julen guerrero
Amorebieta, 2024-Presente
Jupp Heynckes llegó al Athletic Club con ideas y métodos modernos.
“¿Una sauna? Y el jacuzzi, ¿para qué?”. No dejábamos de hacernos preguntas porque a todos los jugadores nos sorprendía mucho los cambios que se empezaron a hacer en Lezama, la ciudad deportiva, con Jupp. Él venía de Alemania, había entrenado al Bayern Múnich y Borussia Mönchengladbach, y creo ya traía de allí utilizar este tipo de instalaciones en la recuperación y descanso de los jugadores.
Yo debuté con Jupp en el primer equipo.
Había firmado por el Athletic semanas antes de terminar la temporada anterior, así que estuvo viendo varios partidos del Bilbao Athletic, el segundo equipo. Fuimos varios los canteranos que hicimos la pretemporada con el primer equipo en 1992.
No sé si la decisión de subir tantos jugadores del segundo equipo la tomó él o fue el club. El caso es que yo iba a hacer la pretemporada con el primer equipo todavía a la edad juvenil, con 18 años. Por supuesto, tenía mucha incertidumbre, porque era muy joven para entrar de lleno en un entorno profesional como el del primer equipo del Athletic, pero desde el principio las cosas me salieron muy bien.
En el primer partido amistoso hice un gol, y a medida que fue pasando la pretemporada, vi como Jupp me iba dando minutos. Incluso me puso varios partidos en el equipo inicial. Fue todo muy rápido, tanto que fui titular en el primer partido de la Liga ante el Cádiz, el 6 de septiembre de 1992. Por supuesto, una fecha y un partido que no se olvida nunca. Ganamos 2-1 en San Mamés.
"nos sorprendía mucho los cambios que se empezaron a hacer en Lezama, la ciudad deportiva, con Jupp"
Pero Jupp no solo cambió Lezama, sino que trajo además un nuevo modelo de juego. Muy distinto a la tradición del club.
El Athletic siempre había jugado un fútbol más directo, de balón largo, peinar de cabeza y ganar la segunda jugada. Yo me sentía muy cómodo en ese estilo. La prueba de ello es que pasé por todas las categorías y fui progresando.
Jupp quería un juego más elaborado, con el objetivo de llevar el control del partido a través del dominio de la posesión, y desde ahí ser un equipo ofensivo. Mi juego era de llegar desde segunda línea del mediocampo, y en esa estrategia me encontré muy cómodo. También con su manera de llevar el grupo.
No lo recuerdo como un entrenador que hablara mucho con los jugadores en los entrenamientos, pero sí que consiguió un impacto muy positivo en todos nosotros por su carácter. Llegó a un equipo que lo había pasado mal las últimas temporadas, y con él conseguimos muy buenos resultados las dos épocas distintas que estuvo.
La primera entre 1992 y 1994, ese último año con la clasificación para la Copa de la UEFA. Y la segunda de 2001 a 2003. Mejorando también los resultados que habíamos tenido los años anteriores.
"la idea de JaviER CLEMENTE también le venía muy bien a mi juego"
Esas mismas buenas sensaciones las tuve con Javier Clemente, en este caso en la selección de España. Javi lo tiene todo en el Athletic: fue jugador del club, entrenador y, por supuesto, aficionado. Así que me conocía bastante bien.
Cuando llegó a la Selección, empezó a hacer un cambio generacional y en la convocatoria de enero de 1993 debutamos con la absoluta varios jugadores de la Sub-21. Yo entre ellos, en un amistoso contra México en Las Palmas.
A partir de ahí estuve en todas las convocatorias de Javi. Me llevó al Mundial de 1994 en Estados Unidos cuando tenía solo 20 años y después a la Eurocopa de 1996 y el Mundial de 1998.
Sobre los estilos de juego, Jupp y Javi eran muy distintos, porque en la Selección española buscábamos la finalización por encima de otras cosas. Pero la idea de Javi también le venía muy bien a mi juego; llegar desde segunda línea para finalizar o asistir a un compañero.
En el Athletic tuve otros entrenadores más. Javier Irureta, entre ellos. Las cosas iban bien en la temporada 1994/95. Sin embargo, no sé muy por qué se generó un mal ambiente. Al final, eso acabó afectando en todo. Y en esos casos, como siempre pasa en un equipo, los entrenadores son los primeros que pagan el pato.
"Aumentó el número de partidos en Europa y también se jugaba la Liga o la Copa del rey algunas veces entre semana. Y ahí llegaron las rotaciones"
A mitad de esa temporada, llegó José María Amorrortu. Si hablo de Jupp y Javi como técnicos que han sido importantes para mí, no puedo olvidarme de José María. Estuve con él varias etapas antes de que fuera el entrenador del Athletic. Primero en el Sub-19; ganamos la Copa. También fue el segundo de Jupp. Así que nos conocíamos muy bien cuando llegó al primer equipo.
José María era un entrenador con un enfoque nuevo en cuanto a la forma de entender el juego y hacerle llegar al futbolista su idea. “Tienes que saber que las cosas no se hacen porque sí, sino que siempre hay un porqué”, nos incidía mucho.
También a Dragoslav Stepanovic. Un gran tipo y divertido.
‘Stepi’ siguió la misma línea de hacer cosas nuevas. Muchas veces jugábamos con líneas de tres atrás, los laterales muy avanzados y los extremos muy abiertos. Como lo hacía Johan Cruyff en el Barcelona. Sin embargo, se encontró en un momento en el que había un cambio generacional bastante brusco en el Athletic.
En otros equipos, los cambios son menos traumáticos, porque tienes más posibilidades de elegir de un jugador de cualquier lado. Pero en la filosofía del Athletic, los procesos de cambios son diferentes, porque la filosofía del club es diferente a todos.
"Mi juego era de llegar desde segunda línea del mediocampo"
Ya sabes, solo juegan futbolistas de la cantera y del País Vasco, y eso reduce las oportunidades de encontrar jugadores y, por lo tanto, hace más difíciles los cambios.
En realidad, no fue una temporada 1995/96 sencilla para ‘Stepi’, pero me quedó con todas sus buenas ideas.
Después, los tiempos empezaron a cambiar. Yo cuando debuté jugabas un partido de Liga a la semana y las competiciones europeas eran menos encuentros, principalmente eliminatorias. Sin embargo, eso cambió con la fase de grupos en Europa. Aumentó el número de partidos en las competiciones europeas y también se jugaba la Liga o la Copa del Rey algunas veces entre semana. Y ahí llegaron las rotaciones, algo que hasta entonces no se utilizaba. Salvo lesión o alguna sanción, siempre jugaba el mismo once.
Los jugadores tuvimos que amoldarnos a esa situación, pero también los entrenadores, porque en esos años —hablo de finales de los noventa— las rotaciones estaban muy cuestionadas. Sin embargo, cuando juegas un miércoles por la noche competición europea o la Copa del Rey, el fin de semana el partido de la Liga y también con la Selección, debes descansar. Porque es imposible jugarlo todo.
"decidí terminar mi carrera solo como jugador del Athletic"
Simplemente es lo que fue pasando con Luis Fernández durante sus cuatro años en el club, de 1996 al 2000. Dejé de estar en el once titular todos los partidos, como había sido habitual hasta entonces, porque teníamos que rotar.
Otra cosa muy diferente fue mi última etapa como jugador, porque hiciera lo que hiciera en los entrenamientos, no jugaba. Ni siquiera cuando faltaba un compañero del once por cualquier situación, los entrenadores no tiraban de mí. A pesar de eso, yo nunca me rendí. Todos los días entrenaba a un alto nivel, porque me sentía para jugar, pero el entrenador, sin embargo, tenía otra opinión.
Pero esas cosas pasan en el fútbol. Luis Fernández, Jupp, en su segunda etapa con el Athletic, o Ernesto Valverde tenían sus ideas y, obviamente, yo las respetaba. También es cierto que yo podía haber tomado entonces la opción de irme a otro club, pero decidí terminar mi carrera solo como jugador del Athletic. Quise que fuera así porque yo soy aficionado del Athletic desde niño y no había nada más grande para mí que jugar toda mi carrera en el club.
Al poco tiempo de terminar como jugador, eso fue en julio de 2006, empecé llevando como entrenador al juvenil de Athletic. Fue todo rápido porque yo ya tenía todos los títulos.
"es imposible jugarlo todo. Simplemente es lo que fue pasando con Luis Fernández"
El primer nivel me lo saqué con 22 años y después fui haciendo los siguientes. Estudié los cursos de entrenador precisamente para eso: el día que acabara de jugar, quería estar preparado para lo que vendría después.
También terminé la carrera de periodismo.
Digamos que he hecho de todo. Incluso siendo jugador ya colaboraba con medios de comunicación, tanto en televisión como en prensa y radio. Y cuando dejé el fútbol, mucho más.
Hubo un momento que estaba en GolTV en la televisión, la cadena SER en la radio y escribía en El Correo. Tres cosas a la semana, pero cuando llegó la llamada de la Federación española en 2018 para entrar en las categorías inferiores, lo tuve claro. Me gusta el periodismo, pero mucho más ser entrenador. Y más cuando me ofrecían un trabajo para la formación de jugadores jóvenes.
Además, trabajar en la Federación me ofrecía una estabilidad familiar que no podía encontrar en un club. Coincidió también que todos nos fuimos a Madrid ese año, porque mi hija empezó los estudios universitarios ahí.
"sentí que había llegado el momento de dar un paso diferente: la apuesta por dirigir a clubes"
Si empezaba a entrenar en un club, yo era consciente de que debes ser acostumbrarte a saber que un día estás en un equipo, mañana puede que en otro y más tarde... quién sabe. Nosotros somos una familia que nos gusta estar juntos y no quería perder ese tiempo con ellos. Que la sede de la Federación esté en Madrid ayudó a que fuera así.
Profesionalmente, la Federación española es uno de los mejores sitios para trabajar como entrenador, porque tiene muy alta calidad en el análisis del jugador, de tu equipo y del rival. Todo con un estilo propio basado en querer tener el balón y contar con jugadores inteligentes que sepan interpretar el juego. Eso exige que el entrenador esté en constante aprendizaje para darle al jugador lo que necesitan y saber aprovechar así todas sus virtudes, porque ahí diriges a los mejores jóvenes jugadores de España.
Ahora hay uno de ellos que ha tomado todo el protagonismo. Hablo de Lamine Yamal. Vino con nosotros en el Europeo Sub-17, cuando tenía solo 16 años. También estuvo Pau Cubarsí. Todos están jugando a un nivel extraordinario en un Barcelona que mantiene su apuesta por la cantera.
Después de cinco años en la Federación, trabajé ahí de 2018 a 2023, sentí que había llegado el momento de dar un paso diferente: la apuesta por dirigir a clubes. En el verano de 2024, llegó la oferta del Amorebieta, un proyecto que me gustaba porque tenía muchos chicos jóvenes y me daba la posibilidad de contar con mi cuerpo técnico.
Seguramente es una filosofía diferente de hacer las cosas a los que estamos acostumbrados, pero lo más importante para mí era mi familia, y ahora que mis hijos ya no me necesitan tanto, tengo toda la tranquilidad para tomar este camino que sé que vendrá con muchos vaivenes y cambios.
Pero estoy preparado. Es el momento y voy a por ello.
julen guerrero