albert celades
Valencia, 2019-2020
Cuando uno juega como mediocampista toda su carrera, como fue mi caso, solo tiene una cosa en mente: ‘¿cómo puedo ayudar a los demás?’
Yo pensaba en los compañeros que tenía por delante, en los que estaban por fuera en las bandas, también en los defensas... Creo que ocupar esa posición va más allá de desarrollar tus jugadas; aumenta tu rigor táctico. Pasas a preocuparte por cosas que a lo mejor no les preocupan a otros jugadores.
Así que, de algún modo, te conviertes en un facilitador para ellos, donde tu objetivo es que todo fluya de la mejor manera, en bien del equipo.
Yo empecé en el Barcelona, en La Masía, con 13 años y, desde entonces, siempre me ubicaron como interior. En aquel momento en el Barcelona estaba Johan Cruyff y todo el fútbol base se regía y jugaba igual que el primer equipo.
La misma formación, la misma estructura -nosotros jugábamos casi siempre con tres defensas, cuatro mediocampistas en rombo y tres delanteros- y, por supuesto, con la misma metodología de entrenamientos.
La verdad es que la metodología del Barcelona siempre tuvo una idea muy concreta de formar especialistas de cada situación y para cada posición.
"COMO MEDIOCAMPISTA te conviertes en un facilitador para tus compañeros, donde tu objetivo es que todo fluya de la mejor manera"
Un desarrollo donde el número de tu camiseta te identificaba: el ‘3’ era el lateral izquierdo, el ‘4’ el pivote en mediocampo, el ‘9’ el delantero… Y así con todo el resto de los números.
Mi primera experiencia con el primer equipo fue hacer la pretemporada de 1995. En aquel momento estábamos un grupo de chicos del segundo equipo que habíamos subido juntos. Entonces, ese apoyo fue mucho más sencillo, porque yo tenía no solamente compañeros, sino amigos que vivían una situación parecida a la mía que desembocaba en un gran ambiente.
Después de eso, volví a jugar con el filial unos partidos y ya en septiembre debuté con el primer equipo. Fue en la Copa de la UEFA, en una de las primeras eliminatorias, contra el Hapoel Beer Sheva en Israel. Pero te diría que el primer momento con más impacto para mí fue el debut en la Liga, pocas semanas después. Fue contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu.
Estaba calentando en la banda y me llamaron desde el banquillo para que fuera para allá. Antes de saltar al campo, Cruyff se acercó y me dijo: “Es el momento de jugar. Pero hazlo como lo sabes hacer, con la máxima normalidad”.
Un mensaje muy claro, como él hacia siempre. Eso fue un momento inolvidable para mí.
"LA METODOLOGÍA DEL Barcelona siempre tuvo una idea muy concreta de formar especialistas de cada situación y para cada posición"
En ese primer equipo con Cruyff, y en toda mi época formativa del Barcelona, había jugado como interior en el sistema de 3-4-3 que te decía antes. También alguna vez, de manera muy ocasional, de lateral. Pero luego hubo un cambio importante en el equipo con la llegada de Louis Van Gaal en la temporada 1997/98.
Pep Guardiola, el jugador que ocupaba la posición del clásico ‘4’ en mediocampo se lesionó, y Van Gaal decidió empezar a ponerme a mí en esa posición de mediocampista único.
Tuve que adaptarme a esa nueva posición, aunque no era del todo nueva para mí, porque en esa educación y formación que habíamos recibido en la cantera del Barcelona alguna vez había jugado también en ese puesto. No demasiados partidos, pero sabía perfectamente qué tenía que hacer. A partir de ahí jugué siempre como mediocentro. También en el Celta o el Real Madrid, mis siguientes equipos después del Barça. Digamos que era una nueva forma distinta de jugar para mí, también con demandas diferentes en cada club y entrenadores distintos.
Con Vicente del Bosque en el Real Madrid se dio la situación de que él también había sido centrocampista en su etapa de jugador, en el mismo Real Madrid y la selección española. Así que nos aportó a los jugadores de esa línea su visión sobre esta posición.
Su experiencia y sensibilidad para manejar las diferentes situaciones tácticas a las que nos teníamos que enfrentar Claude Makélélé, Iván Helguera, Flavio Conceição o yo. También Santiago Solari o Steve McManaman, quienes jugaron en mediocampo también. Un Real Madrid con enormes jugadores de talento ofensivo, donde nuestra función era estar pendiente de muchas cosas para alcanzar el equilibrio del equipo.
Otro momento de cambio importante para mí fue cuando jugué en Francia en la temporada 2003/04. En mi tercer año en el Real Madrid había jugado pocos partidos y surgió la posibilidad de ir al Girondins de Burdeos, que en aquel momento era un equipo muy bueno, y un club histórico de Francia.
La verdad es que me animé a tener ese nuevo desafío. Una nueva experiencia que podría ponerme a prueba, ya que entonces era una liga con menos calidad técnica que la española, pero con un ritmo de juego muy alto y de muchas transiciones. Afortunadamente, tuve un año fantástico del que guardo un grato recuerdo.
"Con Vicente del Bosque en el Real Madrid se dio la situación de que él también había sido centrocampista en su etapa de jugador"
Después de eso, regresé de nuevo al Real Madrid, donde se iniciaba una nueva etapa en el equipo bajo la dirección de José Antonio Camacho. Sin embargo, al poco de llegar Camacho tomó la decisión de irse y se sucedieron varios entrenadores a lo largo de la temporada. Esa fue mi última temporada en el Real Madrid, donde terminaba contrato.
Decidí entonces iniciar una nueva etapa en el Real Zaragoza, un club donde también tuve la suerte de vivir momentos muy felices. Nos clasificamos para competición europea, jugamos una final de la Copa del Rey, y todo creo que con un fútbol muy vistoso.
Después de tres años en el club tocó decidir cuál sería el siguiente y último paso. Yo siempre había tenido esa inquietud por vivir en sitios diferentes, por probar otras cosas. Por eso me fui al Girondins. Pero esta vez quería ir un poco más lejos.
Finalmente, fue el Red Bull New York, en la MLS de Estados Unidos. Una experiencia no solamente profesional, sino también personal. Disfruté mucho de una liga que estaba en crecimiento, y que sigue en crecimiento ya con un nivel muy superior a lo que yo me encontré entonces.
En esos momentos en la MLS se notaba mucho la influencia del fútbol inglés, con un juego de mucha velocidad y mucha intensidad, pero con carencias tácticas que hacían los partidos mucho más abiertos con muchísimos espacios para correr y para transitar. También con algunos déficits a nivel formativo, que creo han superado y mejorado a día de hoy.
Fue en Estados Unidos donde surgió la inquietud de ser entrenador, precisamente por esa falta de formación de los jugadores, porque por entonces no había academias. La gente llegaba desde las universidades y pasaba a la MLS directamente. Y es ahí donde me empieza a picar el gusanillo de poder ser entrenador, de cómo desde esa nueva posición se pueden corregir ciertas situaciones.
Con ese pensamiento de cómo ayudar a los más jóvenes a desarrollarse regresé a España cuando me retiré.
"Red Bull New York, en la MLS de Estados Unidos, FUE Una experiencia no solamente profesional, sino también personal"
Quería prepararme para ser entrenador, y los cursos terminaron de engancharme por completo. A partir de ahí, en 2013, empecé a en la propia Federación Española, donde me contratan para ser el seleccionador Sub 16 .
Disfruté mucho viendo cómo los jugadores llegaban a ser profesionales, sintiéndome partícipe de la formación de esos chicos que los has visto con 16 y 17 años, o más tarde con la Sub 21, y que luego juegan con la selección absoluta. Pero también de esos futbolistas que tal vez no alcanzan esa meta, pero sí logran hacer muy buenas carreras.
Una etapa en la que también tuve la suerte trabajar muy cerca con los entrenadores de la absoluta. Cuando llegué a la Selección estaba Del Bosque y luego Julen Lopetegui. Con Del Bosque tuve la oportunidad de formar parte de su staff técnico en el Mundial de Brasil y en la Eurocopa de Francia, mientras que con Lopetegui realicé el camino al Mundial de Rusia.
Todas experiencias muy gratificantes, sumado a la suerte de poder estar en las fases finales de un Mundial o de una Eurocopa. Es algo que no muchos tienen la suerte de poder vivirlo, y yo sí he tenido esa fortuna de hacerlo. Me siento un privilegiado por ello.
Después de la época de la Selección seguí con Lopetegui en el Real Madrid como su asistente. Llegamos al equipo en el verano de 2018. Nos encontramos un gran grupo de campeones, profesionales magníficos, pero las cosas no salieron bien.
Desafortunadamente, la experiencia duró poco, pero siempre se sacan conclusiones positivas y siempre es un aprendizaje. Por supuesto, más en un sitio como es el Real Madrid, donde todo tiene una enorme magnitud.
En septiembre de 2019 llegó la oportunidad de hacerme cargo del Valencia. Justo en medio de una fecha FIFA. La verdad, creo que tuvimos una experiencia muy buena, con objetivos importantes que alcanzamos, como fue clasificar al equipo para los octavos de final de la Champions League después de muchos años.
Y más en un grupo tan complicado donde competimos con el Chelsea, el Lille y el Ajax de Ámsterdam.
"para mí lo más importante sigue siendo ayudar a los demás. En este caso los jugadores"
Después no perdimos ningún partido de Liga en nuestro estadio, en Mestalla, hasta que nos fuimos a falta de pocos partidos para el final de temporada.
Teníamos todavía opciones de clasificarnos para la Europa League, pero el club decidió tomar esa decisión.
A pesar de que no fue lo que esperábamos, del Valencia me llevé la sensación de estar en un sitio especial para entrenar, rodeado de la grandeza del equipo y de su afición, con un ambiente increíble cada partido.
Sin duda, una gran experiencia para seguir creciendo como entrenador. Una posición en la que mi rol como mediocampista estoy seguro de que tiene una influencia en mi desarrollo. Porque para mí, como por entonces, lo más importante sigue siendo ayudar a los demás. A mis jugadores.
Intentar, en definitiva, que todo fluya.