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Premier League: El informe de Diego Llorente

Premier League: El informe de Diego Llorente
Getty Images
Redacción
Héctor García
Publicado el
octubre 15 2020

Diego Llorente

Leeds United, 2020-Presente

El Perfil:

La última vez que el Leeds United pagó 20 millones de euros por un defensa, adquirió al más caro del mundo en ese momento, Rio Ferdinand. Fue en una época en la que la aspiración del club era ganar la Premier League. Veinte años más tarde y, a diferencia de Ferdinand, Diego Llorente llega con 27 años en su mejor momento de juego y madurez. Un futbolista que se une a su compatriota Rodrigo como refuerzo del equipo inglés en el mercado de fichajes de la temporada 2010/21.

“Quiero aprender lo máximo posible del entrenador”, dijo en su presentación como jugador del Leeds. “Marcelo Bielsa ha sido un factor importante para que yo esté aquí. Puedo aprender mucho de él y mejorar mi fútbol. Es un honor para mí, entrenar y jugar para Bielsa. Haré lo mejor que pueda”, añadió.

Análisis táctico:

En situaciones de uno contra uno, Llorente muchas veces defiende de frente al portador del balón, en vez de perfilarse para obligar al rival a ir en una sola dirección. Sus pasos, a cada lado, han demostrado ser un método efectivo para robar el balón a su rival, pero cuando le toca defender contra un atacante hábil y rápido con el balón, capaz de tener salida por los laterales, corre el riesgo de ser superado. Cuando el rival recibe el balón sintiendo la presión que Llorente le aplica a su espalda, el español también puede ser doblegado si ese jugador amaga con salir para una dirección para ejecutar después el movimiento contrario.

Llorente es un jugador agresivo en la marca a sus rivales – ya sea cuando están de espaldas a él o de frente – buscando impedirles que se den vuelta inmediatamente, pero si apelan a constantes cambios de dirección, los oponentes pueden sacar partido de esa agresividad en la presión. Ser tan proactivo hace que, si no consigue robar el balón, pueda bloquear pases y disparos, incluso cuando el rival pareciera tener ventaja posicional. Pero en estas acciones Llorente también se arriesga a que los oponentes recurran a toques difícil de descifrar y logren escaparse de él.

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Su naturaleza asertiva a la hora de defender muchas veces se prolonga a acciones que emprende individualmente para avanzar fuera de la línea defensiva. Si eso incita a los rivales a buscar los espacios que deja libre a su espalda, la capacidad de Llorente de calcular con precisión el momento de presionar suele impedir que esos intentos prosperen. Aproximarse a los oponentes de frente también representa una fortaleza contra quienes operan entre líneas. Es rápido en el cruce para intentar ganar las acciones con un primer toque.

Otra de las grandes fortalezas de Llorente es su capacidad en el juego aéreo (abajo). Se impone en los duelos por el aire contra rivales de distintas características, también ya sea frente a un delantero fuerte que intenta defender su terreno o ante un rival en carrera. Se destaca cuando ataca balones sin necesidad de tomar impulso o en movimiento, siendo un jugador clave a la hora de defender jugadas a balón parado. También es convincente con el balón a sus pies y cuando intenta pases más largos a través del mediocampo o por encima. Tiene variedad de pases con los dos pies y, aunque prefiere enviar balones directos, es capaz también de colocarlos con diferentes ángulos para dificultar la tarea defensiva del rival.

Rol en la Real Sociedad:

Si bien Llorente jugó ocasionalmente en la Real Sociedad como mediocampista defensivo, donde su presencia aérea y su capacidad para vincular la defensa con el mediocampo fueron valiosas, su posición más regular fue la defensa central.

Un rol en el que destaca su relación con el balón para dar a su equipo una salida desde atrás limpia y segura. Acostumbrado a avanzar de la defensa al medio campo, especialmente contra equipos que jugaban con un solo delantero frente al 4-3-3 o 4-2-3-1 de la Real Sociedad, la presencia de un doble pivote (en el 4- 2-3-1) le disuadió de progresar con la misma frecuencia.

Junto a su compañero de zaga, Robin Le Normand, adoptaron posiciones abiertas para alejarse de la presión de un delantero rival, por lo que a menudo adelantaba su posición al medio del campo, desde donde facilitaba cambios de juego al perfil izquierdo (abajo) o pases a los pasillos interiores por la derecha buscando las carreras de Alexander Isak, quien trabajó para crear espacios para Martin Odegaard y el resto de compañeros.

Ante rivales más dotados técnicamente, Llorente se abre a un costado no solo para salvar la presión de un rival, sino también para facilitar las combinaciones jugando al primer toque, implicando a sus compañeros de zaga a cerrar los espacios que dejaba vacantes con sus movimientos. Una acción que hacía vulnerable a la Real Sociedad en defensa, si no se realizaban bien esas coberturas.

La Real Sociedad fue ocasionalmente penalizada en esas circunstancias, como también cuando los atacantes rivales avanzaron por el interior de sus laterales, a menudo forzando a Llorente y Le Normand a abrirse más y dejándolos demasiado separados para cubrir los espacios centrales, particularmente ante los centros al área o diagonales interiores. Situación en la que Llorente mostró sus cualidades explosivas para cubrir tanto esos espacios como en las coberturas a sus compañeros.