Luis Suárez
FC Barcelona, 2014-Presente
El Perfil:
Después de su lesión en la Supercopa de España, a principios del mes de enero, el Barcelona había dado casi por finalizada la participación de Luis Suárez en la temporada 2019/20. Fue ahí, en la derrota en semifinales con el Atlético de Madrid, cuando el delantero uruguayo se lastimó el menisco de la rodilla derecha, siendo intervenido posteriormente en Barcelona.
Su baja de larga duración, estimada para no menos de cuatro meses en un principio, llevó al equipo azulgrana a la búsqueda precipitada de un recambio en el pasado mercado de invierno después de la petición del entrenador, Quique Setién. Sin embargo, no fue hasta mediados del mes de febrero cuando lo encontró. Martin Braithwaite (Leganés) fue traspasado al club azulgrana por 18 millones de euros.
Sin embargo, el parón obligado por la pandemia del Covid-19 ha cambiado la situación para Suárez, quien, al contrario de lo esperado, sí podrá estar en la parte final de campeonato tras recuperarse de su lesión. El ‘9’ se convierte así en un “fichaje en el mercado de confinamiento”, como señaló Éder Sarabia, segundo entrenador del Barcelona, en una charla de los diferentes integrantes del cuerpo técnico del Barcelona en la web del club.
Los números de Luis Suárez:
Hasta la lesión, había marcado 14 goles en 23 partidos (es el segundo máximo goleador del equipo, superado solo por Leo Messi con 24), cifras que le situaban en 0,6 tantos por partido. Se trata de una media que ha sostenido en su trayectoria en el Barcelona, alcanzado su mejor registro en la 2015/16, donde, formando el tridente de ataque con Leo Messi y Neymar Junior, llegó a 1,1 con 59 tantos en 53 partidos.
Suárez, como ‘9’ que es, se encuentra más cómodo en los metros finales, donde muestra su instinto goleador. Sin perder la referencia de un posible pase desde banda o desde los pasillos interiores, el uruguayo ataca la espalda de su marcador para llegar dentro del área donde, en la mayoría de las ocasiones, finaliza al primer toque (abajo).
Aunque su bagaje goleador se ha mantenido esta campaña, sin embargo sí ha bajado su rendimiento en las facetas más participativas del juego en comparación con la pasada temporada: 2,5 pases clave por partido por 3,1; 1,4 duelos aéreos ganados por 2,5; 9 disputas de balón por 15 o 2,6 regates por 5,1.
Esas cifras no solo han tenido un impacto individual, sino también en el colectivo, presentando el Barcelona números inferiores al final de la primera vuelta de esta temporada en relación a la 2018/19: 40 puntos por 43 (-3), 49 goles a favor por 53 (-4) y más goles en contra, 23 por 20 (+3).
Análisis táctico:
La participación de Suárez, más allá de su acierto de cara a la portería, toma especial transcendencia en el desarrollo ofensivo del Barcelona al estar en asociación con sus compañeros (suma 11 asistencias en la 2019/20), arrastrando la marca de los rivales para abrir espacios o fijando a los centrales. Todo eso facilita y genera diferentes vías para llegar al gol.
Con él sobre el césped esta temporada, el Barcelona ha marcado 51 goles, una media de 2,2 por partido. Sin embargo, desde su lesión, el equipo azulgrana –ya bajo los mandos de Setién- ha firmado 22 tantos en 12 partidos, una media de 1,8.
Con menor capacidad goleadora, también han empeorado sensiblemente los resultados. 15 victorias (65%), 4 empates (17,3) y 4 derrotas (17,3%) con el uruguayo. Sin Suárez, 8 victorias (66,6%), 1 empate (8,3%) y 3 derrotas (25%).
Asociación con Messi:
El entendimiento entre Suárez y Messi es perfecto en los últimos metros. Una de las jugadas más repetidas es ver al uruguayo recibir de cara un pase del argentino para realizar una pared (arriba). Después Messi ejecuta su clásico golpeo con el interior del pie izquierdo a un ángulo imposible para el portero. Con Suárez en el ataque, Messi ha firmado esta temporada 16 goles (0,84 de promedio) y 9 asistencias (0,47), suponiendo una participación directa del argentino en el 56,82% de los tantos.
Pero la dupla Suárez-Messi no solo tiene un gran impacto en la zona de gol. Ambos jugadores también se complementan desde más atrás. El uruguayo busca la asociación en banda con otros compañeros, atrayendo la atención de los defensas rivales. Ese movimiento libera las zonas por donde el ‘10’ del Barcelona puede actuar, principalmente trazando la diagonal desde el perfil derecho hacia adentro (abajo).
Sin esos movimientos de Suárez, Messi es menos finalizador (7 goles, con una media de 0,64 por partido), aunque sí más asistente (7, 0,64 de media). Estos dos datos juntos han elevado su participación en los goles del Barcelona hasta el 73,68% (16,86% más que sin el uruguayo), sobre todo por su faceta de pasador.
Rol en el Barcelona con Setién:
Sin un recambio de Suárez, el técnico azulgrana buscó suplir su baja a través de cambios en el dibujo. 4-3-3 en 7 partidos (Messi como ‘falso 9’), 4-3-1-2 en 2 encuentros, 3-5-2 en otros 2 partidos y el 4-4-2 en una ocasión.
Pero independientemente de los dibujos, y sin la referencia arriba de Suárez, el Barcelona ha tenido dificultades ofensivas ante rivales que se desarrollan en defensa en un bloque bajo, capaces de atrapar a Messi reduciendo las distancias entre la línea defensiva y el medio campo (abajo).
Con la vuelta de Suárez, parece natural que el Barcelona se desarrolle en su habitual 4-3-3, con el uruguayo moviéndose desde su posición inicial entre líneas para dividir a la defensa rival o llegando a los metros finales para encontrar el gol. Una opción que beneficia a Messi y al resto de compañeros, al tener más metros en el último tercio de campo para desarrollarse.
Por otro lado, y a diferencia de lo ocurrido en las últimas temporadas, el uruguayo (con una media de 49,5 partidos por año) encontrará minutos de descanso por la presencia de Braithwaite, una alternativa que se antoja importante para afrontar partidos cada tres días.