José Francisco Molina
Atlético de Kolkata (ATK), 2016
Un entrenador siempre tiene la maleta preparada.
En mi caso son cinco. La de mi mujer, la de mis tres hijos y la mía. Así entendemos esta profesión.
He rechazado varias ofertas por ser sitios donde no podía ir con ellos. Hay gente que no lo entiende. “¿Y no vas?”, te preguntan. “¿Por qué lo rechazas si es una gran oferta?”, cuestionan.
Cuando tienes una manera de ver la vida es la que llevas a cabo. La mayoría de los entrenadores se mueven solos. En mi caso he optado por un camino diferente.
Soy una persona familiar. He creado junto a mi mujer este proyecto de vida y queremos vivirlo así. Si no estoy con ellos, lo paso mal. Y si uno no está bien no puede darle al club lo que necesita
De alguna manera entiendo que soy honesto con el equipo que quiere contratarme al decirle que no si no tengo a los míos cerca. ¿Para qué aceptar una oferta sin tener muy claro que voy a poder hacerlo como yo quiero?
No pretendo que mi vida sea la más cómoda del mundo. Sé que tengo que hacer mis sacrificios, pero con unos límites. No puedo sacrificar cualquier cosa.
Tengo la suerte de tener a mi mujer a mi lado. Siempre me ha apoyado en mi carrera. Primero como jugador (arriba, derecha) y ahora como entrenador. En los buenos y en los malos momentos.
Ahora se han unido a ella mis hijos. Por suerte, se adaptan bien a los cambios. Ellos hablan inglés perfectamente. Mejor que su padre. Bromean con eso, pero es cierto. Eso facilita la adaptación e integración de todos y te da tranquilidad para trabajar.
A mí siempre me llamó la atención irme al extranjero. Como jugador también, pero no tuve la posibilidad. Estuve en España en dos clubes (Atlético de Madrid y Deportivo de La Coruña) buenos e importantes. No sentí la necesidad de cambiar.
"Al contrario de lo que puede parecer desde fuera, la India no es tan distinta. Como tampoco lo es Hong Kong o México. Yo siempre digo que el fútbol es fútbol en todos los sitios"
Como de jugador no lo hice, de entrenador estaba más abierto a hacerlo. Por supuesto, la idea era entrenar en España, pero si había algo interesante fuera, no solo profesional, sino también personal, no diría que no.
Hong Kong, a nivel familiar, nos apetecía. Tomamos la decisión sin conocer nada antes.
Muchos cuestionan cómo te vas a manejar en un escenario que no conoces. Recuerdo que esa fue la primera pregunta en la rueda de prensa en México. Pero eso tiene solución muy fácil: incorporar en el staff a alguien que sí conozca la liga, el país y el idioma.
Así consigues entender al jugador, y entendiendo al jugador eres capaz de sacar su máximo rendimiento. Lo hice en Hong Kong con Roberto Losada, quien había jugado varios años en la liga, en la India y en México. En todos los países trabajé en mi cuerpo técnico con alguien del país.
El único sitio donde he ido solo fue en la India.
Lo decidimos porque era un trabajo corto, de cuatro meses. La oferta me llegó por el Atlético de Madrid. El Atlético Kolkata era un equipo asociado al Atlético en su momento. Entonces surgió la posibilidad de que fuera yo. Ya había tenido oferta de otro equipo de la Superliga India, pero cuando no conoces algo la ignorancia te hace dudar mucho.
Pero en este caso pensé que si iba de la mano del Atlético de Madrid tendría al menos un orden.
Al contrario de lo que puede parecer desde fuera, la India no es tan distinta. Como tampoco lo es Hong Kong o México. Yo siempre digo que el fútbol es fútbol en todos los sitios.
"Se trata de llevar a tu equipo al sitio donde tú quieres, aun renunciando a cosas que te gustaría hacer"
Lógicamente cada país tiene sus características y está más o menos avanzado en función de su historia y sus medios. Por supuesto, no es lo mismo entrenar en España que en Hong Kong o en Hong Kong que en la India. Pero al final, a la hora de manejar el equipo, es lo mismo.
Te toca rendir cuentas al presidente y a la afición, que quiere resultados, como en cualquier lugar del mundo.
Dentro del equipo también tienes los mismos roles que en todos los sitios: las estrellas, los que son más profesionales, los que son jugadores de equipo… Los roles que puedes ver en un equipo de España los encuentras en cualquier otro país. Quien es estrella en la India, aunque no sea muy conocido a nivel internacional, es estrella en su país y espera que lo trates bajo ese papel.
En la India se añadió un condicionante distinto: la duración del campeonato. Al ser tan corto, lo preparas como puedes. Tuvimos la oportunidad de hacer la pretemporada en España, un mes, pero no pudimos tener la plantilla al completo en ese tiempo.
Nos fuimos para la India a una semana de empezar la liga. Entonces se incorporaron ocho jugadores antes de empezar, de los cuales cuatro debían ser titulares por su calidad y sus roles.
Ahí te toca hacer un trabajo exprés. Priorizar. Ser consciente de que tienes que sacar el resultado desde el primer día. Al ser tan corta la competición, si pierdes desde el principio sabes que no te va a llegar para conseguir el objetivo. Así que tienes que aprovechar cada minuto. Saber dónde vas a sacar rendimiento y qué te va a costar menos que ellos asimilen.
Algo que hacía en España y Hong Kong era trabajar la salida de balón desde atrás. Jugar con los defensas y el portero… Pero en la India no lo hice.
Eso requiere tiempo y jugadores con una calidad técnica avanzada.
Decidí que el portero sacara en largo y a partir de ahí trabajar para ganar la segunda acción.
Se trata de llevar a tu equipo al sitio donde tú quieres, aun renunciando a cosas que te gustaría hacer. Pero si tienes que ganar, como era el caso, lo tenía claro. No podía permitirme encajar goles por querer jugar desde atrás.
Todo es una cuestión de practicidad, salvo que tengas tiempo y sepas que los que mandan van a tener paciencia. Aunque eso no existe ni en España, ni en ningún otro sitio.
Para la India fue importante tener un bloque de jugadores españoles que ya habían jugado allí. El club había renovado a varios de ellos y me pareció acertado tener gente que conocía la liga.
No puedes arriesgarte a llevar a alguien que no conoce bien las condiciones y luego empiece a quejarse por todo. El campo, el césped, el calor… Los futbolistas, yo el primero cuando jugaba, somos de quejarnos por todo.
Solo decidí llevarme a un par de jugadores que yo conocía bien y sabía que nos iban a ayudar. Con la mentalidad de sumar en cualquier condición.
"Todos los que estamos en esta profesión, jugador o entrenador, tenemos el sueño de ganar al menos una vez un título"
El trabajo que hicimos entre todos nos llevó a la final. Fue en el mejor sitio posible, en Kerala, donde la pasión por el fútbol, junto con Calcuta, es la más grande en la India. Jugamos ante Kerala Blasters en su estadio, con 60.000 personas en las gradas.
La final fue como todas. Con muchos nervios y poco fútbol. Hubo dos goles de córner para llegar a la prórroga. Es difícil aguantar bajo las condiciones de humedad y calor de la India. Nos tocó ir a la lotería de los penaltis.
Una situación que viví y siempre he vivido con mucha calma. No hago nada especial.
Mi pasado como portero tampoco influye en nada. Para eso tenemos un preparador de porteros. Es él quien habla con el guardameta tras haber trabajado y estudiado durante toda la semana a los lanzadores.
La suerte cayó de nuestro lado y ganamos el título en la India.
Todos los que estamos en esta profesión, jugador o entrenador, tenemos el sueño de ganar al menos una vez un título. Es el premio mayor. Eso sí, como entrenador lo vives con más alegría que cuando eres jugador.
Puede ser porque sea más difícil conseguirlo.
Redacción: Héctor Riazuelo