Al final, tanto en el Salzburgo como en el Leipzig, los hinchas se identificaron con el estilo de fútbol con que jugábamos. Y esto, para mí, es un factor muy decisivo. La identidad entre los jugadores, el cuerpo técnico y los aficionados unió a todo el mundo.
La segunda C es por capacitación. Intentamos conseguir las mejoras personas posibles para cada puesto, garantizando así que tengamos capacitación en todo el club.
Es clave tener un personal competente y excelentemente preparado en cada puesto y que tenga el reto todos los días de ser mejor y de hacer que el club lo sea también.
“Fue un honor para mí cuando Jürgen Klopp sugirió que quizás yo fuese el mejor entrenador alemán que hay”
En ese sentido, mi red de contactos me ayudó con el Salzburgo y el Leipizig. Ya sabía dónde estaba mucha de la gente más capacitada y también conocía a muchas de esas personas. Ya cuando las identificaba, mi trabajo consistía en convencerlas de que nos acompañaran en el recorrido.
La tercera y última C es el capital, o dinero que tienes. Indudablemente que el respaldo financiero nos permitió poner en práctica la filosofía con la que queríamos comenzar, pero, al mismo tiempo, no era de ninguna manera un reemplazo para el concepto y la capacitación. Tiene que funcionar conjuntamente con esos otros pilares fundamentales.
El capital es un factor de éxito limitado. Por sí solo, está lejos de ser suficiente. Es más, el concepto y la capacitación, si los usas bien, generarán capital.
Las tres C van juntas de la mano y las posibilidades de un éxito verdadero aumentan si las tres se unen.