Ralf Rangnick
Director técnico, RB Leipzig y Red Bull Salzburgo, 2012-2015
Tenía claro lo que era necesario hacer.
Cuando comencé en 2012 como director deportivo del Red Bull Salzburgo y el RB Leipzig sabía cómo abordar mi nuevo puesto.
Sentía que necesitábamos no solo centrar nuestra atención en ganar títulos, sino también en desarrollar jugadores. Al reclutar y desarrollar jóvenes futbolistas deberíamos buscar venderlos para sacar un buen rendimiento.
Quería vender jugadores por más de 10 millones en menos de dos años.
La reacción era de incredulidad. “¿Hablas en serio?”, me preguntaron mis colegas.
Les aseguré que sí. Estaba seguro de que necesitábamos encontrar los jugadores adecuados, los mejores entrenadores posibles y centrarnos en la evolución de nuestros jugadores.
Al final, eso fue exactamente lo que sucedió.
Cuando me convertí en director deportivo, tanto el Salzburgo como el Leipzig tenían plantillas de muchos veteranos. El promedio de edad era de casi 30 años.
El Salzburgo había estado ganando la Bundesliga austríaca consistentemente, pero no era un equipo especialmente emocionante y el único jugador que habían vendido por una cifra importante había sido Marc Janko, que pasó al FC Twente en un traspaso por valor de 7 millones de euros.
El RB Leipzig apenas había sido formado tres años antes y estaba en la cuarta división del fútbol alemán, donde habían permanecido las dos temporadas previas.
"Incluso en un mal día, podías distinguir el tipo de fútbol que el equipo quería jugar"
Así que, en cada mercado de pases, intentamos reducir el promedio de edad de nuestras plantillas buscando jugadores más jóvenes. Jugadores como Kevin Kampl, Sadio Mané (abajo), Naby Keïta, por nombrar algunos.
En el Leipzig, donde teníamos ambiciones de competir a un nivel más alto, era también importante que firmáramos jugadores que, creíamos, podían estar en el fútbol de Tercera o Segunda División.
Pero no solo nos concentramos en los jugadores.
Lo que hicimos en ambos clubes fue más construcción de club que construcción de equipo.
Implicaba concentrarse en los tres pilares fundamentales en la práctica para un club de fútbol. Lo que yo llamo las tres C. Cada pilar es sumamente importante y fue clave para el éxito que desarrollamos tanto en el Salzburgo como en el Leipzig.
El primero es Concepto. Esto se centra en la importancia de implementar un ADN específico dentro del club. Especialmente el estilo de fútbol con el que queremos que juegue el equipo. La consistente orientación hacia ese estilo en todas las áreas del club fue algo en lo que pusimos nuestro énfasis desde el primer día.
El estilo de juego debería ser altamente reconocible. Tanto que incluso en un mal día, podías - de todos modos - distinguir el tipo de fútbol que el equipo quería jugar.
Al hacerlo, creas una identidad en todo el club. No solo con los jugadores, sino que también en el cuerpo técnico e incluso los aficionados.
Al final, tanto en el Salzburgo como en el Leipzig, los hinchas se identificaron con el estilo de fútbol con que jugábamos. Y esto, para mí, es un factor muy decisivo. La identidad entre los jugadores, el cuerpo técnico y los aficionados unió a todo el mundo.
La segunda C es por capacitación. Intentamos conseguir las mejoras personas posibles para cada puesto, garantizando así que tengamos capacitación en todo el club.
Es clave tener un personal competente y excelentemente preparado en cada puesto y que tenga el reto todos los días de ser mejor y de hacer que el club lo sea también.
"Fue un honor para mí cuando Jürgen Klopp sugirió que quizás yo fuese el mejor entrenador alemán que hay"
En ese sentido, mi red de contactos me ayudó con el Salzburgo y el Leipizig. Ya sabía dónde estaba mucha de la gente más capacitada y también conocía a muchas de esas personas. Ya cuando las identificaba, mi trabajo consistía en convencerlas de que nos acompañaran en el recorrido.
La tercera y última C es el capital, o dinero que tienes. Indudablemente que el respaldo financiero nos permitió poner en práctica la filosofía con la que queríamos comenzar, pero, al mismo tiempo, no era de ninguna manera un reemplazo para el concepto y la capacitación. Tiene que funcionar conjuntamente con esos otros pilares fundamentales.
El capital es un factor de éxito limitado. Por sí solo, está lejos de ser suficiente. Es más, el concepto y la capacitación, si los usas bien, generarán capital.
Las tres C van juntas de la mano y las posibilidades de un éxito verdadero aumentan si las tres se unen.
La Champions League 2019/20020 (arriba) mostró claramente que necesitas dominar los cinco elementos en el fútbol para tener éxito al más alto nivel.
Primero: Posesión del balón contra un rival bien organizado. Segundo: ¿Cómo jugamos cuando el otro equipo tiene la posesión del balón? ¿Dónde y con qué intensidad atacamos? Tres y cuatro: Los dos momentos de transición del juego después de ganar y perder el balón. Cinco: Jugadas a balón parado, tanto en ataque como en defensa. Más del 30 por ciento de los goles son anotados desde saques de esquina, tiros libre y penales.
"El éxito es lo más importante, pero el fútbol también tiene que ver con el entretenimiento"
Fue un honor para mí cuando Jürgen Klopp sugirió que quizás yo fuese el mejor entrenador alemán que hay. Nos conocemos desde hace más de 20 años y ciertamente nos apreciamos mutuamente.
Es sabido que tenemos una idea similar sobre cómo debe jugarse el fútbol y pienso que esa es la razón por la que dijo esas cosas sobre mí.
Allá por el año 2008, el Hoffenhein (mi equipo) jugó contra el Borussia Dortmund de Jürgen. Les ganamos 4-1 y Jürgen (abajo) dijo una semana más tarde, antes del siguiente partido, que nuestro estilo era exactamente el tipo de fútbol que el quería jugar con el Dortmund.
En menos de dos años había transformado al equipo y los tenía jugando con ese estilo de juego y, finalmente, llegó el éxito. Ganaron dos títulos consecutivos en la Bundesliga – en 2011 y 2012 – además de la Copa de Alemania en 2012.
El estilo que nos gusta a ambos es un tipo de fútbol muy proactivo. Es presión alta, presión tras pérdida y con un contragolpe rápido y proactivo.
El éxito es lo más importante, pero el fútbol también tiene que ver con el entretenimiento.
Redacción: Héctor García