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Análisis táctico: Granada 1 Real Madrid 2

Análisis táctico: Granada 1 Real Madrid 2
Getty Images
Redacción
Héctor García
Publicado el
julio 14 2020

La Liga, 13 de julio 2020

Granada 1Real Madrid 2

Machís (50)

Mendy (10)
Benzema (16)

El Real Madrid está a un paso de proclamarse campeón de La Liga después de superar al Granada a domicilio. Un partido con una parte para cada equipo, con los de Diego Martínez llegando a tener a mano al líder en los últimos minutos cuando Thibaut Courtois y Sergio Ramos salvaron dos balones directos a la red.

Un final muy distinto al arranque, donde el equipo de Zinedine Zidane firmó sus mejores minutos de juego desde la vuelta de la competencia. Ferland Mendy, con una gran acción por banda izquierda, y Karim Benzema, elevaron la distancia a dos goles, una diferencia válida a la postre a pesar del gol de Darwin Machís para el Granada en los primeros momentos del segundo tiempo.

El Real Madrid, con una ventaja de cuatro puntos sobre el Barcelona a falta de dos jornadas, podría levantar el título la próxima jornada si gana al Villarreal en el Alfredo Di Stéfano o si el equipo azulgrana no suma los tres puntos.

Alineaciones iniciales
Granada
Real Madrid
Estadísticas
Granada Real Madrid

12 / 4

DISPAROS / A PUERTA

10 / 5

42 %

Posesión

58 %

606 / 476

Pases / Completados

835 / 713

18 / 2 / 0

Faltas / Amarilla / Roja

18 / 2 / 0

 



El Granada se desarrolló inicialmente en un 3-4-3 (abajo) en fase ofensiva, con una línea de ataque formada por el venezolano Machís, Carlos Fernández y Fede Vico.



Un dibujo que trató de superar el 4-1-4-1 (abajo) que planteó Zidane en defensa, donde Luka Modric en algunas ocasiones avanzaba desde el mediocampo para apoyar a Benzema en la primera línea de presión.



Aislado en ataque:

El Granada se vio claramente superado por el Real Madrid en la primera mitad, sin capacidad de contrarrestar al líder de La Liga. Un periodo donde apenas tuvo fases prolongadas con el balón que le permitieran el avance de extremos y laterales en ataque, por lo que acabó recurriendo a envíos en largo a Carlos Fernández buscando la espalda de la defensa del equipo rival. Unas carreras que, sin embargo, apenas llegaron a generar peligro.

Además de los pases largos, el Granada parecía confiar en los contraataques, pero, de nuevo, su delantero centro estaba demasiado aislado en ataque como para ocasionar algún daño sobre el rival.

Un gran cambio:

Sí tuvo acierto al contragolpe el cuadro local en el segundo tiempo después de un error inusual de Casemiro en el medio del campo. La diferencia en este ataque respecto a los de la primera mitad fue la zona donde el equipo local robó el balón para después lanzarse en la transición con varias opciones de pase por delante. En la mayoría de los casos anteriores, el equipo de Diego Martínez recuperó la posesión en su propio terreno, lo que provocaba que tuviera muchos metros por delante para llegar a la portería rival.

Hacia el final de la primera mitad, el Granada cambió a un 4-2-3-1 (abajo) en fase de posesión. Mover la línea defensiva a un papel más avanzado proporcionó al equipo más presencia y conexiones a medida que progresaba en ataque. Una situación que también se vio favorecida en parte por el Real Madrid, que, con ventaja en el marcador de dos goles, redujo sus esfuerzos defensivos permitiendo al equipo anfitrión tener más tiempo para construir sus contragolpes.

El cambio de dibujo vio a Antonio Puertas reemplazar a Víctor Díaz en el descanso, dejando a Domingos Duarte y a Germán Sánchez como la pareja de centrales, y asumiendo Puertas un papel de centrocampista ofensivo. Así, Ramón Azeez y Yangel Herrera se mantuvieron en el doble pivote en mediocampo (aunque Azeez se movió hacia atrás después de que Antonio Montoro entrara al campo), buscando el equipo local avanzar en los espacios intermedios y por bandas.

Fase defensiva del Real Madrid:

El equipo de Zidane buscó presionar a su rival con una marca orientada al hombre cuando jugaba desde atrás, pero pasaba después a un bloque medio cuando el Granada se establecía con la posesión. La presión alta implicaba que Casemiro se encargaba del jugador local que ocupaba el papel de mediocampista ofensivo central, mientras que Benzema y Modric presionaban a los centrales obligándolos a salir por fuera con los laterales. A medida que el balón llegaba a éstos, el jugador de banda del Real Madrid cerraba esa zona, mientras Toni Kroos y el jugador de banda del otro perfil hacían el balance defensivo para situarse en el doble pivote en mediocampo.

Los movimientos del Granada en ataque:

Los de Diego Martínez se movieron con rapidez utilizando a sus extremos por fuera de los laterales del Real Madrid y en los espacios intermedios, pero la gran diferencia en la segunda mitad respecto a la primera fue la disposición de estos jugadores a penetrar a la espalda de la defensa del equipo blanco. Esto les dio a ambos jugadores la opción de progresar más allá de la línea defensiva, pero también de estirar la defensa del Madrid generando espacios entre la diferentes unidades del equipo blanco. En estas situaciones, los pases verticales a los espacios intermedios fueron diseñados para enlazar con una carrera en profundidad a la espalda de la defensa del Real Madrid para después combinar con los jugadores en ataque. Sin embargo, esas combinaciones rara vez acabaron siendo exitosas.

La duda de Kroos:

El Real Madrid se estableció en ataque en una fluida formación 4-3-3 (abajo) con Casemiro, Kroos y Modric en el mediocampo, mientras que Valverde, Isco y Benzema formaron el ataque.



El Granada utilizó inicialmente un 5-2-3 (abajo) para presionar al equipo de Zidane. Una estructura que no logró su objetivo, ya que el líder dominó el balón y las ocasiones bajo una estructura posicional muy definida en el primer tiempo.



En ese planteamiento, Kroos se desplazaba hacia banda izquierda para facilitar el avance de Mendy por su carril, Modric avanzaba hacia un rol de centrocampista ofensivo e Isco y Valverde se situaban en zonas interiores. Esto hizo que el lateral francés pudiera avanzar regularmente en el primer tiempo, como se vio en el primer gol. Para contrarrestarlo, el Granada buscó presionar al Real Madrid en primera línea, situando a Carlos Fernández sobre Casemiro y utilizando a Fede Vico y Machís sobre los centrales del Real Madrid, al mismo tiempo que los laterales se emparejaban con sus homólogos rivales.

Superioridad en mediocampo:

Sin embargo, el problema para el equipo local era que Azeez y Herrera se encontraban constantemente superados en mediocampo (abajo), tanto sobre el 5-2-3 como cuando retrocedían a un bloque medio en 5-4-1.



Con Kroos moviéndose hacia zonas interiores y en un papel más retrasado, se planteaba la cuestión de quién salía a cerrarlo, el extremo o uno de los centrocampistas centrales. Si era el primero, entonces se abría una línea de pase vertical en zonas intermedias para uno de los centrocampistas o por fuera para conectar con el lateral. Si era uno de los centrocampistas centrales el que salía sobre el jugador alemán, entonces se generaba un espacio a ambos lados de él para romper con facilidad la línea del mediocampo del Granada (abajo).



Intercambio de posiciones:

La clave en las zonas centrales para el equipo visitante era la colocación de sus jugadores entre las líneas, formando un cuadrado alrededor del doble pivote local que facilitaba progresar con facilidad. Además de la superioridad posicional que disfrutaron jugadores como Isco, Valverde y Modric, su movilidad (abajo) facilitó el desarrollo del Real Madrid en fase ofensiva, desdibujando la línea defensiva rival para abrir espacios por donde poder penetrar.



En ese intercambio de posiciones también participó Benzema, buscando ir a banda o a medio campo para permitir el avance de un compañero desde segunda línea por dentro o por fuera. Una situación que generó dudas en la tarea defensiva de los centrales locales. Otro problema para el Granada con la superioridad del Real Madrid en zonas centrales era el balance defensivo. El equipo de Zidane sacaba a los jugadores rivales al exterior antes de utilizar la posición de sus jugadores avanzados para atacar el lado débil, a través de un cambio de orientación.

4-4-2 del Granada en defensa:

La superioridad en mediocampo del Real Madrid permaneció igual hasta que el Granada pasó del 4-2-3-1 a un bloque medio en 4-4-2, aunque ya los jugadores tenían más facilidad para llegar a primera línea desde posiciones más retrasadas. El nuevo enfoque posicional de Diego Martínez también permitió al Granada presionar arriba en un 4-2-3-1, situación que le proporcionó un hombre extra en esta tarea y también hizo que el lateral tuviera que recorrer menos metros que en la primera mitad, permitiendo así un mejor balance defensivo.

Un cambio de dibujo, en definitiva, que proporcionó al Granada más control y mejores ocasiones de gol en el segundo tiempo. Acciones rescatadas por el equipo de Zidane para sumar su novena victoria seguida y tener muy cerca el alirón en La Liga.



"La primera parte han sido superiores a nosotros, no nos encontrábamos y nos hemos puesto 0-2. En la segunda parte el equipo ha merecido el empate, era muy difícil, con 0-2 abajo y tener la creencia y la fuerza mental de levantarse", explicó Diego Martínez en rueda de prensa. Pase lo que pase en las dos últimas jornadas - el Granada apurará sus opciones europeas- el entrenador local destacó que "la temporada es de matrícula de honor, la mejor temporada de la historia, es algo para valorar".



"Nos podemos quedar con la primera parte, pero yo me quedo con la segunda. Por aguantar y aguantar. Es una victoria merecida. Me alegro por ellos", analizó Zinedine Zidane sobre el partido, quien añadió que "hay que estar muy orgullosos del equipo. No es fácil. Son nueve victorias en nueve partidos. No se puede pedir más". A pesar de tener el título muy cerca, el entrenador del Real Madrid se mantiene cauto: "Faltan dos partidos. De momento no hemos ganado. Esta es la realidad".