Partido de semifinales de la Champions League, 19 de agosto 2020
Gnabry (18, 33)
Lewandoski (88)
El Bayern Múnich vuelve a una final de la Champions League siete años después. Su final número once en la competencia, igualando así al Milan como segundo equipo que más veces ha disputado esta cita.
El Olympique Lyon, bajo el mismo esquema con el que eliminó al Manchester City en cuartos y a la Juventus en octavos de final, puso en más apuros al equipo alemán que el Chelsea (global de 7-0) o el Barcelona (8-2), especialmente en el primer tramo del partido, gozando de varias ocasiones claras de gol al contragolpe. Cambió el paisaje con el gol de Serge Gnabry (9 tantos en la presente edición de la Champions) en acción individual. Desde ese momento, el equipo de Hansi Flick tuvo el dominio del partido, con el que acabó encontrando otro gol más antes del descanso también del extremo alemán.
Ya en la recta final, y después de varios intentos del Lyon de reducir la desventaja, Robert Lewandowski selló el avance. Una cita donde el equipo de Flick buscará alcanzar el triplete (Bundelisga, Copa Alemana y Champions) como ya hiciera en la temporada 2012-13 con Jupp Heynckes entonces al frente del equipo. La final será ante el PSG, novato en esta cita, pero que también aspira a conseguir el triplete, después de monopolizar las competiciones francesas.
5 / 3
DISPAROS / A PUERTA
18 / 7
35 %
Posesión
65 %
643 / 472
Pases / Completados
958 / 791
12 / 3 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
8 / 0 / 0
El Bayern Múnich formó con su habitual 4-2-3-1 (abajo) jugando con Thiago Alcantara y Leon Goretzka en el doble pivote. El técnico Flick situó hasta cuatro jugadores de corte ofensivo por delante, Serge Gnabry, Thomas Müller e Ivan Perisic, para apoyar al punta, Robert Lewandowski.
El Olympique Lyon se situó en fase defensiva en un bloque medio con un 5-3-2 (abajo). Léo Dubois, Jason Denayer, Marcelo, Fernando Marçal y Maxwel Cornet en la zaga. Maxence Caqueret, Bruno Guimaraes y Houssem Aouar jugando en el medio del campo, mientras Memphis Depay y Karl Toro Ekambi lideraron el frente de ataque.
Superar la presión del Lyon:
Como se esperaba, el Bayern dominó la posesión de balón para llegar a alcanzar un 65,8%, una herramienta con la que intentó penetrar en ataque. El equipo francés utilizó a sus dos delanteros en la presión sobre la salida por fuera de los centrales del equipo alemán, con una fortalecida línea defensiva en la zona intermedia.
La presión de los delanteros del Lyon sobre la salida de los centrales a banda fue para obligar al Bayern a jugar por dentro, donde los galos tenían protegidas las áreas claves. Pero también para situarse éstos en el espacio entre el central y el lateral para lanzar el contragolpe en caso de recuperar el balón (abajo).
En la salida de balón, el Bayern posicionó a Thiago y Goretzka de manera diferente en la salida (abajo). Thiago llegaba a zonas más retrasadas para generar una superioridad de 3 contra 2 en la primera línea, incrustándose entre Alaba y Jerome Boateng, mientras Goretzka tenía un rol más avanzado, ocupando a uno de los mediocentros del Lyon.
Una situación que el equipo de Rudi García gestionó escalonando la presión. Si uno de los mediocentros del equipo galo salía a la ayuda de los delanteros en la presión para bloquear el 3 contra 2 en primer línea, el otro mediocentro se encargaba de la vigilancia sobre Goretzka, mientras un tercer jugador hacía el balance defensivo en la zona central para controlar los movimientos de Müller, quien solía llegar a esos espacios.
Acción y reacción del Bayern:
Sin embargo, esa estructura en la presión dejaba a Davies y Kimmich libres por fuera, generando superioridades de 2 contra 1 con la ayuda de Perisic y Gnabry ante los carrileros del Lyon. De este modo, el balance en campo del equipo galo era de un 6 contra 5 a favor del Bayern.
García ajustó esa inferioridad en defensa aceptando la superioridad del Bayern en primer línea, pero manteniendo a su equipo compacto en zona central, lo que le facilitaba también tener más cobertura en las bandas.
El Bayern recurrió entonces al habitual intercambio de posiciones de sus jugadores de ataque con el objetivo de generar dudas en la zaga del rival y mantener la posesión en zonas que le permitían progresar. En el intercambio de posiciones en ataque, un jugador del Bayern fijaba a uno de los defensores del Lyon, mientras un segundo jugador atacaba el espacio con la intención de recibir el balón en zonas de ataque (abajo). Aunque esa acción no terminara progresando, el equipo alemán sacaba ventaja del movimiento de arrastre de este jugador sobre un defensa rival, facilitando así combinar al pie con otro jugador.
Eso fue evidente en la definición del primer gol del Bayern, donde Müller atacó el espacio a la espalda de la defensa del Lyon, permitiendo a Gnabry recibir al pie para trazar la diagonal al centro y finalizar con un gran disparo. En el segundo tiempo, el Lyon introdujo a Moussa Dembélé por Depay, variando también su estructura defensiva para pasar a jugar a un 5-2-3. El Lyon esencialmente pretendía con este nuevo dibujo anular la salida de balón del Bayern desde su defensa.
Así, Dembélé se posicionaba entre los dos centrales, mientras Aouar y Ekambi ocupaban los espacios entre centrales y laterales para cerrar la salida por fuera. Inicialmente eso hizo más difícil al Bayern la circulación de balón,aunque el equipo de Flick encontró una solución utilizando a sus extremos, Gnabry y Kingsley Coman (entró en la segunda mitad por Perisic) trazando diagonales de banda a los espacios intermedios para recibir el pase de los centrales y progresar en ataque.
Sumar los carrileros al ataque:
García varió el sistema de juego del Lyon en fase ofensiva, jugando sobre un 3-5-2 (abajo). Un dibujo que también cambió el rol de los carrileros, que subían al medio del campo, una línea formada por Dubois, Maxence Caqueret, Bruno Guimaraes, con Aouar y Cornet en la línea de medios, con Depay uniéndose en ataque a Ekambi.
Mientras, Flick no hizo ningún cambio de sistema en los momentos en que el Bayern tuvo que defender, manteniendo el sistema matriz de 4-2-3-1 (abajo). Gnabry, Müller y Perisic eran los encargados de seguir la presión liderada por Lewandowski. Una presión alta orientada de manera individual.
Balance defensivo del equipo de Flick:
Los tres defensas centrales del Lyon eran cerrados por Lewandowski, Gnabry y Perisic, mientras que Müller marcaba a Guimarães y Goretzka y Thiago se encargaban de Caqueret y Aouar. Esto provocó que los laterales del Bayern se emparejaran con los carrileros del equipo francés y los dos centrales contra Depay y Ekambi.
En los momentos en que el Lyon atacaba por una banda, el lateral del Bayern del lado opuesto hacía el balance defensivo por dentro, para generar de nuevo un 3 contra 2 junto a los centrales ante los delanteros de Rudi García. Esto dejaba al carrilero libre de marca, pero muy alejado de la jugada. Del mismo modo, si el Lyon intentaba un cambio de juego, el Bayern podría bascular a tiempo para enfrentarse al receptor del balón.
Pero la principal amenaza del equipo francés fue el contraataque. En cuanto recuperaba la posesión, Depay y Ekambi buscaban las carreras al espacio por detrás de la defensa del Bayern para recibir el balón lo antes posible (abajo).
En las pocas ocasiones en las que el Lyon pudo construir las jugadas desde atrás, tendieron a mantener su mediocampo bastante estrecho, aunque Aouar se situaba como el más avanzado de los tres mediocentros, y lanzaban a sus carrileros por fuera. El equipo de Rudi García buscó hacer daño con envíos en el pasillo entre el lateral y central del Bayern o por fuera del lateral.
Muy peligroso el contragolpe:
La verticalidad y el dinamismo del ataque del Lyon sorprendieron al Bayern al comienzo del partido, y podría decirse que el equipo francés merecía haberse puesto por delante en el marcador. Los bloqueos de los defensores del Bayern y las paradas de Manuel Neuer evitaron el gol francés.
A medida que avanzaba el partido, el Lyon continuó llegando con peligro a la espalda de la defensa de los de Flick, aunque sin suerte. El equipo francés, eso sí, tuvo más dificultades para acceder por la banda derecha, donde se topó con la velocidad de Davies en ese costado. El lateral canadiense, como de costumbre, fue excelente a la hora de realizar las transiciones defensivas ante los contraataques del Lyon.
“Naturalmente estoy decepcionado. No tuvimos suerte al comienzo del partido cuando tuvimos dos grandes ocasiones, pero lo hicieron ellos gracias a la calidad individual de Gnabry”, se lamentó García en el análisis del partido. “En todo caso podemos estar orgullosos de nuestra campaña y del partido que jugamos”, añadió el técnico del Lyon.
"Se pudo ver lo complicado que es jugar contra un equipo que corre tanto y que es bueno tácticamente. Los primeros compases del encuentro los superamos con mucha fortuna", explicó el entrenador del Bayern. “Serge (Gnabry) nos puso por delante con una jugada personal, lo que nos dio más seguridad. Vamos a analizar cosas de cara a la final. Nuestra gran virtud es poner en aprietos al rival y eso también lo conseguiremos contra el PSG”, agregó Flick.