La Liga, 11 de junio 2020
Ocampos (56, pen)
Fernando (62)
La Liga volvía a ponerse en marcha después de 93 días, y lo hacía con el derbi de Sevilla. Un partido sin aficionados en las gradas, pero con la tensión que acostumbra este partido, mucho más presente en el equipo local.
Desde el inicio el Sevilla de Julen Lopetegui fue más ambicioso en sus objetivos, buscando la portería del Betis por diferentes vías. Lucas Ocampos se erigió como jugador más peligroso de los locales durante todo el partido. Avisó en la primera mitad con un fuerte lanzamiento al larguero para hacer el primer tanto en la segunda mitad transformando un dudoso penalti sobre Luuk de Jong.
Fernando, en un inhabitual papel de goleador para él, elevó la renta local minutos después para allanar el camino del Sevilla hacia la victoria. Apenas inquietó el Betis la portería local, ni siquiera en los últimos minutos con la entrada de jugadores de refresco.
La victoria asienta al Sevilla en la tercera plaza de La Liga y le permite incluso soñar con opciones de acercarse a Real Madrid y Barcelona en la pelea por el título. Para el Betis, la derrota no hace más que aumentar las dudas que ya existían sobre el equipo antes del parón de la competencia.
11 / 4
DISPAROS / A PUERTA
10 / 1
44 %
Posesión
56 %
440 / 361
Pases / Completados
541 / 475
13 / 0 /0
Faltas / Amarilla / Roja
16 / 2 / 0
El Sevilla formó en un 4-3-3 (abajo) con Fernando, Óliver Torres y Joan Jordán en medio campo, mientras Lucas Ocampos y Munir se unieron a Luuk de Jong en ataque.
El Betis, por su parte, arrancó en un 4-3-3 en fase defensiva (abajo). Emerson, Marc Bartra, Sidnei y Álex Moreno en la zaga verdiblanca, con Guido Rodríguez, Sergio Canales y Carles Aleñá en mediocampo. Los visitantes trataron de presionar al Sevilla arriba emparejando las marcas: Borja cerca del guardameta local (Tomas Vaclik), Cristian Tello y Nabil Fekir sobre los centrales, los centrocampistas agrupados 3 contra 3 ante sus homólogos del Sevilla y el lateral ante su opositor, con el lateral del otro lado del campo en balance defensivo con los centrales.
Salida en triangulaciones:
Sin embargo, y después de tan solo diez minutos de partido, el Betis se reorganizó en un 4-5-1 en bloque medio buscando cerrar los espacios al Sevilla. En esta situación, Borja Inglesias varió sus movimientos para forzar a jugar al Sevilla por fuera, pero los de Lopetegui utilizaron triangulaciones en banda -con la asociación entre el lateral, uno de los volantes y el extremo- para salir con facilidad (abajo).
Posiciones interiores de los extremos:
Ya en zonas intermedias, los locales utilizaron un estilo de juego basado en la posesión, circulando el balón a través de la línea defensiva con el objetivo de encontrar un espacio por donde penetrar. Uno de los modos de ataque fue buscar la profundidad con cambios de juego en diagonal desde el mediocampo.
El posicionamiento y movimiento en zonas interiores de los extremos, Ocampos y Munir, obligó a la defensa del Betis a cerrarse por dentro, facilitando los espacios por fuera para los avances de los laterales del Sevilla, Jesús Navas y Reguilón.
Tres vías de pase al área:
Uno de los objetivos de las superposiciones por banda fue trazar carreras en diagonal para recibir pases verticales. Sin embargo, la orientación del corredor era más por fuera que en dirección a la portería, lo que le obligaba a superar a su rival en el 1 contra 1 para poder realizar un centro al área.
En los centros al área, el Sevilla utilizó métodos diferentes. Centros por arriba para ser atacados en el juego aéreo, con De Jong como principal objetivo, centros por abajo a la espalda de la defensa del Betis y centros cruzados al punto de penalti o al borde del área para un encontrar un rematador desde segunda línea. Esta última vía creó las mejores opciones de gol, pero los jugadores del Sevilla no estuvieron acertados en controlar el balón bajo presión o el golpeo al primer toque, provocando que al final estás acciones no tuvieran éxito. Sí encontró el gol en acciones diferentes. El primero desde el punto de penalti y el 2-0 en una inteligente jugada en una acción a balón parado.
Construir desde atrás:
En fase ofensiva, el Betis jugó en 4-3-3 (abajo) con Guido Rodríguez, Canales y Aleñá en medio del campo, formando la línea de ataque Fekir, Iglesias y Tello. Una estructura que intentó superar el 4-4-2 defensivo local, donde los extremos Munir y Ocampos retrasaban su posición para unirse en el mediocampo con Fernando y Jordan. Mientras tanto, Óliver Torres se situaba a la misma altura en ataque que De Jong. Cuando el Sevilla presionaba se situaba bajo la misma estructura que en fase de posesión, un 4-3-3.
El Betis, como es habitual en su juego, trató de construir desde atrás retrasando a menudo la posición de su mediocentro en la línea defensiva (abajo) cuando el Sevilla intentaba generar situaciones de 3 contra 3 en la primera línea.
El beneficio de ese 3 contra 3 fue que la línea defensiva podía cubrir horizontalmente todo el campo, además de generar situaciones favorables de 2 contra 1 con uno de los centrales y el lateral ante los extremos del Sevilla. Esto permitió a los visitantes avanzar más allá de la primera línea de presión de su rival en la construcción de juego.
El Sevilla, ante esta debilidad, se adaptó utilizando a Torres o Jordán en la marca sobre el lateral, mientras Fernando se movió en la vigilancia sobre el centrocampista central. Un método, sin embargo, que no fue suficiente, variando al 4-4-2 (abajo) la mayoría del tiempo durante el partido. Un nuevo dibujo que entonces sí hizo que el Betis tuviera dificultades desde entonces para penetrar por zonas centrales.
Cerrar en banda a su rival:
La única salida entonces fue jugar por las bandas, donde el Sevilla podría recuperar la posesión en una presión conjunta entre el extremo, lateral y uno de volantes. Como resultado, el Betis terminó realizando una serie de pases a la espalda de la línea defensiva local, aunque sin opciones reales de peligro para el destinatario.
En las ocasiones en que el Betis intentó asociarse con sus centrocampistas centrales, a menudo se crearon opciones en contra con pérdidas de balón en campo propio, lo que podría haber llevado a oportunidades de gol para el Sevilla si hubieran hecho la transición lo suficientemente bien.
Todo esto provocó muy poca presencia ofensiva del Betis. De hecho, el primer disparo a puerta de los visitantes no llegó hasta el minuto 78 de partido. Un intento desde el borde del área de Alfonso Pedraza, rodeado por cuatro defensores del Sevilla para realizar un remate bloqueado fácilmente por el portero local.
Los cambios llegaron tarde:
Fue solo con la entrada del Loren cuando el Betis logró crear algunas vinculaciones entre el centro del campo y el ataque para combinar y crear oportunidades de penetrar. Si bien la falta de movimiento del Betis era un problema (abajo), por otra parte la organización defensiva del Sevilla estaba bien coordinada y estructurada.
Dentro del trabajo defensivo del Sevilla para cerrar las bandas y los espacios por dentro, destacó especialmente el trabajo de los extremos para recuperar su posición y ayudar a los laterales en zonas amplias. Esto aseguró que rara vez los laterales del Sevilla estuviesen expuestos en el 1 contra 1 y nunca permitían una superioridad del rival de 2 contra 1. El Sevilla se movió hacia un 4-1-4-1 en los últimos minutos con Fernando entonces responsable de vigilar el espacio entre las líneas y la cobertura a los laterales cuando se proyectaban en ataque.
La entrada de Joaquín inyectó calidad en el juego del Betis, y su presencia junto con la de Loren posibilitó los mejores momentos de juego de los visitantes. Desafortunadamente para el Betis, la distancia ya era de dos goles y contra una estructura defensiva del Sevilla muy difícil de superar.
"Ganar un derbi vale igual. Siempre es especial. Es cierto que es una situación extraña, pero todos hemos trabajado al máximo nivel para adaptarnos a una realidad diferente. Y, de cualquier forma, son tres puntos importantes que nos permiten seguir peleando por nuestros objetivos", señaló Julen Lopetegui. Sobre el penalti, el técnico del Sevilla afirmó: "No he podido ver repetida la jugada del penalti, pero creo sinceramente que merecimos la victoria".
"Hemos estado en zonas de poco riesgo y sin estar instalados en el campo contrario. Nosotros queríamos salir por los laterales, pero al final no hemos estado finos en la zona final", explicó Rubi sobre el desarrollo en ataque de su equipo. El entrenador del Betis también se refirió al penalti en contra: "No le he comentado nada al colegiado, pero sí he intentado que él la pudiera ver. Ha habido un contacto mínimo y te sabe mal porque era el gol que abría el marcador y el que marcara primero tenía mucho ganado".