Federico Chiesa
Juventus, 2020-2024. Liverpool, 2024-Actualidad
El Perfil:
No lograr la clasificación para el Mundial de 2018 fue un golpe para la selección de Italia, que entonces dio entrada a un nuevo seleccionador, Roberto Mancini, con renovación de ideas y jugadores. Uno de estos jóvenes talentos es Federico Chiesa, quien, con 23 años, alcanzó la titularidad en la Juventus en la temporada 2020/21 y un rol importante en la selección de Italia, donde se consolidó por los siguientes años.
Ya en 2024, dio por cerrado el ciclo en Turín y pasó al Liverpool de Arne Slot.
Ante Austria, en la eliminatoria de los octavos de final de la Eurocopa 2020, se convirtió en el héroe de su país con el 1-0. Un gol que, además, pasa a la historia. Y es que los Chiesa pueden presumir de ser los únicos padre e hijo -de cualquier nacionalidad- que han marcado en la historia de la Eurocopa. Enrico Chiesa (Genoa, 1970) lo hizo en Anfield el 14 de junio en la Euro de 1996, casualmente en el mismo estadio donde Federico ahora jugará como local.
“Técnicamente no sé si nos parecemos, pero en el carácter nos asemejamos mucho. Federico tiene afán por llegar lejos", ha señalado su progenitor.
Análisis táctico:
Atacante de banda, Chiesa es un jugador capaz de desenvolverse en ambos perfiles. Predominantemente diestro, el pie con el que juega influye de manera significativa tanto en la finalización como en el desarrollo de su progresión en ataque, pudiendo golpear bien con ambas piernas, especialmente cuando tiene la portería como objetivo.
Cuando juega en banda derecha, es más probable que intente lanzar centros laterales, que son más precisos y eficaces cuando van a ras de suelo (abajo) que en el aire. Aunque siempre golpea el balón de forma limpia, en sus centros aéreos utiliza una técnica casi idéntica a la de los disparos, provocando que a menudo pasen por encima del compañero más cercano y lleguen al segundo palo. Por lo tanto, sus centros suelen ser más precisos cuando está bajo la presión de un adversario que al conducir con espacio, donde la excesiva potencia que imprime a sus envíos hace que en muchas ocasiones no logren el objetivo deseado.
Mientras, en banda izquierda, Chiesa suele jugar orientado a zonas interiores por donde hace llegar el pase para luego dar apoyo en la misma dirección. Aunque esto pueda hacerlo previsible, su velocidad y su agilidad para pasar entre los rivales, antes de estar disponible para el pase de vuelta, le hacen tener éxito con regularidad. Un enfoque alternativo consiste en realizar pases en profundidad en el espacio entre el lateral y el defensa central rival, normalmente habiendo generado antes el ángulo más adecuado, perfilándose hacia su pie derecho. Si ese pase es demasiado ambicioso, intentará en su lugar una acción menos compleja.
Cuando es el autor del disparo (abajo), esa misma técnica de juego con el balón le permite mantener la precisión sin tener que restar un ápice de potencia a su disparo. Se concentra en dar en el blanco, lo que puede hacer desde diversos ángulos, en lugar de intentar habilitar a un compañero en posiciones avanzadas.
Su agilidad, tanto con el balón como sin él, es un punto fuerte importante, y contribuye a su capacidad para jugar en ambas bandas. Capaz de sortear a los oponentes con el balón en los pies y de hacer toques de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro, incluso si los oponentes pueden predecir sus intenciones, sus movimientos los obligan regularmente a recular.
Los defensores también se enfrentan a su dinamismo y a la explosividad de sus movimientos cuando intentan frenarlo, hasta el punto de que Chiesa a menudo consigue desequilibrarlos. Es entonces cuando pasa de dar pequeños toques a un cambio de ritmo para progresar más rápidamente con el balón.
Rol en la Juventus:
Chiesa jugó tanto en la derecha como en la izquierda en el 4-2-4 de la Juve, donde tuvo como prioridad apoyar a la pareja de delanteros, Cristiano Ronaldo y Álvaro Morata. Cuando se desarollaba en banda izquierda (arriba), era mucho más probable que jugara en corto. Un punto fuerte del sistema de la Juve consistía en que uno de los dos delanteros se desplazaba por fuera para combinar con el jugador de banda correspondiente, mientras que el otro permanecía en el centro para ocupar la marca a los defensores rivales, atacar el espacio a la espalda o conectar los centros laterales.
Lo más habitual era que fuera Morata el jugador que se desplazara por la banda y Ronaldo permaneciera en el centro, pero también hubo ocasiones en las que el portugués se descolgaba por fuera para combinar con Chiesa. El extremo más alejado, en relación a los desplazamientos de Morata o Ronaldo, también se desplazaba hacia el interior para contribuir a estirar y ocupar la vigilancia de la línea defensiva rival, proporcionando así potencialmente una opción más para el internacional italiano.
Uno de los centrocampistas centrales también tenía instrucciones de hacer carreras para apoyar a Chiesa cuando estaba en la banda izquierda (arriba), moviéndose por el pasillo interior correspondiente. Las carreras de Adrien Rabiot y Rodrigo Bentancur resultaron efectivas a lo largo de la temporada 2020/21, con Chiesa buscando conectar con ellos con pases por encima de la defensa rival, si la opción de combinar con el delantero descolgado en banda no era el objetivo.
Situado en la banda derecha de la Juventus (abajo), Chiesa se centraba en conducir y regatear a su rival, y en lugar de buscar opciones de pase rápidas elegía retener el balón durante más tiempo. Esto significaba que el pasillo interior derecho está más liberado, ya que los centrales rivales hacían menos carreras hacia allí, dejando así al lateral izquierdo rival expuesto ante Chiesa en situaciones de uno contra uno y más espacio a su espalda. Es decir, una opción que le daba al jugador italiano más opciones de atacar.
Cuando es el jugador que conducía hacia delante, la presencia de dos delanteros proporciona a Chiesa dos opciones de pase, que son más efectivas jugando el balón por el suelo o en el aire hacia el segundo palo. Tanto Ronaldo como Morata eran capaces de atacar ambos envíos, lo que garantizaba que, como trío atacante, se complementaran constantemente.
Además, Chiesa también contribuyó con un número razonable de goles, y lo hizo habitualmente tras combinar en zonas interiores mediante pases cortos. Produjo una gran variedad de remates desde ambos lados del campo, y se adaptaba y se movía alrededor de los dos delanteros de la Juve mientras lo hacía, del mismo modo que contribuyó en la segunda fase de los ataques y trabajó para alejar a los defensores de Morata y Ronaldo con sus movimientos en el área cuando son ellos los que buscaban aplicar el toque final.
Una presencia que también desarrolló con la selección de Italia cuando Roberto Mancini le dio entrada en el equipo. Chiesa, a pesar de no ser titular en la selección ‘azzurra’, sí demostró ser decisivo en momentos puntuales como ante Austria en los octavos de final con su gol en la prórroga. Un partido donde el extremo, entre otros aspectos de su juego, exhibió su habilidad para jugar en espacios reducidos y su buena técnica de disparo.