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Contra el reloj

Contra el reloj
Fotografía: Octavio Passos para The Coaches' Voice/Getty Images
Redacción
The Coaches' Voice
Publicado el
febrero 13 2024

ARMANDO evangelista

FC Famalicão, 2024-Actualidad

Soy una persona de objetivos.

Tenía uno muy claro uno sobre mi carrera como entrenador: si a los 44 años no podía vivir exclusivamente del fútbol, lo dejaría. Sin vuelta atrás.

Cuando me fijé ese objetivo, ya era entrenador, aunque no a nivel profesional. Lo combinaba con la enseñanza. Durante siete años, entrené al equipo juvenil del Vitória Sport Clube y di clases de Educación Física en varias escuelas de Guimarães y alrededores.

Lo que ganaba en el fútbol no era suficiente para dar de comer a mi familia.

Mi objetivo de ser entrenador profesional lo alcancé en mi segundo año al frente del Vitória B. En la primera temporada, aún compaginaba el trabajo de entrenador con el de profesor. Ese segundo año, las dos actividades se hicieron incompatibles. Así que, a partir de ese momento, me dediqué solo a ser entrenador. Curiosamente, tenía 44 años, precisamente la edad límite que me había fijado para cumplir mi gran objetivo.

Había dado tiempo.

Armando Evangelista
Armando Evangelista ha forjado su carrera como entrenador en plazos de tiempo a cumplir. El próximo es competir por títulos internacionales. Octavio Passos/Getty Images para The Coaches Voice

El fútbol ha formado parte de mi vida desde que tenía 12 años. Fui jugador profesional, pero nunca llegué a ser un nombre destacado. Pasé toda mi carrera entre clubes de la Primera y Segunda división de Portugal.

Mientras seguía siendo futbolista, estudié Educación Física en la universidad. No sabía exactamente qué iba a hacer después de colgar las botas. Pero la idea era seguir vinculado al fútbol, y quería tener todas las herramientas posibles para poder elegir mi futura profesión.  

La única certeza era que el fútbol me hacía, y me hace, feliz.

"si a los 44 años no podía vivir exclusivamente del fútbol, lo dejaría. Sin vuelta atrás"

A los 32 años, tuve una segunda lesión de rodilla y tuve que operarme. Ya no tenía ninguna ambición por seguir jugando. Y, en ese momento, recibí una invitación del Vitória para trabajar en la cantera del club.

Empecé mi carrera de entrenador en el equipo Sub-11 del Vitória. Estuve allí un año, luego pasé a la Sub-17 y más tarde me hice cargo de la Sub-19, donde permanecí dos temporadas y estuvimos a punto de ganar el título nacional. Mi trabajo se valoraba internamente en el club.

Fui subiendo peldaño a peldaño en el Vitória. Todo apuntaba a una continuación de este proceso de evolución, pero hubo elecciones en el club y la nueva directiva quería que me convirtiera en coordinador general de las categorías inferiores.

No era algo que me atrajera. Lo que me fascinaba era ser entrenador. Así que el club me cerró las puertas. En ese momento, me sentí preparado para dar el siguiente paso: entrenar a un equipo profesional.

Armando Evangelista
Armando Evangelista, después de trabajar en el segundo equipo, tomó los mandos del Vitoria de Guimarães en 2015. Carlos Rodrigues/Getty Images

Esos años en las categorías inferiores marcaron la diferencia para ser el entrenador en el que me convertí.

Todo lo que aprendí en el fútbol base está muy presente en mi forma de trabajar hoy en día. Entrenar en la cantera me dio las bases para afrontar la siguiente etapa de mi carrera.

Como entrenador, no sólo busco soluciones tácticas y estratégicas. Soy muy feliz si puedo ayudar a cada jugador a desarrollarse. La experiencia en el fútbol base te permite ver estos detalles con más claridad.

"La única certeza era que el fútbol me hacía, y me hace, feliz"

Puedes detectar cuándo un jugador tiene dificultades para entender algún aspecto del juego o tiene una deficiencia técnica que puedes corregir. ¿Y por qué no ayudarle a convertirse en un mejor profesional? Todo el mundo quiere crecer.

Vizela me dio esa primera oportunidad. El club estaba en la Tercera División del fútbol portugués; entonces era un equipo semiprofesional. Teníamos un presupuesto muy limitado, algo que obligaba al entrenador a buscar soluciones más creativas a la hora de confeccionar la plantilla.

La verdad es que fue una experiencia fantástica. Pero duró poco. Ocho meses después, Vitória volvió a ponerse en contacto conmigo. Esta vez, con la propuesta que había estado esperando oír meses antes: hacerme cargo del segundo equipo.

Arouca celebrando un gol
El Arouca vivió su mejor época con Armando Evangelista a los mandos. Entre los logros, el ascenso a Primera. Un trabajo que le llevó a ser conocido como el 'técnico milagro'. Joao Rico/DeFodi Images vía Getty Images

El segundo equipo del Vitória se había formado ese mismo año y había entrado directamente en la Segunda Liga. Sin embargo, las cosas no iban bien. El club estaba prácticamente descendido cuando se pusieron en contacto conmigo.

Querían que me hiciera cargo inmediatamente, para poder planificar la temporada siguiente. En otras palabras: planificar el regreso a la segunda división. En aquella época, se rumoreaba que el recién creado proyecto del equipo B del Vitória había sido un fracaso.

Poco a poco, con mucha dedicación y trabajo, cambiamos esa percepción. La temporada siguiente conseguimos el ascenso a Segunda. Luego vinieron dos años en segunda división, con campañas muy positivas.

"no sólo busco soluciones tácticas y estratégicas. Soy muy feliz si puedo ayudar a cada jugador a desarrollarse"

La regularidad del equipo llamó la atención dentro y fuera del club. Empezaron a fijarse en mí de una forma distinta a lo que había sucedido hasta entonces en mi carrera.

Recibí ofertas de otros clubes para hacerme cargo del primer equipo, ofertas que eran económicamente ventajosas en comparación con la realidad que tenía en el Vitória B. Pero, esas ofertas no me sedujeron. ¿Por qué? La dirección del Vitória siempre me había dejado claro que yo era parte del proyecto que el club estaba haciendo.

Sin embargo, la secuencia de los acontecimientos no fue exactamente como me hubiera gustado. Rui Vitória, entonces entrenador del primer equipo del Vitória, se marchó al Benfica.

Armando Evangelista
Al margen de la dirección táctica de sus equipos, Armando Evangelista también tiene como objetivo cuidar y potenciar el talento joven. Octavio Passos/Getty Images para The Coaches Voice

La directiva recurrió a mí para sustituir a Rui. No fue un proceso rápido, y debería haberse gestionado de otra manera. Fue como si la directiva me hubiera dejado allí, en stand-by.

Después de las ofertas que había tenido, tenía claro que si el Vitória no me daba una oportunidad en el primer equipo, me iba a marchar para emprender un nuevo proyecto. Pero esperé esa definición.

Cuando me confirmaron como entrenador del primer equipo, estábamos a una semana del inicio de la nueva temporada. En ese contexto, comenzó la oportunidad que tanto había esperado en la vida.

"Todo lo que aprendí en el fútbol base está muy presente en mi forma de trabajar hoy en día"

Aquella temporada, el Vitória jugó el play-off de la Europa League. Llegamos al primer partido prácticamente con el segundo equipo. La confección de la plantilla se vio muy comprometida por la incertidumbre en torno a la marcha de Rui Vitória.

En cualquier caso, viví otra experiencia enriquecedora durante mi corta etapa al frente del primer equipo del Vitória. Todas las experiencias nos hacen evolucionar.

Cuando dejé el Vitória, sólo tenía una cosa en mente: volver al trabajo lo antes posible. Quería demostrar al mundo del fútbol de lo que era capaz. Por eso no dudé en aceptar la oferta del Varzim, aunque estaba en Segunda División.

Fueron cuatro trabajos seguidos con equipos de la Segunda División del fútbol portugués: Varzim, Penafiel, Vilafranquense y Arouca.

Goiás celebrando un gol
En 2023, Armando Evangelista dirigió a Goiás en el campeonato brasileño. Wagner Meier/Getty Images

El Arouca fue sin duda un momento decisivo en mi carrera. Fueron tres años de mucho éxito.

A día de hoy, soy el entrenador con más partidos en el club. Conseguimos ascender a Primera, donde igualamos el mejor resultado en liga de la historia del Arouca, con el quinto puesto en 2022/23. Clasificamos al club a una competición europea.

Cuando llegamos, Arouca acababa de ascender a Segunda División. El objetivo en aquel momento era hacer una campaña segura en la categoría, evitar el descenso, y luego intentar acceder a la élite del fútbol portugués al año siguiente o al próximo.

"viví otra experiencia enriquecedora durante mi corta etapa al frente del primer equipo del Vitória"

Sin embargo, el trabajo salió tan bien que en la primera temporada accedimos a la Primeira Liga. Y eso, en cierto modo, nos puso en una situación compleja.

Al haber alcanzado pronto el objetivo de subir de división, tuvimos que remodelar la plantilla. Evidentemente, había jugadores que valían para la Segunda, pero que no estaban preparados para la Primera.

Pero la ética no nos permitía abandonar a esos jugadores, que nos habían devuelto al primer nivel del fútbol portugués, y que tenían contrato con el club. Así que jugamos la temporada de vuelta a la máxima categoría prácticamente con el mismo equipo que jugó en la Segunda Liga.

Hicimos algunos ajustes sobre la marcha y conseguimos mantenernos en la división.

Armando Evangelista arrancó su carrera como entrenador en 2010, después de una carrera como jugador profesional truncada por una lesión de rodllla. Octavio Passos/Getty Images para The Coaches' Voice

La temporada siguiente, con un presupuesto muy bajo, tuvimos que pelearnos para encontrar refuerzos que encajaran en el perfil deseado por el cuerpo técnico, pero que también se ajustaran al presupuesto limitado. Fue una tarea ardua, pero exitosa.

En mi última temporada en Arouca, terminamos quintos en la Primeira Liga, por detrás del Benfica, Porto, Braga y Sporting, igualando la mejor posición de la historia del club en la categoría. 

La decisión de dejar Arouca no fue fácil. A lo largo de mi carrera, siempre he escapado de mi zona de confort. Nunca he tenido miedo de asumir proyectos difíciles, de afrontar retos que, a los ojos de los demás, parecían dudosos.

"El Goiás me abrió la puerta. Era la oportunidad que estaba esperando para internacionalizarme como entrenador"

En este contexto acepté la oferta de Goiás. Mucha gente me advirtió de las dificultades, pero yo sabía exactamente adónde iba. Elegí vivir ese desafío. Quería experimentar lo que era ser entrenador en el Brasileirão.

Era mi primera oportunidad fuera de Portugal, algo que siempre había planeado para mi carrera. Y los entrenadores tienen que entender las etapas de su carrera. No podía sentarme a esperar la llamada de un equipo de la Champions League.

Armando Evangelista, a pesar de su pronta salida de Goiás, hace un balance muy positivo de su etapa en el club brasileño. Una experiencia más para seguir creciendo. Miguel Schincariol/Getty Images

El Goiás me abrió la puerta. Era la oportunidad que estaba esperando para internacionalizarme como entrenador.

Cuando llegué al Goiás, con el Brasileirão ya en marcha y, obviamente, sin haber participado en la confección de la plantilla, tuve una gran apertura por parte de la directiva para hacer algunos cambios necesarios.

No hablo de la plantilla, porque en ese sentido el club no tenía capacidad financiera para fichar a seis o siete jugadores, como había prometido, para aumentar la calidad del equipo.

Tuvimos que jugar con lo que teníamos y, al principio, las cosas fueron muy bien. Pero en cuanto a la organización del club, digamos, a los recursos humanos, había un hueco para que empezáramos a profesionalizar el departamento de fútbol.

"el entrenador no controla los proyectos que llegan. Pero espero tener otra oportunidad fuera de Portugal"

Era importante que la gente se diera cuenta de que formaba parte de un proyecto que requería mayor implicación y profesionalidad. Y al principio fue bien aceptado. Todo el mundo era responsable de lo que hacía y comprendía su importancia en la estructura del club.

Pero era año de elecciones en Goiás. Y más gente quería desempeñar un papel protagonista. Surgieron complicaciones, también cierta inestabilidad. Si la gente hubiera seguido, cada uno a lo suyo, creo que todo habría sido diferente.

"Todo lo que aprendí en el fútbol base está muy presente en mí como entrenador", reflexiona Armando Evangelista en la entrevista con The Coaches' Voice. Octavio Passos/Getty Images para The Coaches Voice

Sin embargo, cuando la gente empieza a aparecer queriendo ser protagonista, pretendiendo ser la única causa de la buena fase, entonces todo está perdido. Un equipo es como una máquina: las cosas sólo funcionan bien si todos ponen de su parte.

Goiás tiene todas las condiciones para crecer, incluso con un presupuesto inferior al de la gran mayoría de los rivales de la primera división, donde debería estar. Sólo necesita organizarse mejor para conseguirlo.

Para mí, ha sido otra fase de aprendizaje. Fueron sólo 26 partidos al frente del Goiás, pero han valido la pena y me han dejado el sabor de querer volver a Brasil algún día.

De cara al futuro, me gustaría que mi próximo paso fuera otra experiencia internacional. Es obvio que el entrenador no controla los proyectos que llegan. Pero espero tener otra oportunidad fuera de Portugal.

¿Recuerdas los objetivos que me gusta marcarme en mi carrera? Pues, dentro de cuatro años como máximo, espero estar al frente de un equipo capaz de luchar por el título en competiciones internacionales.

Hay tiempo de sobra.