una sesión con los 21 jugadores del primer equipo que habían regresado después del Mundial. Una semana más tarde firmé mi primer contrato con el Liverpool, inicialmente solo por media temporada para tantear el terreno, pero terminé quedándome por mucho más tiempo. Hemos tenido un gran éxito juntos.
Cuando la noticia de mi contratación llegó hasta la prensa, muchos se rieron. Ridiculizaron la decisión de traer un especialista en saques de banda.
Criticaron mi trabajo sin saber lo que suponía porque asumían que quería utilizar mis entrenamientos de saques de banda para cambiar el estilo del Liverpool, cuando eso estaba lejos de la realidad.
Al llegar a un club, para mí, lo primero de todo, es muy importante conocer la forma de jugar del equipo, de manera que pueda centrar mis entrenamientos alrededor de eso. Siempre baso mi trabajo en lo que el entrenador quiere de su equipo.
Hace años comencé a concentrarme en saques de larga distancia, pero mi filosofía se desarrolló para incluir los tres tipos de saques que enseño: largos, rápidos e inteligentes.
Cuando eres el primero en hacer algo, cuando eres un innovador, siempre habrá gente que no entenderá lo que estás haciendo. De ahí vinieron las primeras críticas, pero estoy bien con eso. Demostré lo que valgo en el Liverpool.
Parte de lo que hago es ayudar a mejorar la técnica de los jugadores en el saque de banda.
Tantos jugadores se desarrollan sin ser entrenados correctamente en cómo lanzarlos. Algunos, por ejemplo, crecen jugando como mediocentros, y cuando son niños nunca tienen que hacer saques de banda.
Se convierten en deportistas de elite que pueden hacer casi todo con el balón a sus pies. Entonces de repente les piden que hagan un saque lateral. Es por eso que aún hay malos saques de banda en la Premier League.
El mal saque de banda recibe tanta atención en las redes sociales porque los jugadores tienen miedo de ejecutarlos. Hay jugadores que aun se ponen nerviosos al hacerlos, pero puede que en un solo partido tengan que ejecutar hasta 25.
“La temporada anterior al llegar al Liverpool, había tenido el tercer peor porcentaje en la Premier League en mantener el balón después de un saque de banda"
El estrés de cobrarlos puede hacer que, simplemente, lancen el balón por la línea de banda, pero muchas veces eso tiene como resultado la pérdida de posesión.
En un partido pueden llegar a ocurrir 60 saques de banda, así que es razonable sugerir que todos los jugadores deberían ser entrenados en cómo hacerlos correctamente. Una pequeña parte de lo que hago es ayudarlos con su técnica y la distancia a la que pueden lanzarlos. Un saque más largo puede ser útil en todo el campo, no solo para hacer llegar el balón al área penal.
Pero normalmente hago mis sesiones con la mayoría de la plantilla porque el principal propósito es que mis entrenamientos ayuden a los jugadores a encontrar maneras de crear espacios y retener la posesión desde los saques de banda, con la esperanza de que, posteriormente, se creen ocasiones.
Gran parte de mi entrenamiento parece como fútbol “normal”, después del primer saque. Trabajo mucho con grupos grandes – frecuentemente 11 contra 11 – de manera tal que los jugadores se acostumbren a poner en práctica mis ideas en situaciones de partidos.
Intento darles las herramientas para encontrar la mejor manera de crear espacios con un saque de banda. Mejorar su “inteligencia al sacar”, si se quiere. Todo tiene que ver con los ángulos de aproximación, la rapidez de movimientos, los distintos jugadores combinándose para crear espacio. Es casi imposible encontrar un compañero de equipo cuando no hay movimiento o un espacio en un saque de banda.
No es como tener un libro de tácticas de fútbol americano con movimientos predeterminados porque si los rivales están activos ante el movimiento, te quedas atascado. Le das a los jugadores las herramientas y ellos tienen que improvisar y encontrar su propio camino para salir de la situación.
La temporada antes de unirme al Liverpool, el equipo era uno de los mejores de la Premier League, pero en cuanto a retener el balón tras los saques de banda estaban entre los peores, en antepenúltimo lugar. Solo conservaban el balón el 45,4 por ciento del tiempo. Eso significaba que la mayoría de sus saques de banda, que deberían representar una ventaja, resultaban en pérdidas de balón.
“Después de darme cuenta de que no iba a ser un futbolista profesional, me pasé al atletismo y más tarde al equipo danés de bobsleigh"
Entonces, en mi primera temporada trabajando con el club, la 2018/19, el porcentaje de retención de los saques de banda pasó al 68,4 por ciento, el mejor en la Premier League.
Después, en la 2019/20, el Liverpool anotó 14 goles producto - de una forma u otra - de situaciones de saques de banda. Solo con mirar las cifras, puedes ver que mi trabajo ha sido un verdadero éxito.
Encima de eso, el Liverpool ganó la Champions League y la Premier League (abajo) en esos dos años.
Puedes decir, con toda certeza, que llegué en un buen momento, pero mi trabajo ha tenido una gran influencia en el equipo. Sin ni siquiera referirse al éxito en cifras puedes ver los progresos sobre el campo. Si yo puedo afectar el cinco o incluso el 10 por ciento del rendimiento del equipo, entonces lo califico como un buen trabajo.
Mi éxito en el Liverpool es lo que más ha llamado la atención, pero yo he estado trabajando en toda Europa por muchos años.
Estuve en el FC Midtjylland durante diez años y se corrió la voz, así que conseguí trabajos con otros equipos de la Superliga danesa. Luego trabajé en el RB Leipzig en la temporada 2018/19 y desde entonces pasé una temporada con el Ajax (abajo) y el Gent en Bélgica.
He trabajado con equipos de divisiones menores y luego hice cosas con el Atlanta United de la MLS. También he tenido conversaciones con otros equipos de Estados Unidos y Sudamérica. Hay clubes de todo el mundo interesados en mi trabajo.
No tengo educación de fútbol, sin embargo. No soy un entrenador de fútbol. Pero también pienso que, sin mi formación, que es muy variada, nunca me hubiese convertido en un entrenador de saques de banda.
“El Stoke de Tony Pulis también me inspiró. Tenían un plan de juego, lo respaldaban al 100 por ciento”
Jugué al fútbol hasta un nivel bastante bueno cuando era joven, el más alto en la categoría Sub 19. Mi habilidad para los saques de banda ciertamente me ayudó y jugué contra unos cuantos futuros profesionales, como Martin Jorgensen y Thomas Gravesen. Pero estaba claro que no era lo suficientemente bueno para ser profesional.
Lo que sí era muy, muy rápido. Más de lo normal para un jugador de fútbol. Así que en 1995 me integré al club local de atletismo. Algo muy básico con solo dos atletas y una señora mayor como entrenadora.
Ya para 1997 había participado en varias competencias y me había dado a conocer. Logré llegar hasta el equipo nacional danés. Pasé seis años como atleta, especializado en los 400 metros y también corriendo relevos, y varias veces fui campeón nacional. Entonces llegó mi futura esposa y me fui al interior del país por ella.
Estaba entrenando solo de nuevo. Sentía que necesitaba un deporte de equipo otra vez. Había jugado al baloncesto – aún lo practico – pero terminé pasando a integrar el equipo de trineo danés.
Yo era rápido y era pesado para ser un velocista, así que era perfecto para el trineo. También disfrutaba mucho con los análisis de vídeo que hacíamos y fuimos realmente innovadores en cambiar el planteamiento del equipo.
Pero fue hacia el final de 2003 cuando comencé a pensar que necesitaba hacer algo más importante. Me pregunté si podía usar mi talento para los saques de banda – posteriormente superé el récord mundial de distancia en un lanzamiento de banda – para ayudar a otros jugadores.
Pasé seis meses preparando un curso de lanzamientos y, para ser franco, no tenía idea del nivel al que estaba aspirando. Me fui directamente a un equipo de la Superliga danesa llamado Viborg y, afortunadamente, me dijeron que sí. Comencé trabajando con ellos al inicio de la temporada 2004/05 y mejoraron mucho. En mi primer año allí, consiguieron su mejor puesto de la historia en la liga.
“Un periodista alemán escribió un artículo sobre mí, y Jürgen Klopp y Ralf Rangnick lo leyeron”
Luego me fui al FC Midtjylland. Trabajé con ellos durante años – inicialmente con saques de banda largos – pero entonces en 2008 comencé a analizar los lanzamientos en el centro del campo y me di cuenta de que los equipos perdían la posesión casi tan frecuentemente como la retenían.
El Stoke de Tony Pulis también me inspiró. Tenían un plan de juego, lo respaldaban al 100 por ciento y eran realmente buenos en lo que querían hacer. Pero también dejaron en evidencia que no podías tener a 20 equipos jugando así. Ese equipo del Stoke me inspiró a jugar de una manera completamente distinta a ellos.
Empecé a tomar cosas prestadas de lo que había usado en todos mis otros deportes. Los movimientos del jugador en el baloncesto, el video-análisis de mi época en bobsleigh, el afinamiento de la técnica del atletismo, mi propia experiencia en los saques de banda.
Así, construí mi propia filosofía sobre la retención del balón tras los saques de banda.
El Midtjylland realmente apoyó mi trabajo y el equipo siguió haciendo progresos. Hasta el punto de que ganaron la Superliga por primera vez en la historia del club en la 2014/15, y luego otra vez en la 2017/18.
¡Era el segundo equipo con el que trabajaba!
Y mi éxito allí fue más allá de la cancha.
En esa segunda temporada trabajé con un joven jugador llamado Andreas Poulsen. Era un buen futbolista, pero llamó la atención porque tenía un saque de banda largo. Lo ayudé a mejorarlo de 24 metros a casi 38 metros. Eso es, aproximadamente, el ancho del área de penal. Y él apenas tenía 18 años.
“La creación de espacio es algo enorme en el baloncesto y puede tener enormes consecuencias; puede ser lo mismo en el fútbol.”
En el verano de 2018 el Borussia Mönchengladbach llegó con una oferta por su ficha de 3 millones de euros. Fue un gran paso para él irse a la Bundesliga, pero también fue un gran trato para el Midtjylland por un jugador tan joven.
Un periodista de un pequeño periódico alemán se puso en contacto porque quería escribir sobre mi trabajo con Poulsen. Fue un artículo muy bueno y entonces un periodista de Bild, uno de los diarios más importantes en Alemania, decidió también escribir un artículo sobre mí.
Jürgen Klopp y Ralf Rangnick (abajo), quien en ese momento era el entrenador principal del RB Leipzig, leyeron ese artículo el mismo día y así fue que terminé consiguiendo empleos con ambos entrenadores.
Había una razón por la cual las noticias sobre mi trabajo se estaban propagando: Estaba consiguiendo resultados. El fútbol mundial está comenzando a reconocer la gran importancia que tiene el entrenamiento de saques de banda y el impacto que hacerlos bien puede tener en la actuación de un equipo.
Mi objetivo es cambiar la percepción que se tiene de los saques de banda para mejor. Quiero que los espectadores se emocionen cuando haya un lanzamiento. La creación de espacio es algo enorme en el baloncesto y puede tener enormes consecuencias. Puede ser lo mismo en el fútbol.
Estoy escribiendo un libro sobre mis secretos y mucha gente importante en el mundo del fútbol le está dando apoyo a mi trabajo. A la gente le gusta la idea de explorar una nueva área del fútbol.
Entrenar los saques de banda puede ayudar a cambiar el fútbol. No creo que habrá muchos más entrenadores especialistas en los lanzamientos como yo, pero sí pienso que los clubes incluirán los entrenamientos de saques de banda en su preparación.
Yo solo soy parte del movimiento.