álvaro rodríguez
Real Madrid, 2023-Presente
Hacía mucho tiempo que un canterano del Real Madrid no tenía tanto impacto en el primer equipo como el que ha alcanzado Álvaro Rodríguez. El delantero hispano-uruguayo ha logrado instalarse en la plantilla de Carlo Ancelotti en la recta final de la temporada 2022/23. “Su calidad la tienen pocos. La altura es importante, maneja bien el balón, formidable de cabeza…”, destacó el técnico italiano.
Su crecimiento en la cantera del Real Madrid llegó, precisamente, de la mano de otro canterano que en su momento también acaparó grandes titulares: Raúl González. El ahora técnico del filial blanco (el Castilla), le dio a Rodríguez la confianza y titularidad en el equipo, para experimentar desde ahí un espectacular crecimiento, con la aspiración en el futuro de poder emular la carrera que tuvo Raúl en el Real Madrid.
En The Coaches’ Voice nos centramos en su presente, con el análisis de su juego, variabilidad posicional y el margen de mejora que tiene.
Análisis técnico:
Rodríguez es un delantero zurdo de 1,93 metros y 82 kilos. Datos de altura y peso que componen una figura alta y afilada, con un excepcional grado en el manejo de balón y una fuerza específica que le dan un destacado uno contra uno. El hispano-uruguayo, de aspecto liviano, sorprende por su capacidad para soportar las cargas rivales en los duelos.
Esas dos características, el manejo de balón y fuerza, son imprescindibles para entender su juego. Pero también lo es la posición que ocupó originariamente: extremo izquierdo a pierna natural. Algo cada vez más atípico en el fútbol moderno. Bajo la posición de extremo tenía llegada y gol, además de pase, lo que le ha facilitado acercarse cada vez más al área y a alejarse de la banda.
Su posicionamiento táctico en ataque le permite estar preparado en todo momento para generar peligro. El foco constante en la portería contraria genera que su equipo disponga de espacio, arrastrando las marcas rivales con él, sobre todo de los centrales rivales. Una acción que facilita a sus compañeros poder jugar en ventaja en campo rival y, en un segundo momento, hacerle llegar el balón en zonas de peligro.
Por otro lado, ese conocimiento del juego que adquirió como extremo le permite sentirse cómodo cayendo a banda en momentos puntuales. Una zona en la que siempre tiene clara la idea de generar peligro. Esto se antoja crucial a la hora de hablar de sus características técnicas, ya que su inteligente comprensión del juego le permite sacar más partido a sus habilidades con el balón.
Rodríguez tiene la destreza de conducir el esférico pegado a su pierna izquierda, y su manejo de la posesión le permite engañar al rival con amagos, fintas o temporizaciones. Es también característico en su regate esperar a que el rival le ofrezca un mínimo espacio para sobrepasarle. Esa espera hace que el defensa rival se precipite en estirar la pierna, casi sin tocar el balón. Entonces, ahí, Álvaro Rodríguez ejecuta una cola de vaca o 'gambeta' —es decir, mantiene controlado el balón con el interior del pie y posteriormente se gira 180 grados con el esférico pegado al pie— sin que el defensor pueda ya alcanzarle (arriba, imagen en su participación con Uruguay en el Sudamericano Sub20 2023).
Su cercanía al área y su capacidad para finalizar no le hacen menos proclive a un rol de asistente. Mide con precisión los tiempos de la línea defensiva para dejar a su compañero en ventaja con pases en profundidad o adelantados que se alejan tanto del rival como se acercan al receptor (arriba).
Esa facilidad para encontrar un pase le da una especial habilidad para dirigir los contraataques. Siempre con velocidad y precisión en esta acción, en la que Rodríguez no se precipita por jugar rápido. Aunque tampoco pierde la ventaja que tiene por una conducción lenta (abajo).
En resumen, es un atacante peligroso tras robo, con equilibrio y un posicionamiento determinante en el juego posicional para poder rematar dentro del área y hacer gol. A la hora de golpear, lo hace generalmente con el interior de su pie izquierdo, tan contundentemente como lo hace en el remate de cabeza. Al margen de su altura, destaca por su potencia y colocación en los balones aéreos (abajo).
Principales características sin balón
Su altura y la longitud de sus piernas son armas a su favor a la hora de defender. Aparte de la potencia en la presión a la hora de buscar un robo o provocar el error rival, destaca su manera de perfilarse ante los duelos. Aspecto, sin duda, que le ayuda a recuperar el balón en cualquier zona del campo cuando es encarado.
Tiene una facilidad manifiesta en barrer con su pierna izquierda la conducción del oponente, sin necesidad de ir al suelo. Aquí se encuentra bien sostenido por su pierna de apoyo. Esto para salir después con un cambio de ritmo tras robo que impide la reacción del jugador contrario.
No hace falta un duelo para que Álvaro Rodríguez intercepte pases rivales en primer y segundo tercio de campo. Desde su posición defensiva como primera línea de presión o, incluso, cuando queda más rezagado y parte desde la segunda línea (medios), intuye con facilidad las líneas de pase. Esas piernas largas, unidas a su capacidad para adivinar el pase, le hacen también especialista para interceptar (abajo).
Sus habilidades tan específicas y llamativas en los momentos defensivos se ven facilitadas por su comprensión del juego. Si en ataque su posicionamiento inteligente le facilita generar más situaciones a favor. Su conocimiento del juego hace que su intervención sin balón se retroalimente de sus virtudes técnicas defensivas. Virtudes que, a su vez, son favorecidas por una colocación óptima, un ritmo de presión muy alto y un timing idóneo para pasar de temporizar a presionar.
En definitiva, aunque su principal función es ofensiva, su implicación defensiva es máxima. Parece consciente de que cuanto antes recupere el balón, antes podrá volver a tener una oportunidad de gol. Por eso sus repliegues son a máxima velocidad y la persecución de los rivales con balón son un ejemplo de ello (abajo).
¿Cuál es su mejor posición y margen de mejora?
Su conocimiento del juego desde otra posición, como la del jugador de banda, le permite adaptarse fácilmente a ese rol de participar por fuera. Una zona, como dijimos, donde puede aprovechar ocupar los espacios libres, generar superioridades o atraer defensores que permitan a compañeros llegar a espacios en un segundo o tercer pase libres de marca.
Si hablamos de un sistema con tres delanteros o un equipo sin jugador de banda y con un lateral muy profundo —o un carrilero—, su posición de extremo izquierdo podría ser un punto de partida para abandonar la banda y aparecer entre líneas.
No obstante, volver a esa posición de banda, aunque fuera por momentos, haría al Real Madrid perderle como ‘9’. Una posición donde no es fácil encontrar jugadores tan eficaces como él. El hábitat donde Rodríguez alcanza todo su potencial es el de delantero centro. Posición en la que sus habilidades individuales provocan un mayor beneficio colectivo.
Todavía en edad juvenil (18 años), si en algo puede crecer en un futuro próximo, es en la mejora de la condición física. Un proceso de cambio que le haga más fuerte y resistente. Tal vez parecido al que experimentó Erling Haaland en su etapa en el Borussia Dortmund.
Si lo consigue, al margen de tener minutos de juego y regularidad, todo apunta a que Álvaro Rodríguez terminará por convertirse en un atacante decisivo.
Puedes conocer a más jugadores y su juego en The Coaches' Voice Análisis/Jugadores.